(msn) Detrás del icónico sabor de Coca-Cola, una de las bebidas más populares del mundo, se esconde una realidad compleja que ha generado gran debate en los últimos años.
Si bien un sorbo de este refresco puede proporcionar una satisfacción efímera, su consumo habitual puede acarrear graves consecuencias para la salud, especialmente en los sectores más vulnerables de la población.
En México, el consumo de Coca-Cola alcanza niveles alarmantes. Según el sitio “El Poder del Consumidor”, los productos de la compañía dominan más del 70% del mercado nacional de bebidas azucaradas embotelladas, lo que convierte al país en uno de los principales consumidores de este tipo de productos a nivel global.
Esta preferencia por las bebidas azucaradas, y en particular por Coca-Cola, tiene un precio elevado en términos de salud pública. Un estudio publicado en 2019 en la revista International Journal of Obesity reveló que el consumo de estas bebidas en México contribuye a la muerte de aproximadamente 40,000 personas cada año.
Las enfermedades asociadas al consumo de Coca-Cola
Las consecuencias del consumo excesivo de Coca-Cola no se limitan a la obesidad. De las 40,842 muertes atribuidas al consumo de bebidas azucaradas en México, 23,433 (57%) están relacionadas con la diabetes, lo que representa el 35.6% de todas las muertes por esta enfermedad en el país.
Además, 13,517 muertes (33%) se deben a enfermedades cardiovasculares (ECV), equivalentes al 12.7% de todas las muertes por estas causas. Incluso, se han asociado 144 muertes (<1%) a diversos tipos de cáncer vinculados a la obesidad.
Más allá de la obesidad: anemia, depresión e incluso Alzheimer
La Dra. Laura Moreno Altamirano, investigadora del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, ha señalado que el consumo habitual de refrescos está asociado a una amplia gama de enfermedades, que van desde el sobrepeso y la obesidad hasta problemas más graves como la anemia, la depresión e incluso el Alzheimer.
Las investigaciones de la UNAM han revelado que los refrescos de Coca-Cola contienen una combinación de ingredientes que anteriormente incluían siete sustancias, conocidas como 7X. Entre los cambios más importantes se encuentra la sustitución del caramelo natural por agentes químicos debido a su menor costo.
Si bien esta modificación reduce los costos de producción, también genera potenciales riesgos para la salud. El contenido de azúcar en los refrescos de Coca-Cola representa aproximadamente la mitad de su composición, una cantidad excesiva que, en condiciones normales, sería inaceptable para el consumo humano.
Para contrarrestar el exceso de dulzura y facilitar su ingesta, se añade ácido fosfórico. Sin embargo, esta sustancia también tiene consecuencias negativas, como la desmineralización ósea debido a la interferencia con la absorción de calcio.