«Es triste decirlo pero hoy México se ha convertido en una Cd. Juárez»: Edith Olivares Ferreto, Directora Ejecutiva-Amnistía Internacional México.
Duele abordar a cada intervalo, más o menos breve, el tema que más duele a muchos: La violencia, especialmente la extrema, la que arroja, año con año, cifras que de tanto repetirse hasta parecen «normalizarse».
Sin duda que una buena parte de la «cuota» de las cifras de homicidios no guarda relación con el crimen organizado, que deriva de los elevados grados de violencia de la sociedad chihuahuense, pero la otra, la generada por las bandas del crimen organizado, a la que debe atender el Estado mexicano, en ella, éste ha mostrado una absoluta ineptitud.
Eso nos lleva a que cada cierto tiempo, derivado de la permanente confrontación de la delincuencia, se recrudece la violencia y le añade no pocos grados de inseguridad al total de la sociedad; no solamente, como muchos piensan, a los grupos rivales.
Hoy estamos en uno de esos «picos», en los que, como es lógico, en Juárez se desboca. Por desgracia esa situación abarca, cada vez con mayor ferocidad a otras regiones del estado, ante la cual, otra vez, como ocurre desde hace casi 20 años, el nuevo grupo gobernante y la administración federal muestran su elevada incapacidad para enfrentarla.
No debemos ir muy lejos para encontrar la respuesta, como lo han sostenido muchos de los expresidentes latinoamericanos y muchas voces en el mundo: La estrategia militarista para enfrentar al narcotráfico está totalmente equivocada. Sus resultados son más que evidentes.
Esa es una de las conclusiones más importantes de la reciente Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas «Por la vida, la paz y el desarrollo», efectuada días atrás en Colombia, con la participación del presidente López Obrador; en ella, el presidente colombiano, Gustavo Petro, insistió en que «La política llamada guerra contra las drogas ha fracasado, no sirve, si la continuamos vamos a sumar otro millón de muertos en América Latina y vamos a tener más Estados fallidos y quizás la muerte de la democracia en nuestro continente». (Nota de Samuel Salgado, France Press, 10/sept/23).
Sorprendentemente, el mandatario mexicano respondió como si estuviese aplicando una política contraria a la militarista, dijo que «Tenemos que luchar primero contra la pobreza, contra la desigualdad para enfrentar el problema de la violencia, hay que ofrecer empleos, buenos salarios, atender a los jóvenes, garantizarles la oportunidad de estudio, de trabajo (…) Atenderlos, darles opciones es quitarles el semillero a las bandas de la delincuencia, que no los enganchen». (Ibídem). !!!!!
Casi culmina su gobierno (con 165 mil 791 homicidios, hasta el viernes, según TResearch), en el que, prácticamente militarizó la totalidad de la seguridad pública y sale a presumir de hacer lo contrario de lo que efectivamente hace su gobierno, hasta el grado de que esta parte -la militarización de la vida pública- será su legado más nocivo.
Los resultados son más que elocuentes.
¿Cuál es la diferencia con la estrategia aplicada por Felipe Calderón, particularmente en Juárez y Chihuahua?
Sobran los testimonios, las investigaciones, los recuentos: «… Para el caso concreto de Chihuahua, fueron desplegados en una primera intervención, en marzo de 2008, más de 2 mil militares y 500 agentes federales. Los meses posteriores, otra cantidad similar de efectivos se sumarían al operativo. Pero lejos de contener la violencia, la militarización de la seguridad pública desató un torrente de atrocidades y un aumento alarmante de desapariciones forzadas, torturas y ejecuciones. En 2007, por ejemplo, la entidad registró 469 homicidios, de acuerdo con datos de la entonces Procuraduría General de Justicia de Chihuahua. Tal cifra fue avasallada por los 94 mil 249 abusos cometidos por las fuerzas de seguridad entre 2008 y 2013 en Chihuahua, incluso ejecuciones extrajudiciales, o más de 15 mil cada año, de acuerdo con un informe elaborado por el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez en 2013». (Nota de Ignacio Alvarado, El Universal, 30/08/2023).
Nada de esto cambiará en lo que resta del sexenio pues «De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2024, la Sedena tendrá un alza de 121% con respecto al 2023 y la Semar un aumento de 63.7%. Esto contrasta con el aumento del 2% que tendrá la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
… Otro riesgo es que las corporaciones a cargo de militares endurecen su forma de actuar: durante 2022, la CNDH recibió 577 quejas por abusos cometidos por la GN y 428 por el Ejército… es innegable que la formación militar ha mostrado ser ineficaz en la seguridad pública…». (Eunice Rendón, “La ineficaz militarización de la seguridad pública, El Universal, 10/9/23).
Al solar lo han gobernado presidentes emanados del PRI, PAN y Morena y lo que han hecho, y siguen haciendo, es prácticamente lo mismo. Los resultados, por desgracia, son los mismos, o muy parecidos.
