•Nepotismo que desnuda al falso discurso de Morena.
•Gobierno de México: en sentido contrario a la prosoperidad y bienestar del pueblo.
Lenia Batres, ministra vinculada a Morena, e integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ha declarado que la elección de jueces, magistrados, ministros y demás integrantes de las áreas jurisdiccionales del Poder Judicial Federal, permitirá acabar con el nepotismo e influyentismo al interior del mismo. ¿Tiene calidad moral para decirlo?¿Será cierto lo que afirma?. Hay que recordar que los gobiernos morenistas, del expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y de la actual presidenta, Claudia Sheinbaum, se han caracterizado precisamente por el nepotismo, el tráfico de influencias y la concesión de favores administrativos y políticos en beneficio de las familias de la élite de la autollamada “4T”, en las que figuran la de la misma Lenia y su hermano Martí Batres, por cuya intercesión y con la venia de López Obrador, la ministra llegó al cargo que ahora ocupa.
Sin embargo, no se agotan en los Batres los casos de funcionarios recomendados y favorecidos con el otorgamiento de puestos gubernamentales, en virtud de sus nexos consanguineos o de afinidad con los miembros del círculo cercano a López Obrador y Sheinbaum. Las familias Alcalde (de Luisa María, Presidenta de Morena), Tadei (de Guadalupe, presidenta del INE), y Monreal (de Ricardo, coordinador de los diputados federales morenistas), y algunas otras, tienen a varios de sus integrantes colocados en la nómina oficial, como ha sido ventilado por las redes sociales y los medios de comunicación. Del dicho al hecho hay un largo trecho; lo afirmado por Lenia Batres dista mucho de la realidad que viven los oligarcas morenistas. En sus discursos, los más altos representantes del morenismo exhortan a la honestidad, pero, con los hechos de sus vidas reales, se contradicen.
La presidenta Sheinbaum acaba de dar otro mal ejemplo de favoritismo político, no para beneficiar a familiares, pero sí a allegados a AMLO, pues pese a los serios cuestionamientos administrativos y de inseguridad que arrastran los ex gobernadores de Chiapas (Rutilio Escandón) y Veracruz (Cuitláhuac García), los colocó como Cónsul en Miami, y Director del Centro Nacional de Control de Gas Natural (CENAGAS), respectivamente. En contradicción con estos hechos verdaderos, Sheinbaum ha dicho: “…el nepotismo es corrupción…”, “…nuestro horizonte será predicar con el ejemplo, a través de un gobierno honesto, honrado y austero…” ¿Lo que hemos visto en los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, es ejemplo de congruencia política y moral entre los discursos y los hechos?
La receta para la prosperidad y el bienestar de las naciones no es nueva, ni desconocida, se conoce desde hace décadas, sin embargo, Daron Acemoglu y James Robinson, ganadores del Premio Nobel de Economía en el año 2024, la han divulgado ampliamente en su aclamado libro titulado “¿Por qué fracasan los países?”. Estos prestigiosos economistas explican que los políticos al frente de las subdesarrolladas naciones latinoamericanas saben bien cuál es el camino para conducir a sus pueblos al desarrollo, pero se niegan a tomarlo. Por desgracia, en el caso de México los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum no solo han desoído los sabios consejos de los economistas más reconocidos del mundo, sino que han realizado profundas y perjudiciales reformas constitucionales como la desaparición de la autonomía del Poder Judicial y la eliminación de organismos autónomos, que contravienen abiertamente la seguridad jurídica, las libertades económicas, el Estado de derecho, los derechos humanos y la democracia. En su magnífico libro, los laureados Acemoglu y Robinson concluyen que la causa de la pobreza de los países radica en las erráticas y perversas decisiones tomadas por sus gobernantes, al ignorar el bienestar del pueblo con tal de perpetuarse en el poder. ¡Despierta!, México.
Miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua, A.C.