- Sheinbaum intenta calmar el nerviosismo de los empresarios extranjeros.
- Canadá y la American Society of México: desconfianza ante el enrarecimiento político, jurídico y económico de México.
La presidenta Claudia Sheinbaum y su gabinete económico se han reunido recientemente con empresarios norteamericanos y mexicanos, tratando de apaciguar la angustia generada en el sector productivo por la grotesca reforma al Poder Judicial, que los poderes Ejecutivo y Legislativo han puesto en marcha.
No obstante la seguridad que Sheinbaum intenta transmitir a través de su discurso ante los empresarios de Estados Unidos y México, para hacerles ver que sus capitales están seguros, afirmando que México pretende atraer inversiones y que la presidenta no se apoderará del Poder Judicial, sería aventurado decir que habrá certeza jurídica y política para las inversiones nacionales y extranjeras.
Tal desasosiego empresarial no es producto de la ocurrencia sino resultado de la realidad, ya que a pesar de lo que el gobierno y la presidenta Sheinbaum afirmen, las reformas judicial y energética que han sido aprobadas contravienen las directrices del tratado de comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, así como las reglas del libre mercado que hoy rigen a la economía del mundo.
Además, la forma en que tales reformas fueron aprobadas también es motivo de preocupación para los capitales, pues el camino que las modificaciones constitucionales transitaron para su formalización se vio deslucido por un escenario de autoritarismo e ilegalidad, caracterizado por descortesías políticas, simulaciones e irregularidades en el proceso legislativo, generándose así un mensaje negativo por parte de la presidenta y su mayoría legislativa. Lo peor vino con posterioridad al encuentro de la presidenta con los empresarios, pues Sheinbaum y sus legisladores ya tramitan una nueva y devastadora reforma que prohibirá impugnar cualquier reforma constitucional, incluyendo retroactivamente a la del Poder Judicial.
Por eso, surgen suspicacias y temores de que la relación con los empresarios sea igual de falsa que el supuesto diálogo con los opositores a la reforma judicial. ¿Habrá buen trato para los empresarios locales y foráneos?. La actitud que muestre Sheinbaum revelará la verdadera postura de México ante sus socios comerciales y los empresarios nacionales. Del dicho al hecho un hay trecho.
Por otra parte, Larry Rubin, presidente de la American Society of México, ha manifestado la creciente cautela de las empresas estadounidenses ante los cambios constitucionales que el Gobierno mexicano sigue efectuando, mismos que caminan en sentido contrario a las condiciones del vigente tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), pues la eliminación de la autonomía de la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL), así como la incertidumbre respecto a la imparcialidad de las resoluciones sobre eventuales disputas comerciales, harán que dicho tratado sea renegociado y modificado, ha dicho el funcionario referido.
A su vez, Julie Poirier, consejera en Política Comercial de la Embajada de Canadá en México, anunció que está en pausa una inversión de 12 mil millones de dólares por parte de empresas mineras canadienses, interesadas en invertir en nuestro país esa cantidad durante el año 2025, pero que solo invertirán si se les gatantiza un entorno de seguridad jurídica y estabilidad regulatoria.
La presidenta Sheinbaum y MORENA han creado un ambiente de riesgo para la atracción de inversiones foráneas y la permanencia de las ya existentes. Es evidente el perjuicio que podría causar a nuestro país el eventual retiro de empresas extranjeras; el aumento del desempleo y la caída en los ingresos fiscales serían el resultado de la suspensión y el retiro de inversiones. Los gobiernos de MORENA han enrarecido el ambiente jurídico, político y económico de México, causando considerable suspicacia en los inversores.
Miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua, A.C.