Como una forma de reconocer la función y la responsabilidad de los parlamentos nacionales, en mayo del 2018 la ONU instituyó el 30 de junio como Día Internacional del Parlamentarismo.
En total acuerdo con las Naciones Unidas, instituir un día internacional para los parlamentos es una acción particularmente importante dado que, desde hace tiempo, la democracia parlamentaria se encuentra en un momento crítico. Un momento en el que, cada vez más, la gente está perdiendo la confianza en las instituciones políticas y la democracia misma se enfrenta a los desafíos de los movimientos populistas y nacionalistas, como es el caso de México.
Entonces ante ese escenario, y a propósito del Día Internacional del Parlamentarismo, resulta imprescindible reflexionar en torno a la gravedad de la situación parlamentaria que actualmente se vive en México. Y es que, aunque es cierto que la situación actual no es producto de lo hecho o no hecho en “un día”, también es cierto que lo hecho y no hecho los últimos casi cuatro años ha agravado la situación de forma rápida, sustancial y, por ende, muy preocupante.
En el caso de México, la situación parlamentaria actual es muy preocupante porque, ahora más que nunca, está muy alejada de la función y la responsabilidad que, en un contexto verdaderamente democrático, se deben asumir y cumplir; es decir, está muy alejada de la función y la responsabilidad que deben prevalecer para alcanzar el Estado democrático de derecho al que todos -menos ya saben quiénes- aspiramos y, por supuesto, al que todos -sin excepción alguna- debemos someternos (en el mejor sentido de la palabra).
En ese sentido, y retomando los planteamientos de la Naciones Unidas en el marco del Día Internacional del Parlamentarismo, es necesario saber y reconocer que, para que la democracia prospere, los parlamentos, como piedra angular del funcionamiento de las democracias, deben ser fuertes, transparentes, responsables y representativos. Y es precisamente en esos aspectos donde México, en definitiva, no va por buen camino; y he ahí la explicación del porqué de los tiempos de crisis e incertidumbre que actualmente se viven a lo largo y ancho de nuestro país.
Considerando todo lo ya expresado es que lo dicho en otro contexto por Gina Miller resulta totalmetne pertinente y aplicable al caso de México: En tiempos de crisis e incertidumbre, dice Miller, es de suma importancia que nuestros representantes electos ejerzan su deber democrático y utilicen todas las palancas a disposición del parlamento para garantizar un justo equilibrio de poderes. Y es que, de no existir el necesario y sano equilibrio de poderes, será imposible acabar con la corrupción.
A modo de complemento, en esta ocasión concluyo citando lo dicho alguna vez por el político escocés, Charles Kennedy: En realidad, no suscribo la opinión de que todo poder corrompe. Pero el poder absoluto, cuando se asegura sobre la base de mayorías parlamentarias masivas que no reflejan el equilibrio de la opinión política en el país, puede corromper absolutamente.
Aída María Holguín Baeza
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