Muchas y muy valiosas mujeres
Durante la época de la Revolución Mexicana, existieron muchas, muy valiosas y valientes mujeres que se sumaron a la causa popular, como lo fueron las Villistas Adela Velarde Pérez “La Adelita”, Encarnación Mares, Petra Herrera, Valentina Ramírez Avitia “La Valentina”, Ángela Jiménez, María Quintero Meraz y Carmen Vélez “La Generala”. Las Zapatistas Amelia Robles (quien después se convirtió en Amelio), Margarita Neri, Rosa Bobadilla y María de la Luz Espinoza Barrera.
Y por supuesto, la mujer que nos ocupa hoy, Clara de la Rocha, quien, a diferencia de las otras, que se iniciaron en labores de alimentación de la tropa, atención y cuidados de los heridos en batalla y que después tomaron las armas, pelearon y todas ellas, por su valor y liderazgo en batalla, alcanzaron sus diversos grados; en el caso de Carmen Vélez y Adela Velarde Pérez “La Adelita” alcanzaron el grado de General.
En el caso de Clara de la Rocha, ella se integró directamente a la lucha armada, era valiente, férrea y muy brava, sin embargo, a diferencia de algunas otras, Clara nunca perdió su femineidad a pesar de que desde muy niñita disparaba y manejaba magistralmente las armas, instruida por su padre.
Lugar de nacimiento y procedencia familiar
Clara de la Rocha Ríos nació en 1890 en Tamazula, Durango, hija del General Herculano de la Rocha Jáquez y de María del Refugio Ríos Angulo; desde muy pequeñita mostró una asombrosa afición por las armas, su padre le enseñó a disparar, a manejarlas, así como a su limpieza y mantenimiento, por lo que a los doce años ya era una verdadera experta en el uso y manejo de armas
Su padre, el General Herculano de la Rocha Jáquez había nacido en 1846 en Guadalupe y Calvo, Chihuahua, la familia de la Rocha eran ricos mineros chihuahuenses y Herculano fue enviado por su padre para hacerse cargo de las minas de Topia y Tamazula, por lo que terminó por establecerse y casarse en Tamazula de Victoria, Durango, donde siguió prosperando.
Herculano y Clara, padre e hija, ambos a la revolución…conflicto familiar
En 1909, Clara se une al movimiento político antirreeleccionista de Francisco I. Madero y en 1910, al estallar la Revolución Mexicana, su padre el General Herculano de la Rocha se reúne con Madero y Villa, a quienes les jura lealtad, a pesar de ser militar de carrera y de ser un hombre rico y poderoso, no toleraba ver tanta injusticia social que existía en el porfiriato, a pesar de la modernidad y desarrollo que había introducido Porfirio Díaz al país.
Madero le agradece al General Herculano de la Rocha su disposición y su lealtad, lo asigna al General Villa, para que él decida donde ubicarlo; Villa le dice: “Mi General de la Rocha, usted será el encargado de hacer triunfar la Revolución en la Sierra de Durango y el Estado de Sinaloa, contamos con usted”. Y así fue.
Lo que no le hizo mucha gracia al General de la Rocha fue el enterarse de que su hija Clara de la Rocha también se puso a las órdenes de Madero y Villa, lo que motivó un disgusto del General con su hija, a quien no la quería en las batallas; él había pensado que su hija, junto con sus otros dos hermanos Mateo y Juan, se hicieran cargo de los negocios mientras él se iba a pelear la Revolución y a cumplir el encargo que el General Pancho Villa le había conferido.
Clara de la Rocha Ríos no se anda por las ramas
El entonces Capitán del Ejército Federal, Ramón F. Iturbe, cumpliendo órdenes superiores se infiltra en el movimiento revolucionario, en las filas maderistas y villistas con el fin de recabar información para ser transmitida al Ejército Federal; el Capitán Iturbe es descubierto por los villistas y se ve obligado a huir hacia la Sierra de Durango, en donde el General Herculano de la Rocha es avisado de su presencia en la zona.
Pero su hija Clara se adelantó a su padre, ella también tenía su red de información y se enteró de que el Capitán Ramón F. Iturbe atacaría la población de Topia, Durango; para su sorpresa, Clara de la Rocha al frente de un grupo de serranos ya lo esperaba y al más puro estilo de una guerrilla, le sale al paso haciendo huir a Iturbe y su gente bajo una nutrida balacera y persecución hasta asegurarse de que no regresaran los agresores. Fue la primera acción de guerra de Clara de la Rocha.
Mientras tanto, en Tamazula, Durango, cómodamente instalado en su hacienda el General Herculano de la Rocha, saboreando una copa de tequila en una mano y un tremendo y aromático puro en la otra, conversaba con su esposa María del Refugio Ríos acerca del importante encargo que le habían hecho Madero y Villa, y pensando que su hija Clara estaba en Topia a cargo de las minas, cuando es informado de que su hija Clara, al frente de un grupo armado derrotó y echó en corrida de Topia al Capitán Ramón F. Iturbe.
