Dije en la primera entrega que me quedaba claro que estos dos (Andrés Manuel López Obrador y la doctora Claudia Sheinbaum Pardo) nacieron vertebrados, vivíparos omnívoros, bípedos y terrestres; pero que, con el tiempo, habían mutado.
Pues bien, empecemos con Andrés Manuel, ya dijimos que nació omnívoro, pero poco a poco se ha ido convirtiendo en carnívoro; ¿qué cómo lo sé? ¡Ah, pues muy fácil! Nomás hay que ver su dieta. Los carnívoros son animales que se alimentan exclusivamente de carne de otros animales y entre estos encontramos a los carnívoros estrictos, los hipocarnívoros, los depredadores y los carroñeros; y para todas las personas que tengamos ojos y oídos, es evidente que AMLO lleva años alimentándose solamente de deshechos, de carroña que excretan otros partidos: el PRI, el PAN, el PRD (ahí están Javier Corral, por ejemplo, o Miguel Ángel Yunes). Andrés se traga hasta muertos de ocho días.
¿Y Claudia?, ya dijimos que nació vertebrada; pero vista su capacidad para contorsionarse, retorcerse y hacer genuflexiones, seguro ya es una neoespecie de invertebrado, algo así como un artrópodo, un equinodermo, un anélido o un nidario. Elija por el nombre al que más le guste; y ciertamente nació mamífera, bípeda y terrestre; pero con esa envidiable capacidad de reptar, propia de cualquier morenista adulto ya desarrollado, seguramente constituye una neoespecie de prototípico ovovivíparo o, lo que es lo mismo, parienta de una sierpe.
Ante la dificultad de clasificarlos vistas sus variadas taras, me quedo con que son una subespecie del citado en primer término, Cono Geógrafo o Conus Geographus (en latín). El Cono Geógrafo, a simple vista, es sólo una hermosa caracola, pero no; los cónidos ocultan un arpón conectado a una glándula que segrega un coctel de doscientas toxinas que utilizan para cazar a sus presas; es tan potente su veneno que a este animal se le apoda “caracol cigarrillo” porque, se dice, sólo hay tiempo para fumar un pitillo antes de morir; además cuenta con una segunda arma secreta: expulsa una nube de insulina con la que aturde a los peces para después atacarlos.[1]
¡Ahí lo tiene! Más de MORENA no se puede ser: en apariencia es una cosa atractiva, con una trampa oculta, con más de doscientas variedades de veneno y expulsa un atarantador para atarugar a sus víctimas. Tan atractiva que ahí están, treintaiséis millones de idiotas votando por ellos; tan tóxica que todo lo que toca lo mata o destruye; sus maneras de hacer daño parecieran infinitas; y secretan sustancias (por si usted no lo sabe, la insulina en exceso atonta) que parecen endulzar la vida a la gente, pero es sólo una estrategia para atraer incautos. Sí, definitivamente, los morenistas conspicuos son cónidos, pero, ¿de qué subespecie?
Veamos: por ser el papá (¡ay, papá!) de todos ellos, el licenciado Andrés Manuel López Obrador sería un Conus Geographus Lopezobradori Primus; y la doctora Claudia Sheinbaum Pardo —la mamá de los pollitos—, pero pollita ella también del gavilán pollero (rupornis magnirostris), sería Conus Geographus Lopezobradori Secundo. ¡Claro! Siempre que la vida fuera simple. El problema es que no lo es.
Ya lo dije, AMLO no sólo es un cónido, también es un rupornis magnirostris, de la familia de los accipitridae (o “gavilán pollero”, ya quedó establecido); ¿entonces?, el expresidente sería un Conus Geographus Lopezobradori Magnirostris Primus (en latín, “magnirostris” quiere decir: “pico grande”); y la presirvienta sería un Conus Geographus Lopezobradori Magnirostris Secundo; porque hasta ahorita es —y ha sido y seguirá siendo— una segundona; la ‘ñora encargada de hacerle los mandados al patrón.
Conste que lo de “presirvienta” no alude intrínsecamente a su condición femenina; si se tratara de un varón le diría “presirviente” en lugar de presidente; es sólo que una regla gramatical básica es que se respete el género de los sustantivos a la hora de aplicarles un adjetivo; y como la Sheinbaum es eso, Claudia, mujer, señora, doctora, política, presidenta (con “a”), ¿será humana? (no Claudio, ni hombre, ni señor, ni doctor, ni político, ni presidente, ni ser humano), pues en presirvienta queda.
Saludos a los cónidos y a aquellos otros que están por salir del huevo.
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Luis Villegas Montes.
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[1] Artículo de Javier Yanes titulado: “Los animales más venenosos del mundo”. [En línea] Visible en el sitio: https://www.bbva.com/es/sostenibilidad/los-animales-mas-venenosos-del-mundo/ Consultado el 28 de diciembre de 2024 a las 9.10 hrs.