Todo lo que hoy está ocurriendo en nuestro país en materia política y de gobierno, es un auténtico y total cambio de régimen
Todo lo que hoy está ocurriendo en nuestro país en materia política y de gobierno, es un auténtico y total cambio de régimen, un viraje brutal en la forma de organización política, un cambio radical de paradigmas, una “revolución” como lo afirmó el consejero de la Judicatura Bernardo Bátiz, y eso implica desde luego cambios muy serios no solo en la forma de hacer política y gobierno, no, también en la forma de vivir de cada mexicano, para bien o para mal.
Por lo pronto, toda una generación de magistrados, jueces y ministros con todo y su formación, experiencia y conocimiento, tirados a la basura, literalmente, y con ellos una buena parte de las aspiraciones de justicia para los mexicanos. Pero eso no es lo más grave, lo más preocupante es el daño fatal que se le hace a la democracia instituida en nuestra Constitución, el daño que se le hace al diseño original del país pensado y asentado por el Constituyente Permanente.
Porque, en el fondo, la Reforma al Poder Judicial no va a cambiar nada, es decir, no de lo que nos han dicho que cambiaría, no, lo único que va a cambiar es que ahora el Poder Judicial estará absoluta y totalmente en manos de Morena y la 4T por completo, se acabó la división de poderes en este país, se terminaron los sanos equilibrios del poder, con su arrolladora mayoría en ambas cámaras de legisladores, la Presidencia de la República y el control del Poder Judicial, Morena y la 4T podrán hacer lo que se les venga en gana en los siguientes años ¿Y adivine qué harán?
Lo único verdaderamente valioso y vital que teníamos los mexicanos era el juicio de amparo, en cuanto a justicia se refiere, porque nos protegía de los abusos del poder, de los abusos de autoridad, pero ¿Qué cree? De hoy en adelante, si usted se queja de un abuso de la autoridad, de cualquier autoridad, los jueces, magistrados y ministros que pueden acudir en su auxilio serán del gobierno, serán de Morena, y claro que no van a aceptar que nadie se les ponga en contra ¡lo estamos viendo ya!
Están imponiendo una mayoría electoral, sobre lo que todos los expertos constitucionalistas han dicho, esa mayoría no les dio un cheque en blanco, y menos para derrumbar lo que ellos llaman las cláusulas pétreas de la Constitución, esas que le dan sentido a nuestra forma de gobierno y a la República, y por eso se llaman “pétreas”, de piedra, porque no pueden ser modificadas de ninguna manera.
El respeto a la vida, a los derechos humanos básicos, a las garantías individuales, al voto de las mujeres, al Estado de Derecho, a los migrantes, a las libertades fundamentales del ser humano, y por supuesto, eso es lo que menos les gusta, a lo que México se ha obligado en tratados internacionales.
Sin embargo, yo le invito a que reflexionemos detenidamente por qué estamos hoy en estas circunstancias, qué fue lo que nos trajo hasta aquí, y la conclusión es muy simple, la oposición en este país, que antes no era oposición y lo gobernó por décadas, hizo un pésimo trabajo, tiró por la borda el respaldo ciudadano y terminó por hartar a los mexicanos de sus abusos de poder, de sus acuerdos en lo oscurito, de sus múltiples señalamientos de corrupción, nepotismo, ineficiencia, cochupos, moches, en fin… una larga lista de actos que golpearon en la cara de los mexicanos y por eso decidieron en 2018 darle la oportunidad a López Obrador, a Morena. Por eso estamos hoy aquí.
Sí, así de claro y directo, lo que hoy estamos viviendo en México, Chihuahua y Juárez, es responsabilidad directa de la oposición, y no importa como se llame, PAN, PRI o PRD, eso es lo de menos, todos contribuyeron eficazmente para permitir que una corriente comunistoide tomará las riendas del país y hoy nos quieran imponer hasta el “modito de andar”, como decían las abuelas.
