En la medida que se desarrolla el proceso electoral de los juzgadores, se hace más evidente la inutilidad de tal elección.
Es un monumental absurdo.
A los cálculos efectuados por distintos organismos electorales y especialistas en la materia, en cuanto a la participación electoral y el tiempo promedio que empleará cada elector, se sumó el aportado por la autoridad local.
Yanko Durán, presidenta del Instituto Estatal Electoral (IEE), estimó la participación en apenas el 10%. Y aclaró «que buscarán incrementar el nivel de participación estimado, de acuerdo con análisis realistas». (Nota de César Lozano, El Diario/Chihuahua, 16/4/25).
Ese cálculo coincide con los efectuados por otras autoridades electorales.
Entre los factores mencionados por Durán se encuentran «la falta de capacidad del Instituto y de los mismos candidatos y candidatas, para dar a conocer su propuesta a la ciudadanía».
Por otra parte, quizá sea lo más grave y probablemente esa sea otro de los factores más importantes causantes de tan baja participación, sea el tiempo promedio, calculado para que el elector promedio emita su voto.
Será entre 10 y 15 minutos.
El problema está en que ese cálculo fue efectuado para calcular la elección FEDERAL, es decir, para elegir a jueces, magistrados, ministros, integrantes del Tribunal Disciplinario, etc.
Pero a ese le falta el cálculo del tiempo empleado en la votación de juzgadores locales, que en el caso de nuestro estado será semejante al de la elección federal y debe calcularse de ese modo porque se votará en la misma casilla para elegir juzgadores federales y estatales.
Así, cada elector promedio empleará aproximadamente 30 minutos en votar.
Porque no solamente será el número de boletas entregadas a cada elector, sino la extrema complejidad de votar.
Ahora no se trata de ‘tachar’ un nombre y/o el emblema de un partido, sino de anotar dos cifras en cada uno de los recuadros pequeños colocados en la parte superior de la boleta.
Pero no serán los únicos, habrá que hacer lo mismo en la otra columna porque se deberá votar en una columna por los hombres y en la otra por las mujeres.
Y siempre se deberán inscribir dos números (dígitos) porque puede dar lugar a equivocación si solamente se escribe uno.
Además, aún si nadie le entregó a cada elector un «acordeón» (las anotaciones que hacían -¿hacen?- los alumnos en los exámenes) los electores deberán llevar anotados los nombres y número de los candidatos de su elección, o deberán tener muy buena memoria para recordarlos.
Si en las elecciones a diputados o alcaldes muy pocos recuerdan los nombres de los candidatos, nomás imaginémonos el tremendo ‘desbarajuste’ que será elegir a los juzgadores.
Vamos suponiendo que la casilla abra a tiempo y que empiecen temprano a recibir la votación ¿Cuánto tiempo soportarán los electores en la fila esperando que voten los primeros que llegaron?
¿Qué harán muchos al ver la tardanza, entre 25 a 30 minutos por elector?
¿Se quedarán?
Es muy probable que a los cálculos efectuados sobre la participación tengamos que añadirle la tardanza para entrar a votar.
Serán muchos menos los que votarán.
Si vota el 5% será una cantidad que se verá influida, en los resultados, al alcance de los partidos gobernantes, únicas fuerzas capaces de movilizar, para esta elección, a tal número de votantes y la elección de juzgadores se convertirá, como tantos lo dijimos, en el mecanismo para cooptar al Poder Judicial y, de pasada, destruir los avances que en esa materia habíamos obtenido en 200 años de vida independiente.
Columna de Plata de la Asociación de Periodistas de Cd. Juárez (APCJ): 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023
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