No les acomoda ni el frío ni el calor, ni el negro ni el blanco, ni el día ni la noche
No les acomoda ni el frío ni el calor, ni el negro ni el blanco, ni el día ni la noche, como en aquella legendaria canción del inefable Francisco Gavilondo Soler, “Cri-Cri”, que decía “Ay, mamá, me traen la leche caliente, yo así no la quiero tomar que se la lleven a enfriar. Ay, mamá, mira a esta María siempre trae la leche muy fría yo así no la quiero tomar que la vuelva a calentar”, así exactamente así, hay algunos grupos de juarenses a los que todo les incomoda, se trata de estar en contra de todo y a favor de nada.
Que si el proyecto de rescate del Centro Histórico, no, así no, lo quieren como el de El Paso Texas, unos, otros que se instalen campus universitarios en el centro para reactivar la actividad en ese espacio, otros quieren calles peatonales, total que es un proyecto que lleva años atorado sin que ni autoridades ni comerciantes, ni habitantes de la zona se puedan poner de acuerdo.
Que si el Centro de Convenciones en los hoyos de El Chamizal, no, ahí no lo queremos, ahí queremos más árboles, aunque sea un espacio que no corresponde al parque federal El Chamizal, aunque nunca hayan sembrado un triste arbolito en esos terrenos baldíos que sólo han servido para que malandros y delincuentes hagan sus fechorías.
Eso es lo que está pasando con la obra que se realiza en el centro histórico precisamente, impulsada por Ferromex y la Secretaría de Comunicaciones, Infraestructura y Transportes del Gobierno federal, y que trata de solucionar un grave problema que por décadas hemos sufrido los juarenses con el paso del ferrocarril hacia Estados Unidos.
Es una situación que requiere atención urgente aunque tenga muchos años, más de 60 o 70 quizá, ocasionando serios congestionamientos viales para la ciudad porque literalmente la parte en dos cuando el tren se queda parado por horas en esa zona, pero además también ha ocasionado graves daños a personas e incluso la muerte cuando en la desesperación por cruzar al otro lado de la ciudad lo han intentado hacer con el tren en marcha, incluso también los migrantes que viajan en los toldos de los vagones han sufrido cercenamiento de miembros de su cuerpo y también la pérdida de la vida a bordo de este tren.
Así pues, el puente elevado que va por la Vicente Guerrero y que cruza por arriba la Francisco Villa, que es la calle por donde circula el ferrocarril, es una obra necesaria, es una obra que además será financiada con recursos de la empresa privada Ferromex, y del gobierno federal a través de la SCT, pero a los señores inconformes eso no les importa, ellos no quieren una obra que solucione la problemática de los juarenses o mejor dicho si la quieren, pero la quieren a su modo, a su gusto, diría la abuela “ya no la quieren greñuda, la quieren hasta con trenzas”.
Incluso un senador de la República, el fallido candidato a la gubernatura del Estado Juan Carlos Loera De La Rosa, por supuesto ya agarró la bandera, dice él que en defensa de los intereses de los juarenses, y ahora exige que esa misma obra que ya se inició y que lleva un porcentaje de avance importante se vuelva a dejar como estaba la zona y que ahora se empiece a construir ese mismo puente, pero por abajo, con todo lo que eso implica, quizá tres veces más el costo, y quizá dos veces más de tiempo.
Loera De la Rosa ha llegado a proponer que lo que se debe de hacer es sacar el tren de la ciudad y que cruce hacia Estados Unidos por Santa Teresa, evidentemente sin la menor idea de todo lo que eso significa.
Esta propuesta no es nueva, pero ha sido desechada en múltiples ocasiones principalmente por el costo que sería altísimo, pero además hay una situación que tiene que ver con la tradición y la historia de esta frontera, las vías del tren recorren el famoso llamado “Camino de Tierra Adentro”, que era el antiguo paso del comercio hacia Estados Unidos y que lo sigue siendo, y que además llega hacia la vecina ciudad de El Paso, Texas, en el vecino país, por tanto, llevar las vías del tren hacia Santa Teresa implica desviar el tránsito comercial hacia otro estado de la Unión Americana en este caso Nuevo México, lo cual también tendría serias implicaciones comerciales, diplomáticas y hasta de relaciones bilaterales con el vecino país y, por supuesto, con ambos estados, Texas y Nuevo México.
Esta es la explicación de por qué Ciudad Juárez no avanza, por qué no crece, por qué no se desarrolla, por qué seguimos siendo una gran ciudad, una metrópoli considerada dentro de las 100 más importantes del mundo, pero con serios rezagos en infraestructura y en otros temas porque no es sólo el proyecto del puente de la Vicente Guerrero, o del Centro de Convenciones, o del rescate del centro histórico, o de tantos y tantos otros proyectos que se han quedado en eso, en proyectos porque hay gente en Juárez, sí aunque usted no lo crea, juarenses, que se oponen al crecimiento y al desarrollo de la ciudad.