*Deciden ir juntos en 100 distritos PAN, PRI y PRD
*Se inscriben los aspirantes de Morena. Maru el 13 y levantan la mano Carlos Borruel y Alfredo Lozoya
*Sorpresivamente, el alcalde de Juárez, Armando Cabada, se inscribió en Morena
*Escala Corral conflicto, pide desafuero de Cruz Pérez Cuéllar. Le responde la nomenclatura morenista
*Jaime García Chávez la buscará por la vía independiente
Luis Javier Valero Flores
Inmersos, ya, en la ruta electoral del 2021, todos los acontecimientos políticos de la semana derivaron de las definiciones que partidos, aspirantes y grupos de ciudadanos tomaron en aras de impulsar a su preferido (a) a ocupar la gubernatura de Chihuahua.
Necesariamente las definiciones deberán tomar en cuenta el objetivo más caro que las dirigencias de PAN, PRI y PRD se plantearon: Alcanzar la mayoría en la Cámara de Diputados.
Del mismo modo, el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, aceptó declinar la exigencia de que el candidato de su partido al gobierno de Campeche fuera apoyado por el PAN, a cambio de ir juntos parcialmente en la elección federal, además de existir acuerdos previos para las gubernaturas de Baja California Sur, San Luis Potosí, Sonora, Colima y Tlaxcala.
Ese mismo objetivo lo planteó el presidente López Obrador a sus seguidores, en una por demás ilegal e impropia declaración en la que se refirió al proceso electoral, como si él formara parte de los equipos que se disputarán la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas y más de la mitad de las alcaldías y las diputaciones locales en el país.
Por ello, el INE lo reconvino y le exigió abstenerse de efectuar expresiones propias de los actores político-electorales.
La sorpresa vino del lado guinda.
Cuando todo transcurría “normalmente” en la inscripción de los aspirantes de Morena para el estado de Chihuahua, sorpresivamente apareció el alcalde juarense, Armando Cabada, para inscribirse como precandidato “externo”, de acuerdo con la convocatoria emitida, dijo.
Así, se inscribieron Carmen Almeyda, Armando Cabada, Bertha Caraveo, Martín Chaparro, Rafael Espino, Juan Carlos Loera, Cruz Pérez Cuéllar y Víctor Quintana.
La inscripción de los aspirantes de Morena a las candidaturas de los 15 gobiernos estatales en disputa en la ciudad de México se convirtió en una verdadera romería. Los aspirantes y sus más cercanos seguidores abarrotaron las instalaciones del partido guinda. A ese tema regresaremos luego.
A querer y no, la inscripción de Cabada atraerá la mayor parte de las discusiones y debates en las semanas próximas. Será un actor que la dirigencia de Morena deberá sopesar cuidadosamente.
Su inscripción, y la del resto de los aspirantes morenistas atenuó el impacto causado por la petición de la Fiscalía General del Estado de desafuero del senador Cruz Pérez Cuéllar, a quien acusa de ser beneficiario de los recursos ilegales de la denominada “nómina secreta”, del mismo modo que la alcaldesa capitalina, Maru Campos, a quien, por otra parte, se filtró, sería llamada a fin de darle a conocer de la existencia de una causa en su contra.
La presencia de Cabada puede desequilibrar el proceso morenista. El proceso interno establece que una instancia partidaria de Morena resolverá quienes, de los inscritos como precandidatos, se quedarán entre los cuatro que serán encuestados para definir al candidato al gobierno de Chihuahua. De esos cuatro emergerá el candidato.
El alcalde de Juárez develó las razones de su inscripción. Dijo haber recibido el apoyo de “importantes” miembros del partido, así como de grupos de simpatizantes, y ubicó su esperanza en obtener el triunfo, de darse la conjunción de las simpatías electorales de Morena y las propias.
Vistas fríamente las cifras, no anda mal encaminado. De ser el candidato de Morena, este partido obtendría una considerable ventaja -recordemos que en la elección a la alcaldía juarense del 2018, entre Javier González Mocken, el candidato de Morena, y Cabada, obtuvieron 360 mil votos, en números cerrados- que podría darles una ventaja muy superior a la que pudiese obtener la alcaldesa Campos en la capital del estado, en caso de ser la abanderada panista, e insuperable para cualquier candidato ajeno a Morena.
Vaya que la inclusión de Cabada mete en aprietos a la dirigencia nacional de Morena ¿O alentaron dicha participación?
