A propósito del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo
Por obvias razones, la ONU ha establecido que las acciones en torno al “Día Mundial de la Salud y Seguridad en el Trabajo” de este 2020 se orienten hacia el problema del brote de enfermedades infecciosas en el trabajo, abordando especialmente lo relacionado con la actual pandemia de COVID-19.
Aunque, como cada año, la ONU sigue exhortando a que el 28 de abril sirva como una fecha en torno a la cual la atención internacional se centre en la creación y promoción de campañas y programas que ayuden a reducir el número de muertes y lesiones relacionadas con el trabajo, este año hace énfasis en que se debe hacer todo lo posible y necesario para contener la propagación de la COVID-19; y para que eso suceda, es necesario proteger a los trabajadores.
En ese sentido, es que dentro de las medidas implementadas en –prácticamente- todo el mundo, se encuentran las declaratorias que establecen un periodo de cuarentena que implica la suspensión de actividades no esenciales; esto, con el fin de proteger no solo la seguridad y salud de los consumidores o usuarios, sino también las de los trabajadores.
En México, a pesar de dicha medida, el 13% (según datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social) de las empresas y negocios dedicados a actividades no esenciales visitadas por la STPS se ha negado a parar sus actividades. Claro que a ese porcentaje todavía hay que sumarle todas aquellas empresas o negocios que, por motivos desconocidos, no ha visitado la STPS (ese dato no lo dieron a conocer).
Indudablemente, se trata de una omisión gravísima dado que México se encuentra desde hace -casi- 10 días en la fase 3 de la pandemia del nuevo coronavirus, y que el tiempo que ésta se extienda depende, en gran medida, de que cada quien haga lo que le corresponde; situación que, por supuesto, incluye a todos los empresarios. Y es que como bien lo señala la ONU, el cumplimiento de las medidas adecuadas de seguridad y salud en el trabajo protege a los trabajadores y, además, ayuda a contener la propagación de la enfermedad; de ese modo, también se protege a la sociedad en general.
El asunto es que no queda ninguna duda de que los gobiernos, los empleadores, los trabajadores y la sociedad en general tenemos un importante papel que desempeñar en la lucha contra la crisis causada por la actual pandemia; por lo tanto, nuestra colaboración es vital y de trascendencia incalculable.
Por todo eso -y muchas cosas más- es que, a propósito del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, resulta imprescindible exigir por todos los medios (legales y legítimos) posibles y necesarios, que aquellas empresas que han omitido cumplir con las medidas sanitarias correspondientes lo hagan “a la de ¡ya!”.
Como complemento a lo ya expresado, finalizo en esta ocasión citando lo dicho alguna vez por el séptimo Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan: “La seguridad y la salud en el trabajo no solo tiene que ver con una política económica sólida, es un derecho humano básico”.
Aída María Holguín Baeza
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