Aunque no debe extrañar porque se trata de juegos de poder que siempre existieron al interior del PRI y por las mismas circunstancias de sucesión presidencial, los forcejeos entre el presidente López Obrador y los opositores empresariales a su proyecto están haciendo crujir las amarras del galeote de remos del vigente viejo sistema/régimen/Estado que la 4T no ha podido siquiera amotinar.
En realidad, no es la primera ocasión en que se viven esas circunstancias. En 1973 el presidente Echeverría dio un giro estratégico a su política económica, decidió la expansión del Estado, se cobijó en la izquierda y los empresarios rompieron con él y decretaron una atonía de inversiones que desplomó la inversión privada e impulsó la inversión pública vía circulante y déficit presupuestal. La devaluación de agosto de 1976 fue, cierto, por el déficit presupuestal de 9%, pero mucho por la fuga de capitales.
Hoy vemos un remake de esa película. Y se presentan en los jaloneos Estado-empresarios cuando menos siete disputas reales:
1.- Por el proyecto de nación. López Obrador ha traído de regreso al Estado y los empresarios y aliados quieren seguir en la lógica del mercado.
2.- Entre dos bloques de poder que reflejan las clases productivas en lucha: el Estado y sus grupos no-propietarios de medios de producción y los empresarios.
3.- La lucha entre populismo de Estado contra neoliberalismo de mercado. Aquí los trabajadores y las clases explotadas no participan porque el populismo es el modelo de una élite gobernante y sus beneficiarios directos. Es lo que Marx definió como lumpenproletariado.
4.- El realineamiento alrededor de la Coparmex como sindicato patronal o bloque de poder dirigido por la clase empresarial anti Estado de las fuerzas anti AMLO que vienen desde 1988, incluyendo perredistas, panistas y medios sistémicos. Es un bloque antipopulista y contrario por definición a la economía de Estado.
5.- La disputa por la hegemonía del Estado y de su sistema de toma de decisiones. El Estado populista priísta fue dispersando su fuerza dominante y pasó de un liderazgo único a uno hegemónico entre muchas fuerzas. Hoy el bloque neoliberal, que copó al Estado durante seis sexenios, no quiere perder el dominio de las decisiones del Estado. López Obrador regresó la hegemonía del gobierno a un Estado unitario y unipersonal.
6.- La lucha por la dirección política del Estado. Los ciclos populista y neoliberal tuvieron a su grupo dominante en la dirección del sistema/régimen/Estado. López Obrador regresó a la presidencia unipersonal para evitar inclusive que sus aliados puedan representar a otros grupos.
7.- Y la disputa adelantada –como siempre ocurrió en el pasado priísta– por el reacomodo de grupos y dirigentes con miras a la sucesión presidencial de 2024. La lucha por la sucesión presidencial entre funcionarios, partidos y sectores de poder empresarial comienza a las 2 de la tarde del día de la toma de posesión del presidente en turno.
La configuración de dos bloques fuertes de poder –el del presidente de la república y el de los empresarios disidentes– puede llevar a un acuerdo –opción lejana– o puede provocar una ruptura que limite a la 4T y deje al país sin inversión privada productiva. La crisis de 1973-1976 la perdió Echeverría por la baja capacidad presupuestal del Estado como inversionista. Si López Obrador se estaciona sólo en la inversión asistencialista, la recesión sexenal le irá reduciendo el control político de la sucesión 2024.
Banco Accendo. La crisis en el interior del Banco Accendo podría sacar de su escondite al secretario de Hacienda, Arturo Herrera, porque un juez prohibió asambleas de accionistas por irregularidades, pero los que controlan el banco convocaron a una asamblea (que será ilegal) para hoy jueves 30 e imponer su asociación con el Grupo Toka. El grupo de Javier Reyes podría dar el albazo, aunque la Comisión Bancaria tendría que intervenir. Es la hora en que Hacienda mira hacia otro lado, no se sabe si por un secretario agobiado por otros temas o por alianzas perversas. La parte legal de Moisés Cosío tiene la ley de su parte, pero en la pandemia cada uno hace lo que quiere sin acatar las leyes.
Política para dummies: La política en un juego de tensión dinámica y siempre entre dos polos que se repelen.