«Unidos por Juárez se pone en marcha este martes por el Gobierno Federal, a través de la Sedena, en conjunto con autoridades estatales y municipales; es la cuarta estrategia contra la violencia de la administración de AMLO, la 14o. en los últimos 23 años… la cual será encabezada por el Ejército.» (Nota de Rocío Gallegos, Marco Antonio López e Itzel Ramírez, La Verdad, julio 18, 2023).
Silvia Méndez, directora del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, dijo a ese medio que «la presencia del Ejército no ha venido a disminuir los indices de violencia, por el contrario, repuntan otros delitos, como la tortura y ejecuciones extrajudiciales». (Ibídem).
A su vez, Gero Fong, cofundador del Movimiento contra la Militarización, afirmó que «Ciudad Juárez sigue siendo una de las más violentas del mundo, “que hayan disminuido los crímenes con relación a los que se registraban en 2008 o 2010, no quiere decir que dejen de suceder”, afirmó». (Ibídem).
A pesar de esos resultados, «de 2018 hasta 2023, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) incrementó 84% el número de elementos asignados a la seguridad pública en Juárez, al pasar de mil 907 a tres mil 517». (Ibídem).
Y como antes, las declaraciones oficiales, siempre, nos develan cosas que nos llevan a concluir -Si esta información la tenían en su poder ¿Por qué no hicieron algo antes de que ocurrieran los hechos?-:
«Homicidios, ‘por cristal y tráfico de migrantes’. Un saldo de 15 personas muertas, entre ellas tres mujeres y un adolescente, además de una bebé sustraída por la que se activó la Alerta Amber, dejó el pasado lunes la supuesta “limpia” que hizo el grupo delictivo “La Empresa” de supuestos vendedores de ‘cristal’ que pertenecen al Cártel de Sinaloa, revelaron jefes policiacos». (Nota de L. Sosa / A. Castañón / El Diario, 30/ago/23).
Tal teoría «explicó» la masacre ocurrida en Juárez el 29 de agosto pasado, en la que mataron a 15 personas, por una supuesta ‘limpia’ que hizo el grupo delictivo “La Empresa”.
Y esa fue una más del «rubro» en el que, desafortunadamente, Chihuahua liderea en el país, los homicidios son cada vez más salvajes y caen más víctimas en un solo evento.
Del recuento de los asesinatos cometidos en el mes de agosto, en Juárez, la redacción de nuestro periódico concluyó que «Aumentan atrocidades en homicidios» pues varios de los cuerpos de las personas asesinadas mostraban huellas de violencia extrema, además de los disparos de arma de fuego.
«De acuerdo con la Galería del horror: atrocidades y eventos de alto impacto, enero-abril 2023, elaborado por la organización Causa Común, durante el primer cuatrimestre del año Chihuahua registró la mayor cantidad de atrocidades en el país, 222; seguido de 176 en Baja California, 170 en Guanajuato, 161 en Guerrero y 130 en Morelos. Dichas atrocidades sumaron 473 víctimas en el estado, entre ellas al menos 108 casos de tortura, 30 asesinatos de mujeres con crueldad y 15 masacres». (Nota de la redacción, El Diario de Juárez, 17/jun/23).
Un mes antes de los datos mencionados, al término de julio, Juárez se colocó como la ciudad lideresa nacional en los asesinatos de mujeres, debido a que «aumentaron 22%». (Nota de Diego Villa, El Diario de Juárez, 9/jul/23).
Es de tal magnitud el incremento en el número de homicidios en Juárez, que los espacios para dar albergue a los cadáveres se han colmado, a grado tal que ya anunciaron la construcción de un «Centro Forense».
En medio de tal oleada, a principios de agosto, la organización derechohumanista no gubernamental más reconocida, Amnistía Internacional, celebró un acto conmemorativo frente a la Cruz de clavos en Chihuahua, con la presencia de Edith Olivares Ferreto, Directora Ejecutiva de Amnistía Internacional México, a 30 años de que se empezaron a documentar los feminicidios, y afirmó que transcurrido ese lapso «no hay justicia para las familias y la violencia feminicida abarca ya todo el país». (Reporte de AI, 8/ago/23).
«México cuenta con leyes e instituciones para atender la violencia contra las mujeres pero no se aplican o no funcionan por ineficiencia, negligencia y falta de presupuestos… A 30 años de que se empezaron a documentar los asesinatos de mujeres en Chihuahua y Ciudad Juárez, es lamentable que las familias de las víctimas aún no tengan acceso a la justicia. Además, en estas tres décadas, la violencia se ha extendido de manera incontenible a todo el país», y la impunidad en los feminicidios llega al 98%.
«… sólo 90 de los mil 047 asesinatos el año pasado en Juárez, equivalente al 92% de impunidad, de acuerdo con la información otorgada por la Fiscalía General del Estado a la Mesa de Seguridad y Justicia de Ciudad Juárez, en todo 2022 obtuvieron justicia mediante la sentencia condenatoria a sus agresores, informó el organismo ciudadano». (Nota de Diego Villa / El Diario de Juárez, 27/ene/23).
¿Cómo cambiar tan siniestra realidad y tan gigantesca ineptitud?
*Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023
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