El apoyo de la mayoría de los diputados federales al morenista Cuauhtémoc Blanco, para que no le quitaran el fuero y la lamentable porra de varias de las diputadas de Morena, parodiando la consigna y los gritos del movimiento feminista de «no estás sola» aplicada al exgobernador de Morelos, no fue el único hecho lamentable, deplorable de la clase política mexicana.La votación de los diputados federales del PRI sí tiene parangón, y es muy reciente, con los mismos ingredientes, cuya moneda de cambio es el cese de la persecución judicial, por el voto en la Cámara, en este caso de la de Diputados.El antecedente inmediato es el de los expanistas Miguel Angel Yunes -padre e hijo-, quienes de la noche a la mañana se convirtieron en parte de la Cuarta ‘Restauración’, que dieron su voto para aprobar la reforma judicial, lo que se tradujo, de inmediato, en el cese de las órdenes de aprehensión contra ellos y algunos de sus familiares.
Así ahora, la bancada del PRI, seguramente a cambio de otorgarle impunidad a su dirigente nacional, Alejandro Moreno, que tiene en su haber denuncias de corrupción y enriquecimiento ilícito hechas por la Fiscalía de Campeche, como resultado de su actuación como gobernante de Campeche, en un acto por demás vergonzoso, no sólo obtuvieron -¿Hasta cuándo?- la libertad de su dirigente nacional para preservarle, por lo menos hasta el 2027, el fuero que le impide a las autoridades judiciales someter a proceso judicial al exfutbolista.Además, lo hicieron en uno de los actos que mayor repudio concitan en la sociedad mexicana, desde hace varios años, y que ha logrado acuerpar al mayor movimiento social mexicano de este último periodo, el movimiento feminista, que tiene como ejes el repudio a la violencia y la discriminación hacia las mujeres.Así las diputadas federales de Chihuahua, por el PRI, Graciela Ortiz, y por Morena, Mayté Vargas, le dieron, con su voto, la espalda a las numerosas familias chihuahuenses que han sufrido la desaparición y/o el asesinato de alguna de las mujeres integrantes de sus familias.También, a quienes, por miles, hacen denuncias a través del 911 de episodios de violencia doméstica y familiar, en la que mujeres y familiares de ellas denuncian, además de los hechos de violencia en contra de ellas, el acoso y el hostigamiento sexual, de tal manera que Chihuahua está convertido en una de las entidades lideresas en esta materia, por desgracia, y que, para enfrentarla, se necesita del concurso del conjunto de la sociedad y, en primer lugar, de las mujeres que ocupan espacios públicos, gracias a los votos de los chihuahuenses.
Fruto de la lucha de miles de mujeres chihuahuenses -también, por supuesto, en el resto del país- fue el de establecer que en materia de perspectiva de género, se debe, en primera instancia, creerles a las mujeres que denuncian actos de violencia en su contra, cosa que fue desechada por la mayoría de los diputados federales de Morena y PRI.Acudimos, también, a otra de las paradojas que el ascenso de Morena ha provocado.Y es el hecho de que los legisladores del PAN en la Cámara de Diputados mostraron más empatía hacia la presunta víctima de Cuauhtémoc Blanco y por extensión a las mujeres, violentadas, discriminadas, desaparecidas y/o asesinadas, en contrapartida a las pertenecientes al que, muchos, suponen aún, el partido más importante del izquierda mexicana en toda su historia, Morena.Ciertamente en su interior militan muchas mujeres que liderearon el movimiento feminista en los años previos, pero una vez llegadas al poder, no sólo han abandonado aquellas banderas, las han traicionado.
Las paradojas en los tiempos de la 4T: Las diputadas del PAN votando a favor de continuar el proceso de desafuero de un diputado, por violencia sexual, y las de Morena y PRI, a favor de mantenerle el fuero a Blanco.Así, de la peor manera, ha resucitado el PRI-MOR, fenómeno político que tanto negaron las dirigencias de ambos en el pasado y que ahora regresa en uno de los más denigrantes episodios suscitados en la Cámara de Diputados y vaya que han protagonizado, a lo largo de la historia, no pocos episodios de tal calaña.¡Qué bonito regreso de la unión de los partidos hegemónicos de México, el del pasado y el del presente!