Ojinaga Chih.- El profeta Jeremías habla de parte de Dios a su pueblo, amonestándolos porque hacen sus propias cisternas incapaces de retener ´el agua´. Cuando esta versión dice “el agua…” se refiere a la palabra de Dios; y estudiando el significado de –cisterna- en el hebreo, viene de la palabra Bor que significa cisterna.
Jer 2:13 Porque dos males ha hecho mi pueblo: me han abandonado a mí, fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas agrietadas que no retienen el agua.
Cuando un creyente cava “…sus propias cisternas…” significa que está interpretando y dando sus propias explicaciones y dichos respecto a la palabra que le es predicada. Cuando esto hace, el mensaje que había sido enviado de parte de Dios se pierde, se va, y no hace el efecto que debía hacer, por esta razón Santiago 1:21 dice que debemos “recibir con mansedumbre la palabra implantada…” ya que si la interpretamos a nuestra conveniencia, no seremos liberados y edificados, dijo ayer en su mensaje el pastor Álvaro Vázquez, en la Iglesia El Restaurador
Para que tengáis memoria
2Pe 3:1 Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento, para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles; RV60
“En ambas he intentado recordarles la sana doctrina…”BLS. La sana doctrina es la palabra que Dios da a través de los Apóstoles y Profetas, siendo el bendito Señor Jesucristo, el principal fundamento de su enseñanza. El Apóstol Pedro, en su carta pretende despertar un mayor interés del pueblo de Dios hacia la Palabra, para que esta produzca los frutos que Dios espera en los creyentes. Dicho interés hará que el creyente la retenga.