“Lo que me ha formado como persona es el deporte. He aprendido a ganar y a celebrarlo con moderación, y también he aprendido la dureza de la derrota”
El deporte no sólo mejora la calidad de vida y la salud de las personas, sino además impacta fuertemente en la economía y en el empleo. Es, sin duda, una de las manifestaciones culturales más relevantes de nuestro tiempo.
Chihuahua ha sido cuna y nido de grandes deportistas de talla nacional e internacional y en distintas disciplinas: Humberto Mariles, Héctor Espino, Eduardo Nájera, Raúl Palma, José Luis Arroyos, Luis Montes, Vanessa Zambotti, Alfredo Nevárez, Christian Bejarano, Horacio Nava o Perla Bustamante, sólo por mencionar algunos.
No obstante, actualmente el estado no tiene el nivel deportivo que merece y alcanzaron los mencionados deportistas. En la pasada Olimpiada Nacional, Chihuahua cayó hasta el lugar 21 del medallero general, revelando el abandono y falta de inversión en el deporte por los últimos gobiernos estatales.
Desinterés y falta de planeación en materia deportiva han caracterizado a las últimas administraciones; abandono al deporte como un instrumento de formación, recreación, convivencia social y uno de los principales factores de prevención de conductas antisociales.
¿Cómo identificar aquellas disciplinas deportivas cuya práctica resulte más adecuada dado el entorno y las características de la población en Chihuahua? ¿Cómo incrementar y mejorar de la forma más eficiente la infraestructura deportiva? ¿Cómo lograr la promoción y atención de la población, fundamentalmente la niñez, para la práctica de algún deporte? ¿Cómo identificar el talento y promover el deporte de alto rendimiento?
El fracaso de nuestro sistema deportivo no se debe ni a la falta de talento ni de capacidad de nuestros deportistas; es el resultado de una pésima gestión gubernamental que ha abandonado a su suerte a los jóvenes. Como en la salud, es resultado de entender al presupuesto deportivo como un gasto, cuando realmente es una inversión.
Promover un modelo mixto, en el que la inversión pública se oriente a favorecer a la población vulnerable, por un lado; y por el otro, el que emprender negocios deportivos resulte redituable y esa inversión privada complemente a la pública.
En un país como el nuestro, con altos índices de obesidad, sobre todo en la población infantil, los beneficios que se obtienen de la práctica regular del deporte pueden ayudar a mejorar la salud de las personas. Es tiempo de promocionar la práctica del deporte y del ejercicio a través de políticas públicas que inviten, desde edad temprana a los niños y los acompañen durante toda su formación educativa.
La meta debe ser el incremento en la participación de la población en general en actividades deportivas.
El integrar el deporte a la sociedad tiene también un efecto positivo, al crear vínculos de amistad y camaradería entre la gente que lo practica, dando identidad y pertenencia a todo tipo de comunidades, colonias, barrios, escuelas, pueblos y ciudades.
Así, el punto principal acerca del desarrollo deportivo es simple: ¿cómo motivar a más gente a realizar un deporte o a hacer ejercicio? Fomentando la actividad física masiva en parques, centros comunitarios y escuelas; involucrando a las universidades y diversos clubes deportivos, todos en coordinación con las autoridades correspondientes. La única manera de asegurar un futuro sano para la población y que Chihuahua recupere su posición relevante de antaño en el deporte nacional es mediante mucho trabajo, para inculcar y fomentar su práctica de manera segura y organizada.
El primer paso es lograr que la gente empiece a hacer lo que el gran jugador de baloncesto Michael Jordan dijo: “Simplemente juega. Diviértete. Disfruta el juego”. Éste sería un pequeño gran comienzo.