El consumo de refrescos es un hábito arraigado en México, pero su impacto en la salud continúa generando preocupación.
Un reciente estudio realizado por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) pone el foco en los niveles de cafeína, azúcares y otros aditivos presentes en estas bebidas, con el objetivo de informar a los consumidores sobre sus riesgos y promover decisiones más conscientes.
Profeco evaluó 46 productos, incluyendo refrescos con y sin azúcar, edulcorados artificialmente y aquellos con calorías reducidas. Entre las marcas destacadas, Coca-Cola Light ocupa el primer lugar con 12.4 mg de cafeína por cada 100 ml, seguida de Pepsi Black con 11.4 mg y Dr. Pepper sabor uva con 11.2 mg.
Si bien estos valores son menores que los de una taza de café (que puede contener entre 40 y 95 mg de cafeína, dependiendo de su preparación), el consumo excesivo de refrescos puede tener consecuencias negativas en la salud.
México enfrenta una crisis de salud ligada al consumo excesivo de bebidas azucaradas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad son factores determinantes en el desarrollo de enfermedades crónicas.
En 2016, el 72.5% de los adultos mexicanos tenía sobrepeso u obesidad, una cifra alarmante que subraya la urgencia de reducir el consumo de bebidas calóricas.
El estudio de Profeco resalta que el abuso de refrescos está asociado a enfermedades como diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedades cerebrovasculares y cáncer.
A nivel nacional, las políticas públicas han respondido con medidas como los sellos de advertencia en envases, diseñados para informar al consumidor sobre el contenido de azúcares, calorías y sodio.