Una reflexión personal.
Para Wikipedia, el “Culiacanazo” no existe como tal; con más elegancia, la moderna enciclopedia, lo nombra: “La Batalla de Culiacán”, resabio de los enfrentamientos revolucionarios ocurridos a principios del pasado siglo XX; aunque a continuación refiere la respectiva entrada: “también conocida popularmente como Culiacanazo’”.[1]
En obvio de tiempo y espacio, resumo algunas de las notas con que se caracteriza el hecho en la referida fuente: el 17 de octubre de 2019, también conocido como “Jueves Negro”, un gran convoy de vehículos se dirigió a la casa de Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, sita en Culiacán para para ejecutar una orden de un juez estadounidense, cuando fue atacado; los militares lograron capturar a Guzmán López, pero rápidamente se vieron rodeados por los hombres armados del Cártel de Sinaloa, quienes comenzaron a atacar objetivos gubernamentales y militares en derredor de la ciudad. De hecho: “se podían ver enormes torres de humo saliendo de autos y vehículos en llamas. Los sicarios estaban bien equipados, con chalecos antibalas y ametralladoras pesadas. Al final, Guzmán López fue liberado después de que ocho militares fueron tomados como rehenes”.[2] El entonces presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, “defendió la decisión de liberar a Guzmán López, argumentando que evitaba la pérdida de vidas”.[3]
Se consumó así, esto lo digo yo, una de las peores traiciones a la patria que haya visto la historia del mundo: un presidente de la República asumía públicamente, además,[4] su responsabilidad en la defensa de uno de los peores delincuentes mexicanos, reos de cargos que van del tráfico de fentanilo —una de las drogas más dañinas que sea posible concebir y que sólo en Estados Unidos, el año pasado, causó la muerte de casi el 70% de los decesos por sobredosis[5]— al asesinato de miles de personas en todo el territorio nacional.
¿Cuál ha sido la respuesta de ese grupo criminal a las cortesías gubernamentales? Dos datos duros, plenamente demostrados:
- Cien días —sí, leyó usted bien—, ¡cien días de violencia ininterrumpida en Culiacán!,[6] millones de pesos en pérdidas para la economía local, miles de empleos desaparecidos y un miedo y una angustia atroz vividos a diario, para miles de familias sinaloenses, y
- La cereza del pastel: el único resultado visible, conspicuo, destacado, obtenido por el flamante operativo de seguridad en Culiacán, Sinaloa —iniciado desde el mes de noviembre de este año, con el rutilante Secretario de Seguridad, Súperpolicía, Robocop región 4, Batman de petatiux, a la cabeza, el ínclito, benemérito y nunca bien ponderado, bilicenciado, Omar García Harfuch—, ha sido, además de las cientos de muertes de los últimos cien días, el asesinato de uno de sus agentes en un ataque armado, ocurrido ahí mismo, en Culiacán, el día de ayer.[7]
Usted que me lee, querida lectora, apreciado lector, si no le da para llorar, póngase a reír. Hay que ser un perfecto imbécil para seguir siendo chairo.
Del enfrentamiento interno entre los dos pillos de Adán Augusto y Ricardo Monreal, ante la mirada idiota de la presirvienta, hablaremos otro día.
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Luis Villegas Montes.
[email protected], [email protected]
[1] Entrada en Wikipedia. [En línea]. Visible en el sitio: https://es.wikipedia.org/wiki/
[2]Ídem.
[3]Ídem.
[4] Tuckman, Jo (18 de octubre de 2019). “’We do not want war’: Mexico president defends release of El Chapo’s son”. The Guardian (en inglés). Consultado el 18 de diciembre de 2024.
[5] Artículo de Josh KatzMargot Sanger-Katz y Eileen Sullivan titulado: “¿Qué es el fentanilo? Datos sobre la crisis en EE. UU.”, publicado el 6 de octubre de 2023, por el periódico New York Times.
[6] Artículo de Lucy Sanabria titulado: “100 días de violencia en Culiacán: Testimonios de la otra ‘pandemia’”, publicado el 18 de diciembre 18 de 2024. [En línea]. Visible en el sitio: https://www.sopitas.com/
[7] Artículo de Pablo Ferri titulado: “Un ataque contra policías de Harfuch en Sinaloa deja al menos un muerto”, publicado el 18 de diciembre de 2024, por el periódico El País.