Al igual que Hermann Hesse, no reniego del patriotismo, pero primeramente soy un ser humano, y cuando ambas cosas son incompatibles, siempre le doy la razón al ser humano.
Le doy la razón al ser humano porque, gracias a la capacidad de pensar y desarrollar el pensamiento, es que resulta posible y fácil comprender por qué a veces, aunque uno nunca imaginó que podía suceder, es necesario renegar del patriotismo.
Lo cierto es que nunca había renegado del patriotismo, pero en el contexto de lo que Andrés Manuel López Obrador concibe, practica e inculca como patriotismo, el reniego que ahora hago se explica por sí solo. Es decir, si engañar, manipular, polarizar y esquilmar al país y a la sociedad, ser corrupto, opaco, cínico, simulador, y abusar del poder y la posición pública en beneficio personal es ser patriota, entonces ¡Al diablo su patriotismo!
Que quede claro pues que el reniego no es de la esencia y espíritu del patriotismo, sino del falso patriotismo que López Obrador y compañía profesan e inculcan. Dicho de otro modo, el repudio no es contra el patriotismo puro y desinteresado, sino en contra del seudopatriotismo que Andrés Manuel López Obrador, Morena y la cuatro-te teorizan, practican, suscriben y prescriben.
Y para entender y comprender mejor el tema en cuestión, resulta imprescindible referir la forma tan acertada en la que Theodore Roosevelt concebía el patriotismo. Entre otras cosas, Roosevelt explicaba que patriotismo significa apoyar al país, pero no necesariamente significa respaldar al Presidente ni a ningún otro funcionario público, salvo exactamente en la medida en que él mismo respalda al país. Al respecto, Roosevelt precisó que es patriótico apoyar al Presidente en la medida en que sirva eficientemente al país, pero que es antipatriótico no oponerse a él en la medida exacta en que, por ineficiencia o de otra manera, no cumple con su deber de defender al país. En cualquier caso, es antipatriótico no decir la verdad, ya sea sobre el Presidente o sobre cualquier otra persona.
Entonces, contrastando los dichos y hechos del presidente Andrés Manuel López Obrador y compañía con lo expresado por Theodore Roosevelt, lo dicho por Hermann Hesse -mismo que ya suscribí- adquiere mayor sentido, al igual que lo señalado hace pocos días por la académica y periodista mexicana, especialista en ciencia política, Denise Dresser: “Después de tres años, por soberbia o prisa o miedo o ignorancia, el presidente se envuelve en la retórica del patriota, cuando se ha convertido en un traidor”. Dicho de otro modo, López Obrador es -sin duda alguna- un seudopatriota traidor.
A modo de complemento a lo anterior, en esta ocasión concluyo citando lo dicho alguna vez por el historiador, político y vigésimo sexto presidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt: Anunciar que no debe haber críticas al presidente, o que debemos apoyar al presidente, sea correcto o incorrecto, no solo es antipatriótico y servil, sino que es moralmente traidor para el pueblo.
Aída María Holguín Baeza
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