Desde tiempos remotos es bien sabido que el agua es fuente de vida y vida misma; es decir, un elemento insustituible e imprescindible para la existencia y conservación del planeta y de toda forma de vida en la Tierra.
Por ejemplo, Tales de Mileto, dijo que el agua es el elemento y principio de las cosas; Leonardo da Vinci, que el agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza; y Albert Szent-Gyorgyi, que el agua es materia y matriz de vida, el agua es madre y es medio. Y seguramente en ese entendido fue que, en 2010, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución histórica que reconoce el acceso libre al agua como un derecho humano fundamental que, por ende, debe ser garantizado y salvaguardado por el Estado.
El caso es que, en vista de las tendencias y escenarios de la disponibilidad de recursos hídricos, no nos ha quedado claro a todos que, aunque al acceso al agua debe ser garantizado y salvaguardado por el Estado, la inconsciencia o insensibilidad individual, colectiva o social ante el actual problema del agua es lo que -en gran medida- nos ha llevado al punto en el que estamos.
Y sí, aunque muchos (ciudadanos, empresas, gobiernos y otros interesados) estamos conscientes de la cada vez más grave realidad de la problemática y sus implicaciones en la sostenibilidad del planeta y de la humanidad, falta mucho por hacer. Falta la participación comprometida, corresponsable, unificada y vinculante de todos sectores porque, de seguir como hasta ahora, el “día cero del agua” en México y, especialmente en Chihuahua, llegará antes de lo previsto (tal como pasó en Monterrey).
Se trata pues de una situación límite que, como bien lo señala -y reitera- el Ing. Mario Mata Carrasco, director ejecutivo de la Junta Central de Agua y Saneamiento de Chihuahua, exige acciones continuas e integrales, de lo contrario pronto llegará el día cero. Dicho de otro modo, de no efectuar acciones y sinergias inter y transectoriales (incluyendo los distintos ámbitos y niveles de gobierno) en la gestión de los recursos hídricos, pronto llegaremos al día en el que no tendremos acceso libre al agua.
Lo cierto es que da gusto saber que, en la persona del Ing. Mata, Chihuahua cuenta -desde hace bastante tiempo- con un experto interesado -por vocación y convicción- en el tema del agua y su gestión en el pleno entendido de que se trata de un elemento vital, un derecho humano y el eslabón central para el desarrollo sostenible. El problema es que él “solito” no va a poder con el enorme reto de evitar -o al menos aplazar- el día cero y, así, salvaguardar la cantidad y la calidad de los recursos hídricos en Chihuahua, por eso urge que todos colaboremos activa, decidida y corresponsablemente en -al menos- el cuidado del agua.
A modo de advertencia concientizadora, concluyo citando lo dicho por el legendario científico y ambientalista canadiense, David Suzuki: Si malgastamos el aire, el agua y el suelo que nos mantienen vivos y bien, y destruimos la biodiversidad que permite que los sistemas naturales funcionen, ninguna cantidad de dinero nos salvará.
Aída María Holguín Baeza
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