El pobre de Herculano casi se traga el puro al oír la noticia, pero muy rápido se levantó y dio la orden de reunir a toda la tropa, intuyendo que Iturbe podría haber huido rumbo a Tamazula; el General de la Rocha estaba ya preparado con sus tropas para la defensa de Tamazula, cuando a las afueras del pueblo se escucha una fuerte balacera; para la enorme sorpresa de todos, era Clara de la Rocha quien como perfecta conocedora de la sierra, había perseguido y alcanzado a las tropas del Capitán Iturbe, dándoles alcance justo antes de llegar a Tamazula, donde Clara de la Rocha le asestó su segunda derrota militar haciéndolo huir rumbo a Culiacán.
Clara de la Rocha Ríos, la Comandante guerrillera
A partir de esas dos victorias en acción de guerra, al General de la Rocha no le quedó más remedio que admitir que su hija era una verdadera militar y la admitió como parte de sus tropas; por su parte, en Chihuahua, Pancho Villa enterado de estas dos victorias de Clara de la Rocha, autoriza a que Clara y su grupo armado se integren con su padre, y les sugiere que siga actuando como una guerrilla, de forma sorpresiva, mientras que el General de la Rocha actuará como tropa regular del Maderismo; además, Villa le otorga a Clara de la Rocha el grado de Comandante de la Guerrilla Revolucionaria de la Sierra de Durango y Sinaloa.
De esa manera comenzó a actuar Clara de la Rocha en la Revolución, en forma de guerrilla, sorpresiva, furtiva, casi clandestina, aprovechando que su familia era bien conocida en toda la región de la sierra, desde Topia y Tamazula en Durango, hasta Imala, Sanalona, Tepuche y todos los pueblos y aldeas en Sinaloa; toda esa gente le brindaba información acerca de donde estaban los federales y eso sirvió para que tanto Clara como su padre fueran imponiendo la revolución en toda la región, para beneplácito de los jefes políticos y militares.
Así, poco a poco se fue haciendo de fama la Comandante de Guerrilla Clara de la Rocha, a punta de pequeños zipizapes y batallas con los federales, recuperando pueblos y aldeas y replegando al gobierno, hasta que le llegó su prueba de fuego: la Toma de Culiacán.
Clara de la Rocha Ríos, la Toma de Culiacán… asciende a Coronel
Ante el avance de las guerrillas de Clara de la Rocha y las tropas de su padre, el Ejército Federal se había replegado hacia Culiacán; el General de la Rocha le informa al General Villa sobre la situación y ambos coinciden en que hay que tomar la ciudad de Culiacán a como de lugar, pues con eso tendrían ya el control de Sinaloa en poder de la Revolución; para ello, recurren a la gente que les informa que los federales están parapetados en la Casa de Moneda, en la Catedral, en la Iglesia del Santuario del Sagrado Corazón de Jesús y en un lugar conocido como Puente de Cañedo.
Con esa información, Clara de la Rocha no esperó ni un segundo, con su tropa se dirigió a la Casa de Moneda y atrás de ella su padre y sus tropas (cuando debería ser a la inversa); con Clara al frente, entran a fuego limpio a la Casa de Moneda tomando por sorpresa a la desprevenida guardia de federales, la mayoría cayeron muertos, solo unos cuantos alcanzaron a escapar de ahí; con la Casa de Moneda en su poder, los de la Rocha se van a ocupar el Palacio de Gobierno que estaba solo.
Con el asalto a la Casa de Moneda, Clara de la Rocha se ganó el grado de Coronel; el mismo General Francisco Villa le envió un telegrama notificándole su ascenso y también una dura reprimenda, recordándole que por encima de ella hay un General, que además es su padre, ordenándole disciplinarse, sabiendo que cualquier indisciplina en las filas villistas se castigaba con el fusilamiento. A Clara le quedó claro el mensaje.
Para completar la Toma de Culiacán, el General y la Coronel de la Rocha se dirigen a la Catedral de donde sacan a todos los soldados a punta de balazos, muchos cayeron en combate y algunos fueron hechos prisioneros; algunos más huyeron; de ahí partieron a la Iglesia del Santuario del Sagrado Corazón de Jesús; la Coronel Clara de la Rocha ordena a su gente subir a la azotea, mientras que su padre amaga con incendiar la iglesia, haciendo salir a los federales a quienes desde la azotea les cayó una lluvia de plomo, hasta que los que quedaron vivos se rindieron.
Cuando parecía que la ciudad estaba bajo control de los villistas, un grupo de federales fugados y escondidos emboscan al General Herculano de la Rocha en un lugar llamado Puente de Cañedo; al ser avisada, Clara toma un grupo de su tropa y acude a auxiliar a su padre, quien se encontraba parapetado de las balas enemigas debajo de un puente; al llegar la Coronel de la Rocha y su gente, sin ninguna piedad arrasaron con los emboscados federales; en esta batalla el General Herculano de la Rocha recibió un rozón de bala cerca del ojo derecho, sin consecuencias. Así se logró la Toma de Culiacán y el Estado de Sinaloa quedó en control de los villistas al mando del General y la Coronel de la Rocha.
