Reflexión semanal
El ser humano tiene siempre una búsqueda constante. Siempre está en busca de cosas nuevas en el universo, el mar, en las entrañas de la tierra.
Dice la palabra de Dios que “…El que busca, halla… (Mat. 7:8) En este versículo hay una promesa inclusiva, y es que todo aquel que busca, halla. Puede ser que alguien lo halle antes, o después pues, el tiempo es de Dios.
Piense por un momento ¿Está buscando lo que realmente necesita? ¿Busca en su hogar y en su vida la paz que desea lograr? ¿Buscas una mejora económica? ¿Busca el propósito de Dios para su vida?
Si la respuesta es sí, sigua haciéndolo, pero con la fe puesta en el Señor, sabiendo que “es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1) Y con la seguridad de que eso llegará a su vida, porque todo aquel que busca, halla.
Si la respuesta es no, quiero animarlo que tome ahora la decisión de comenzar a buscar lo que necesita. La temporada que nos ha tocado vivir no es para estar perdiendo el tiempo escuchando y creyendo mentiras que le impiden crecer, madurar y ser la persona que el Señor quiere que sea.
No olvidemos que la biblia dice: “Buscad, y hallaréis”, y no “dormir, y hallareis” o “espera un tiempo, y hallareis”. A la hora de hallar, nada reemplaza el buscar, y la búsqueda es en la intensidad de nuestra propia comunión con el Señor. Dios nos llena de sabiduría, de inteligencia y de conocimiento para manejarnos de la mejor forma posible, y para utilizar los recursos, el tiempo y el esfuerzo de la mejor manera.
Entiendo perfectamente que todo debe ir acompañado de previa oración. Pero hay un tiempo para orar, y hay un tiempo de avanzar. “Pero Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen” (Éx. 14:15) Es decir que para hallar, hay que marchar. Hay que ponerse en movimiento, hay que esforzarse para lograr alcanzar los anhelos de la vida.
El Señor nos recuerda esto, pues muchas veces caemos en una actitud demasiado espiritual esperando que Dios descienda en una nube espesa entre relámpagos y truenos y haga lo que a nosotros nos corresponde hacer. Crea que es una realidad que Dios está interesado en que nos pongamos en marcha. Dios desea que actuemos, que llevemos a cabo acciones concretas que nos lleven al propósito, y a las bendiciones determinadas por el Señor para nuestra vida, y dejemos de vivir pidiendo sin hacer nada.
Muchos, no pocos, hacen de todo en lo espiritual, oran, ayunan, hacen guerra espiritual, piden consejería pastoral, hacen todo, menos ponerse en marcha.
Lo espiritual es necesario, pero luego llega el momento en que hay que marchar hacia la conquista de lo que uno quiere lograr, por eso Dios dice: “¿Por qué clamas a mí? Marcha para obtener lo que me estás pidiendo”
Esfuérzate y no te dejes vencer por las trampas del enemigo que quiere hacerte bajar los brazos. Es decir, este es tiempo de actuar de manera concreta. Dice en Eclesiastés 9:10 “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”
Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo