Reparto de posiciones / Entonces para qué “elección” / Marco no convence a Maru / Otra simulación
CUANDO aparecen varios nombres de políticos y funcionarios en una lista de los partidos Acción Nacional, de Morena, del Revolucionario Institucional, de Movimiento Ciudadano y Partido del Trabajo, en automático presupone acuerdos y una futura repartición
Desde luego que nos referimos al gran listado de poco más de 900 aspirantes para las 300 posiciones de jueces y magistrados que estarán “en votación popular” en próximo mes de julio en el estado de Chihuahua.
Seguramente las propuestas de los partidos son quienes ya tienen un lugar en el Poder Judicial del Estado, aunque no resulten los mejores perfiles, pero para eso son los acuerdos.
El Congreso del Estado las fracciones mayoritaria de PAN y Morena votaron en favor la armonización de la Reforma Judicial y con ello la elección y la integración del Comité que validará a quienes vayan a aparecer en las boletas.
Por supuesto que en el listado no todos los que aparecieron están timbrados o militan en algún partido, eso sería imposible, pero la lucha le hicieron.
Y también se reconoce que hay abogados con una muy buena trayectoria, capacidad y con prestigio social: De ejemplo citaremos el caso de Héctor Villasana, especialista en amparo; Júpiter Quiñónez, reconocido abogado y la académica Fátima Guzmán; nombres más o menos independientes, existen más.
Es muy probable que en los estados que son gobernados por la oposición, las posiciones se van a repartir, en las entidades morenistas adivine quién se va a llevar todo el pastel.
Para esa distribución que nos han vendido como “elección popular”, no habrá campañas, por lo menos como las conocemos, por lo tanto, la movilización particular y el uso de redes sociales serán fundamentales, al igual que la operación de las estructuras de cada partido político.
El contexto nacional, Morena se llevará todo, en esta “costosísima simulación”, que va a dejar al Poder Judicial, peor de lo que estaba, pero hay que cumplirle a ya saben quién, caracterizado por mandar al diablo a las instituciones y por tirar miles de millones a la basura. Los ejemplos ya lo conocemos.
ALGO ESTÁ pasando en la relación del alcalde capitalino, Marco Bonilla Mendoza, y la gobernadora María Eugenia Galván, en donde el primero no logra embonar en los intereses de la mandataria.
El caso es complicado y sujeto a un análisis más profundo, pero los primeros apuntes concluyen a que la gobernadora, no está convencida de que Marco sea su sucesor, pese a que es su mejor carta, la del PAN y en su momento en alianza
Razones algunas; el alcalde le estaría pegando a los intereses económicos de Maru y los suyos; Marco se puede convertir en la piedra en el zapato, peor que el exgobernador Javier Corral Jurado o, la gobernadora desea entregar el estado a Morena y ser purificada o premiada, digamos con alguna embajada, con una gran beca en donde ella quiera.
Nada resulta descabellado, desde altas esferas de la administración estatal se filtra información a Morena, concretamente a la diputada Francisca Ríos Prieto.
El golpetea hacia al alcalde proviene de ella, pero su información no. El tema de los salarios de los Bomberos es de risa; las trácalas inmobiliarias, no. Y menos la compra/renta de unidades vehiculares para la Policía Municipal, las luminarias y etc. Eso no sale ni por transparencia.
POR CIERTO que Marco Bonilla Mendoza y el alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, fueron elegidos como enlaces para representar al estado en la Conferencia Nacional de Seguridad Pública.
Ambos fueron propuestos y elegidos en la sesión del Consejo Estatal de Seguridad, que se realizó ayer en Ciudad Juárez.
Por protocolo estatal, están posiciones se deben a quién quieran, la realidad ahora demuestra que el exacerbado centralismo de la CuatroT, está muy alejando que nunca de los municipios y los estados.
Significa que pese a que tendrán voz y voto el pronóstico es que ni “un pistolilla” le van a arrancar al sistema que en esta materia de seguridad en lo preventiva, simple y llanamente los ha desaparecido, (los programas y el dinero).
Por lo tanto, se entiende que hay que cumplir con estas ceremonias y designación las que en realidad y por desgracias, sirven sólo para dos cosas, a parte de gastar lana del pueblo.