La Coronel Clara de la Rocha Ríos se desvanece del proceso revolucionario
A partir de aquí se comienza a desvanecer el rastro de Herculano y Clara de la Rocha, la gran mayoría de historiadores coinciden en señalar que lo más probable haya sido que el General de la Rocha decide sacar a su hija de los peligros y los horrores de la revolución y se van a sus ranchos y sus minas, en compañía de su esposa e hijos. Sin embargo, tiempo después padre e hija regresan al escenario bélico.
En 1914, el General Ángel Flores, entonces Jefe Militar del Estado de Sinaloa se encuentra batallando con las fechorías, asesinatos, asaltos, raptos y violaciones del Indio Bachomo y su banda de gavilleros; en ese momento, el General Ángel Flores recibe la orden superior de apoyar al General Benjamín Hill, Jefe Militar del Estado de Sonora, que estaba luchando contra el levantamiento de los indios Mayos en Navojoa; entonces el General Flores le encarga al General Herculano de la Rocha la persecución del Indio Bachomo mientras él va a Sonora a cumplir instrucciones superiores.
Para esa misión se le unió su hija la Coronel Clara de la Rocha y juntos persiguieron a Felipe Bachomo Aki, “El Indio Bachomo”; lo derrotaron consecutivamente en Los Natochis, Los Mochis, Mochicahui, Charay y Macoyahui, hasta que disolvieron su gavilla y lo hicieron huir hacia Navojoa, Sonora, en donde se unió a la revuelta de los indios Mayos. Este es el último rastro que se tiene de las actividades revolucionarias y bélicas de la Coronel Clara de la Rocha Ríos.
Coronel Clara de la Rocha Ríos… datos sobre su vida; inmortalizada en Hollywood
+ Clara de la Rocha Ríos fue la primera mujer en tomar las armas y pelear batallas en la Revolución Mexicana y la primera en obtener un grado militar.
+ Clara de la Rocha Ríos, a pesar de sus andanzas, nunca perdió su feminidad, siempre vistió y se presentó como una mujer, eso sí, armada hasta los dientes, pero muy femenina, a diferencia de muchas otras revolucionarias, que hacían todo para parecer hombres.
+ Clara de la Rocha Ríos se casó muy joven con Enrique Rivas Coronel, originario de ahí de Tamazula, con quien tuvo cuatro hijitos: Carlos, Rosa, Enrique y José Román Rivas de la Rocha, todos nacidos en Tamazula, Durango.
+ Clara de la Rocha Ríos siempre cargó una pistola automática, no utilizaba revólver, le gustaba la modernidad, al retirarse, la invitaban a asistir a torneos de tiro, en donde ponía en ridículo a los hombres; en los torneos en los que participó, todos los ganó.
+ George Lucas, director, productor y cineasta de Hollywood y creador de la exitosa franquicia “Star Wars” o “La Guerra de las Galaxias”, reconoce que para crear el personaje de la Princesa Leia Organa (interpretado originalmente por la actriz Carrie Fisher), se basó enteramente en la personalidad, estilo y peinados de Clara de la Rocha, así como de la relación con su padre, el viejo General de la Rocha. Lucas estaba hurgando en la historia de Pancho Villa para adaptar algunas de sus estrategias de combate a “La Guerra de las Galaxias”, cuando encontró a Clara de la Rocha, le fascinó su historia y decidió recrearla en el personaje de la Princesa Leia.
+ Clara de la Rocha Ríos fue reconocida como veterana de la Revolución y se le otorgó su pensión hasta su muerte; pero además ella luchó por otras muchas mujeres anónimas para que se les reconociera como veteranas de la Revolución, hasta que el Presidente, General Lázaro Cárdenas reconoció y otorgó pensión vitalicia a todas aquellas mujeres que comprobaron su participación en la Revolución Mexicana.
+ Finalmente la Coronel Clara de la Rocha Ríos fallece el día 1 de junio de 1970 a la edad de 80 años en Culiacán, Sinaloa; el entonces Secretario de la Defensa Nacional, General Marcelino García Barragán y el Gobernador del Estado de Sinaloa, Alfredo Valdés Montoya, autorizan a que sea sepultada con los honores militares. Sobre su tumba se lee el siguiente epitafio: “CLARA DE LA ROCHA RÍOS, CORONELA, REVOLUCIONARIA DESDE 1910; CON TODO EL AMOR DE SUS HIJOS ENRIQUE Y ROSA. DESCANSE EN PAZ. CULIACÁN, SINALOA JUNIO 1 DE 1970”.
Fuentes Bibliográficas:
+ enfilme.com
+ inehrm.gob.mx
+ e-consulta.com
+ facebook.com
+ ancestors.familysearch.org
+ wikisinaloa.org
+ stunam.org.mxes.wikipedia.org
+ congresosinaloa.gob.mx