Ojinaga Chih.- Muchas veces nos cuesta entender como por ser personas de buen comportamiento, aun siendo buenos cristianos vienen situaciones difíciles a nuestras vidas, de tal manera que muchas veces nos cuesta poder entenderlas y viene a nuestra vida un estado de desesperanza o falta de esperanza, desánimo y muchas veces hasta poder desear ya no seguir en esta vida de tormentas.
Vamos a ver que Dios siempre tiene propósito con las tormentas que vienen a nuestra vida, dijo ayer el pastor Roberto Gutiérrez, de la Iglesia Mana En El Desierto.
Algo que nos enseña la Biblia, es que en medio de las dificultades, escases o necesidad, dolor, sufrimiento e inconformidad… permanezcamos en Dios!
Dios es tan especial que nos permite quejarnos, hacerle preguntas, llorar y desanimarnos, pues El conoce nuestra naturaleza humana, nuestras emociones.
Para mencionar una de esas historias en la Biblia, veamos a un profeta llamado Habacuc. En su caso, él se quejaba de las cosas que acontecían en su país: violencia, injusticias y la prosperidad del malvado. Sin embargo Habacuc encontró esperanza y paz por su fe en Dios a pesar de todas esas situaciones que afectaban su vida y su entorno.
Por eso en el último Capítulo de su libro, leemos una hermosa oración de Habacuc a Dios, en donde él manifestaba la gloria de su Señor con un corazón conmovido y convencido de que nada le quitaría el gozo de creer en su Dios todopoderoso.
Específicamente a partir del versículo 17 de ese mismo capítulo, notamos una grandísima confesión de confianza, fe y amor hacía Dios, con tal convencimiento de que nada, ningún dolor, aflicción o necesidad quebrará su relación con Dios: