Aunque la mayoría es originaria de Centroamérica, hay personas procedentes de Ecuador, Brasil e India; afirman que la pandemia de coronavirus propició los desplazamientos
YUMA, Arizona.
De pie al lado del descomunal muro fronterizo, un agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos observaba cómo un auto dejaba unos pasajeros al borde del camino del lado mexicano. “Ay, no”, afirmó. “Ahí vienen más”.
El gobierno de Biden sigue enfrentando una creciente cantidad de migrantes que llega a la frontera con México.
Tan sólo en abril pasado, la Patrulla Fronteriza se encontró con 178 mil 622 personas, la cifra más alta en 20 años.
“Vendimos nuestra casa, todo, para venir. “Gracias a Dios lo logramos”, dijo Gómez, un vendedor ambulante cuya familia salió de Venezuela hace tres meses para realizar el viaje por tierra.
La mayoría son de Centroamérica y huyen de la violencia. Sin embargo, en los últimos meses también ha llegado otro grupo de migrantes: los refugiados de la pandemia.
Es una cantidad de personas provenientes de países diversos.
En meses recientes en la frontera entre Estados Unidos y México, los agentes han detenido a personas de más de 160 países.
Según cifras oficiales divulgadas la semana pasada, 30% de las familias encontradas en la frontera en abril provenía de países diferentes a México, Guatemala, Honduras y El Salvador. Por encima del 7.5% de abril de 2019.
En marzo, fueron encontrados 12 mil 500 ecuatorianos, en comparación con los tres mil 568 de enero pasado.
Además, autoridades interceptaron a casi cuatro mil brasileños y más de tres mil 500 venezolanos, una cifra superior a los 300 y 284, respectivamente, de enero.
Incluso, algunos son originarios de India. Contaron que tomaron autobuses en sus pueblos natales con dirección a una gran ciudad, como Bombay, India, donde abordaron aviones a Dubái, Emiratos Árabes Unidos, y luego hicieron una conexión en Moscú, París y Madrid, para finalmente volar a Ciudad de México.
Desde ahí, se embarcaron en viajes de dos días en autobús para llegar a la frontera entre Estados Unidos y México.
Algunos entran por un boquete del muro en Yuma, Arizona, y optan por entregarse a las autoridades para solicitar un proceso de asilo.