Por los antecedentes del alcalde juarense y por el hecho de haber sido acompañado en la presentación -al igual que el resto de los aspirantes- por el delegado del Comité Nacional de Morena, José Ramón Enríquez, puede inferirse sólidamente que recibió una invitación de las alturas de Morena
¿Qué tan altas? Es lo que deberemos dilucidar.
Anotemos un hecho, el de que el presidente López Obrador basa sus decisiones político-electorales sólo en las preferencias electorales. Tal conducta es la misma desde los tiempos en que fue dirigente nacional del PRD.
Cabada, igual que Pérez Cuéllar en su momento, argumentó que su decisión se basó en la coincidencia con el gobierno de la 4T “y con las políticas de ayuda al que menos tiene, que implementó el presidente Andrés Manuel López Obrador”. (Nota de Tiempo.com, 5/XII/20).
El desfile de los aspirantes de Morena casi desaparece -en el ánimo ciudadano- a la presentación de la petición de desafuero (Juicio de procedencia) en contra del senador morenista, Cruz Pérez Cuéllar, y la amplísima difusión otorgada a la carta que el gobernador Javier Corral le enviara al presidente nacional del PAN, Marko Cortés, en la que le describe su lucha anticorrupción, así como su dolor, por el hecho de que, escribió, se encontraran en dicha nómina la alcaldesa Campos y el ex coordinador de los diputados panistas en ese momento, hoy Secretario del ayuntamiento, César Jáuregui.
Pero la carta reveló otro aspecto, no menos siniestro de las posturas y actividades del gobernante chihuahuense.
La carta fue fechada el 19 de noviembre; en ella, Corral no sólo describe las acusaciones sino que asevera saber de la existencia de la presunta comisión de delitos por ambos panistas, incluso desde fechas lejanas y aunque no lo dice expresamente, por el tono, por las afirmaciones, el entorno en el cual dice se dieron las investigaciones, le avisa que va a actuar, como acudiendo al dirigente nacional para que tome cartas en el asunto y evite que Campos insista en sus aspiraciones políticas.
La carta tiene un indudable tufo extorsionador: Dile a Maru que desista de la candidatura y no procederé en su contra.
Esa es la razón por la que Corral se esperó largos casi tres años para dar a conocer que la denuncia se encuentra en manos de los jueces.
En esa larguísima misiva, Corral, -y en todas sus más recientes declaraciones- sabedor de la interpretación interesada que se le daría al hecho de presentarla solo hasta fechas muy recientes (de hecho, todavía hasta la fecha no se ha tenido noticia de alguna orden de aprehensión en contra de los munícipes capitalinos) y de que esas interpretaciones coincidirían en que las motivó, estrictamente, el objetivo político-electoral, es decir, desbarrancar las candidaturas de la alcaldesa y la del senador Pérez Cuéllar, el gobernador Corral ha insistido en que solo hasta que se diera la orden judicial (del juez norteamericano que lleva el proceso de extradición) de no otorgarle la libertad provisional al ex gobernador César Duarte, hasta entonces podían actuar en contra de los señalados.
Miente.
Desde fechas tan tempranas como el período en que era gobernador electo (de acuerdo con las múltiples declaraciones del ahora aspirante a la candidatura al gobierno de Chihuahua, Jaime García Chávez) tuvo acceso a las evidencias que, dice, sustentaban las acusaciones de Corral en contra de los ahora señalados.
Peniche y Corral estaban obligados a presentar las denuncias correspondientes, junto con el resto de las causas penales que presentaron a lo largo de estos meses; de ese modo, los supuestos delitos cometidos por los involucrados en la “nómina secreta” formarían parte de las causas del juicio de extradición seguido en contra del ex gobernador Duarte.
Muy atento de los tiempos, el gobernador Corral decidió enturbiar las aspiraciones del senador Cruz Pérez Cuéllar, pero recibió las contundentes respuestas del presidente López Obrador, del líder de los senadores, Ricardo Monreal, y del dirigente nacional, Mario Delgado. No habrá juicio de procedencia en su contra.
Que los electores resuelvan, dijo el presidente, pero en el camino la acusación de Corral en contra del senador puede hacer que pierda algunas simpatías, quizá las necesarias para emerger como el candidato del morenaje.
A tal entramado político-electoral dará respuestas puntuales la candidatura independiente del abogado y activista Jaime García Chávez, voz autorizada, desde la sociedad, para aparecer en la boleta electoral.
Esto apenas empieza.
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