*Pedro Cruz pide autorización a Pedro Frisby para jugar una carrera entre triunfadores quedando asentada para el domingo en la mañana del 17 de marzo de 1957 cuando el Moro tenía 9 años, en la ciudad de Agua Prieta, una carrera de 400 metros entre el Zaino de Agua Prieta de Rafael Romero, y «El Moro de Cumpas», dos caballos de primera.
Se convirtió en un personaje de la cultura popular de México, siendo rememorado con un corrido a su nombre, mismo que ha sido interpretado por diversos artistas.
Años después, se filmó una película en su memoria, e incluso se le editó un libro en torno a sus hazañas deportivas.
El Moro de Cumpas, nació en 1948, en el rancho «El Portón», propiedad de Mercedes Alcaide y Manuel Martínez, presidente de la Asociación Ganadera Local en el municipio de Imuris, en el Valle de Cocóspera, cerca de la carretera Federal 2 en el tramo Imuris – Cananea, hijo de un garañón que perteneció al General Pancho Villa y de una yegua mora criolla del mismo rancho.
Al nacer, el potrillo fue bautizado como El Palomino de Villa y fue herrado bajo la marca No. 0452, autorizada por el Gobierno del estado de Sonora el 19 de julio de 1947.
1951-1957: entrenamiento y primeras carreras
En 1951, Gilberto Martínez Alcaide, hijo de Mercedes y Manuel, vendió al Sr. Florencio Frisby Trejo, un ex minero de Texas, buscador de cobre, y posterior criador de ganado en Cumpas, el «Palomino de Villa» a la edad de un año y medio aproximadamente con el fin de usarlo como semental para caballos de «carreras de cuarto de milla.
Luego Florencio cambió el palomino a su hijo, Pedro Frisby, casado con María Dolores Durán Meza quienes a su vez tuvieron 8 hijos, quien también era ganadero de profesión, por otro semental.
En 1956, Pedro Frisby del rancho Tres Nogales de Cumpas, jugó una carrera parejera con un caballo de Jécori una localidad del municipio de Cumpas, de René Vásquez, misma que perdió. El Sr. Vásquez quedó en darle la revancha con un moro, originario de Jécori, conocido como.
El Moro de Jecori». Durante este tiempo el palomino cumplía con su labor como semental, pero al momento de amansarlo, Don «Chanon» Leyva descubrió que el moro tenía aptitudes para ser caballo de carreras. A pesar de ser un ejemplar bajo de estatura pero largo, Don Chanon le aconsejó al Sr. Frisby que le jugará la carrera de revancha al Sr. Vásquez al cual ya le pusieron el nombre de «El Moro de Cumpas». De esa manera se pactó la carrera de «Los Moros» entre El Moro de Jécori y El Moro de Cumpas para año nuevo del 1957.
El Moro de Cumpas resultó ligero, según los conocedores, pues contaba con una impresionante velocidad y su fuerte era correr los 200 metros, logrando ganarle al de Jécori. La velocidad que mostró El Moro en su primera carrera ante El Moro de Jécori lo llevó a ser considerado como el principal contrincante del estimado y reconocido «Relámpago de Agua Prieta».
Por ello se tomó la decisión de llevar al moro a competir a la ciudad de Agua Prieta en donde rápidamente se convirtió en favorito de muchos aficionados. Pedro Cruz de origen cumpense, quien era entrenador y cuidador de caballos, se hizo cargo del Moro. Se lo llevó a Agua Prieta para entrenarlo y conseguirle carreras.
1957: consagración
Pedro Cruz pide autorización a Pedro Frisby para jugar una carrera entre triunfadores quedando asentada para el domingo en la mañana del 17 de marzo de 1957 cuando el Moro tenía 9 años, en la ciudad de Agua Prieta, una carrera de 400 metros entre el Zaino de Agua Prieta de Rafael Romero, y «El Moro de Cumpas», dos caballos de primera.
La carrera fue promovida en los periódicos locales, y en los pueblos vecinos por lo que atrajo gran atención entre los pueblos vecinos, todos querían ver al Moro que cautivó el cariño de multitudes.
Las apuestas no se hicieron esperar, se apostaba y se tapaban las apuestas en Agua Prieta, con todo lo que tenían principalmente dinero, caballos, vacas, gallinas y automóviles principalmente en el café y centro «Cabañas Tecate», que luego pasó a ser el «Copacabana Club», propiedad de Rafael Romero, dueño del Zaino, y promovido por el mesero Héctor «El Negro» Bonilla y hasta se comentaba que el día de la afamada y esperada carrera era «el día del juicio», como decía Ramón Quijada.
El taste para la carrera estaba instalado en lo que hoy es la calle 4 entre las avenidas 17 a la 20 y corrieron de poniente a oriente. Al fin se llegó el día, un día frío, el día de San Patricio, desde las primeras horas se podía percibir la algarabía misma que llegó hasta el taste en forma de fiesta popular.
El jinete que lo corrió en la icónica carrera, sobre el Moro fue «Chendo» Valenzuela, quien era un vaquero del rancho Tres Nogales, propiedad de la familia Frisby en Cumpas, mientras que Trinidad «Trini» Ramírez, montó al Relámpago.
Como a las 4 de la tarde, Silverio Noriega de Teonadepa dio, «el Santiago» o la salida o como se decía en ese entones y al tronido de las puertas El Moro mostró su gran velocidad tomando la delantera, pero nadie pensó que El Moro perdería esa gran ventaja, sin embargo, arriba de medio taste el Moro se quedó atrás y la derrota del ejemplar de Cumpas se consumó, ya que el zaino lo alcanzó y lo pasó, ganando con dos cuerpos de ventaja.
Algunos dijeron que el corredor del Moro se vendió y otros que el caballo se acabó en esa distancia tan larga.
Después de la carrera hubo muchos alegatos como en muchas de ellas, sin embargo, todas las apuestas se pagaron sin problema y la fiesta continuó.