No solamente dejaron de preocuparse de la gente con más necesidades, abandonaron por completo, cuando fueron gobernantes, su obligación de atender el bienestar de la población, pero, sobre todo, se entregaron sin medida ni escrúpulo alguno al goce y disfrute pleno de los placeres del poder, de la riqueza sin medida, de la autoridad que todo lo puede, se repartieron cargos, concesiones, privilegios, a más no poder y precisamente por eso la gente decidió el cambio. Un cambio que ya nos está cobrando una factura muy alta.
El cambio tampoco nos ha beneficiado, nada de lo que hacía la oposición en el gobierno ha cambiado, al contrario, ha empeorado, pero ese no es el tema, sino más bien puntualizar lo que nos trajo aquí y descubrir por qué estamos como estamos.
Es decir, el ciudadano, el votante, decidió en 2018 aceptar las propuestas mentirosas y populistas de alguien que nos ha mentido siempre, pero, en ese momento eso era mejor que lo que teníamos, imaginen entonces el nivel de desesperación y hartazgo del pueblo, sí, de ese “pueblo bueno y sabio” del que tanto presume López Obrador.
En efecto, la 4T y Morena se han impuesto a base de muchas mentiras, pero han sido mentiras que la gente ha comprado ¿Y por qué? Porque no tienen otra opción mejor, porque la oposición no ha sido capaz de recuperar la confianza del pueblo, sí, de ese pueblo que sale a votar y decide en las urnas lo que quiere.
Hoy, en Chihuahua, el PAN inicia un proceso para la renovación de su dirigencia estatal, al igual que a nivel nacional, y no es que el albiazul sea la única opción de oposición, pero, en los hechos, es el único partido político que demostró fuerza, coherencia y militancia fiel en el pasado proceso electoral.
El PRI perdió más de cuatro millones de votos respecto del 2021, y todavía más respecto del 2018. El PRD simplemente perdió el registro, en cambio el PAN mantuvo sus votos, poco más o menos, pero los mantuvo, con una pérdida marginal de 200 0 300 mil respecto de 2018 y 2021, es decir, resulta ser el único partido político que puede confrontar la fortaleza de Morena, el único.
Al menos a nivel estatal se percibe una intención de presentar una buena defensa de nuestra democracia, soberanía e independencia como estado asociado a la federación, que no subordinado, de ahí la importancia de la elección de la nueva dirigente del blanquiazul a nivel estatal, que sea alguien que pueda presentar una batalla digna y útil a los principios de la democracia.
Entre las dos únicas opciones que se presentaron a competir, sin duda alguna que Daniela Álvarez es quien puede significar la mejor opción, es una mujer inteligente, joven, preparada, a la que le gusta trabajar el territorio y es ahí donde está la clave de su éxito, y de sus posibilidades reales de enfrentar a la 4T, el territorio.
En efecto, López Obrador hizo de esa técnica la clave de su éxito, y es ahí exactamente donde la oposición debe centrar sus esfuerzos, en hablar con la gente, en llegar hasta sus casas para ver cómo viven y qué necesitan, es ahí donde está el quid del asunto.
Daniela lo sabe hacer muy bien, ya tiene un largo y fructífero camino andado en ese tema, y además tiene el temple y el valor para decirle a las cosas por su nombre y de enfrentarse al poder de la manera que sea, todos recordamos cuando, siendo diputada federal, se trepó a un montacargas, lo manejó y retiró de la vía pública obstáculos que no permitían la circulación de vehículos en una calle, o cuando derribó las plumas que impedían el acceso a los clientes a un estacionamiento de un centro comercial, porque querían cobrarlo, pero también recordamos que tiene la templanza de negociar y sentarse con los adversarios para lograr acuerdos.
México, Chihuahua, Ciudad Juárez, necesitamos de políticos auténticos y comprometidos con las causas de los ciudadanos, y eso, solo eso, es lo que nos permitirá regresar a la senda del constitucionalismo, del Estado de Derecho, de la democracia, de las libertades, nada más.