Como lo prometido es deuda, es de destacar que la traición manifiesta al propósito de creación de la Cámara de Senadores se consuma si tomamos en cuenta lo siguiente: El primer elemento constitutivo de un Estado federal es la autodefinición plena concretada en la Constitución (ejercicio de soberanía); el segundo, es la participación de los entidades-miembros en la formación de la voluntad federal. Dicha participación puede ser indirecta o directa. La primera se canaliza a través del Senado, en donde las entidades federativas están representadas como tales y que participa en la función legislativa al lado de la Cámara de Representantes.
“Segundo elemento del Estado federal”, así llama Tena Ramírez,[1] dada su importancia, a la presencia del Senado en la vida de un Estado federal. Si se tienen dudas de la traición consumada por los senadores chihuahuenses al pacto federal, su incompetencia y complicidad con un régimen faccioso e intolerante, baste reparar que el hecho denunciado en apartados previos no es un hecho aislado. Es decir, esta evidente trasgresión al mandato constitucional no es única.
Lo verdaderamente preocupante, pues, es que parece que esta barbaridad se le está haciendo hábito a esa pandilla de bufones, pues los yerros del pasado parecen no hacer mella en su ánimo de violadores flagrantes y sistemáticos del orden jurídico.
Así es, el artículo décimo noveno transitorio del decreto por el que se reformó la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales establece: “Los Congresos de los Estados realizarán las adecuaciones necesarias a su legislación secundaria conforme al presente Decreto antes de noventa días del inicio del proceso electoral de 2023-2024”;[2] y el siguiente, vigésimo, que: “Los Organismos Públicos Locales realizarán las adecuaciones de sus estructuras orgánicas para establecer la estructura ocupacional mínima señalada en el artículo 99, párrafos 3 y 4 de la reforma a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales contenida en el presente Decreto, antes de noventa días del inicio del proceso electoral local de 2023-2024”.[3]
En este caso, como en el del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares, la transgresión a la Constitución federal es manifiesta, pues el Congreso de la Unión, Poder creado, se arroga facultades de las que carece y usurpa las funciones de otro Poder: el Constituyente Permanente.
Esta tónica se ha visto agravada si se toma en cuenta la monstruosidad consumada el pasado 29 de abril cuando, en menos de cinco horas, 66 senadoresde Morenay aliados aprobaron20 dictámenes; 18 de ellos relativos a leyes secundarias y dos más de reformas a la Constitución. Todo lo anterior, sin oposición ni debate.
¿Y los senadores por Chihuahua? Bien gracias.
Dos de ellos, Rafael Espino de la Peña y Bertha Alicia Caraveo Camarena, cómplices en la sistemática violación a la Constitución y a la legislación que rige su labor parlamentaria, sin ninguna vergüenza, sin pudor ni dignidad, se han sometido al juego lacayuno que su patrón de facto, Andrés Manuel López Obrador, les ha impuesto. Ese proceder ingrato no puede depararle ningún voto a ese par de bufones por parte de la sociedad chihuahuense.
El 2024 debe ser un año de reivindicaciones. No es posible dar continuidad a un régimen de payasos y cobardes, de agachones e ignorantes; de locuras seniles y sueños de opio. No es posible que la dignidad del Senado, que se basa en representar a los estados de la República como partes integrantes de la Federación, pero con autonomía y vocación libertaria (en teoría), se vea rebajada al escarnio, a la pública burla por la pavura encubridora y vil de quienes, se supone, asumieron el compromiso político y ético de respetar y hacer respetar la Constitución.
De Maderito mejor ni hablar. Ese enano (física, moral e intelectualmente hablando), ese pobre infeliz, la única vez que mostró cierta especie de valor, aunque no de decencia, fue cuando decidió pelear con malas artes su derecho a ser el candidato del PAN a la gubernatura del Estado, bajo los auspicios de Javier Corral (otro traidor en ciernes). A Dios gracias, ese par de miserables fracasó en sus afanes y ahora esperan las migajas que el régimen lopezobradorista se digne obsequiarles, en su condición miserable de paleros de ocasión.
La próxima entrega concluye la serie.
Continuará…
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Luis Villegas Montes.