Jirones de nuestra historia
¿Qué era “El Chamizal”?
“El Chamizal” era una porción de territorio con una superficie de unas 200 hectáreas, localizado entre Ciudad Juárez, Chihuahua y El Paso, Texas; el nombre de “El Chamizal” es muy antiguo, se remonta al año de 1818, cuando el colono español Ricardo Bruselas denunció dicho terreno, o solicitó el título para que pasara a ser de su propiedad. Lo llamó “El Chamizal” por estar cubierto de chamizos, una planta desértica muy resistente tanto al frío como al calor extremo de la región y que tiene un gran valor como forraje ganadero.
La familia y los descendientes de Ricardo Bruselas fueron los legales poseedores del terreno en cuestión, hasta que en octubre de 1864 los terrenos de “El Chamizal” fueron comprados a la familia Bruselas por el señor Don Pedro Ignacio García.
¿Cómo se establecieron los límites y fronteras entre Estados Unidos y México?
Cuando en 1848, el corrupto y excéntrico Presidente de México, General Antonio López de Santa Anna vendió un poco más de la mitad del Territorio Nacional a los Estados Unidos por quince millones de dólares, se firmaron los Tratados de Guadalupe Hidalgo que sellaban la compra-venta y de inmediato se conformó una Comisión Mixta Binacional de Límites, para trazar y delimitar la franja fronteriza entre ambos países.
Los gringos, de manera muy mañosa y artera, como sólo ellos suelen ser, pretendían, de manera ventajosa que el límite natural que marcaba el Río Bravo estuviera marcado mejor por el Río Nueces, que corre unas trescientas millas más al norte del Río Bravo; Como Santa Anna ya había huído del país, el Congreso nombra Presidente de la República a Don Manuel de la Peña y Peña y éste, haciendo acopio de dignidad y gallardía amenaza al Presidente James Polk con romper los tratados, y de ser necesario volver a la guerra; Polk entiende que es mejor que así quede la situación y se fije el límite natural marcado por el Río Bravo.
Emory y Salazar: los límites topográficos y matemáticos y los límites arcifinios.
La Comisión Mixta Binacional, designa al Comisionado William Hemsley Emory por Estados Unidos y al Comisionado José Salazar Larregui por México, para que sean éstas dos Comisiones las que se encarguen de delimitar perfectamente los límites y fronteras entre ambos países. El límite fronterizo desde Tijuana y San Diego hasta Mexicali Baja California y Caléxico, California, es un límite topográfico y matemático; ahí baja el Río Colorado a desembocar en el Mar de Cortés y se forma un límite arcifinio de 26 kilómetros y desde ese punto hasta el límite fronterizo en donde se unen las ciudades de Sunland Park, Nuevo México, El Paso, Texas y Ciudad Juárez, Chihuahua, es un límite matemático y topográfico; que termina justo en el punto donde se encuentra con el Río Bravo (MEX) o Río Grande (USA) y a partir de ahí, se convierte en un límite arcifinio, es decir un límite natural en el que el Río Bravo va a desembocar en el Golfo de México; aún así, Emory y Salazar lo documentaron y trazaron el plano del río tal y como estaba en 1848.
En el Artículo V del Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América del Acuerdo de Guadalupe-Hidalgo quedó debidamente plasmado que en el límite arcifinio que marca el Río Bravo, el territorio de cada país llegará justo a la mitad del cauce del río y que, en caso de algún cambio en el cauce del mismo, el límite será el cauce original, y se anexó el plano a la documentación.
El límite matemático, marcado por mediciones topográficas, delimitaba la frontera entre los Estados de Baja California, Sonora y Chihuahua con los Estados de California, Arizona y Nuevo México; mientras que el límite arcifinio marcado por el curso del Río Bravo, delimitaba la frontera entre los estados mexicanos de Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas con el Estado de Texas (Nuevo León aún no tenía límite fronterizo en aquella época). En la delimitación original, los terrenos de “El Chamizal” estaban dentro del Territorio Nacional Mexicano.
El origen del problema.
En 1864, las constantes lluvias e inundaciones pusieron al Río Bravo “fuera de caja”, como dicen los técnicos en hidráulica, es decir se desbordó y se salió de cauce, modificándolo por completo; de tal manera que el nuevo cauce quedó separado unos tres kilómetros hacia el sur del cauce original que marcaba el límite fronterizo arcifinio. De pronto, el terreno de “El Chamizal” de Don Pedro Ignacio García, ya había quedado dentro del lado estadounidense por obra y gracia de la naturaleza.
Por su puesto que ahora Don Pedro García debía cruzar la frontera para poder ir a su propiedad, cosa que no le agradó en absoluto, lo más desesperante para él fue ver como gente de El Paso, Tx. comenzó a establecerse en su propiedad, como si fueran terrenos abandonados.
Ese mismo año de 1864, Don Pedro Ignacio García reclamó al Gobierno de Estados Unidos la devolución de su propiedad, demanda que fué completamente ignorada mientras que habitantes de El Paso, Tx. continuaban estableciéndose en sus terrenos. Don Pedro García envía entonces una extensa carta a su amigo Don Luis Terrazas, Gobernador del Estado de Chihuahua, donde le expone la situación; Terrazas hace un severo reclamo al Gobernador de Texas, Francis Lubbock, quien no se interesó en el caso en lo más mínimo, provocando con esto la ira de Don Luis Terrazas, un hombre multimillonario, acostumbrado a mandar y a que se le hiciera caso, aquí se sintió ignorado por el Gobernador Lubbock y entonces Terrazas acude al Presidente Benito Juárez.
Era muy bien sabido, que el Presidente Benito Juárez tenía una extraordinaria relación con el Presidente Abraham Lincoln, a quien le envía un escrito en términos muy diplomáticos, solicitando su intervención en este asunto, pero Lincoln y Estados Unidos estaban inmersos en su Guerra de Secesión, y nada se pudo hacer.
Mientras, el problema continúa y se hace más grande.
En 1873, nuevas inundaciones habían vuelto a sacar de su curso al Río Bravo, y ahora otra parte del territorio mexicano había quedado seccionado y del lado americano, a esta porción de tierra se le conoció como “La Isla de Córdova”; mientras que en “El Chamizal” seguían asentándose habitantes de El Paso, de manera que la ciudad prácticamente ya se lo había adjudicado el terreno.
Para el año de 1897, Don Pedro Ignacio García ya había fallecido y por herencia, “El Chamizal” pasó a su viuda la Sra. Beatriz Azcárate de García, quien continuó con el reclamo sobre el terreno propiedad de su familia y presenta dos demandas: una en la Corte Primaria de Demandas de Ciudad Juárez, para reclamar el terreno y otra demanda en la Corte de El Paso, Tx. con el mismo reclamo; la Corte de El Paso le informa que la parte poblada del terreno en cuestión ya ha sido adjudicada por la ciudad de El Paso y ha sido incorporado como parte de su fundo legal y que la parte no poblada, le sigue perteneciendo a ella
Con este golpe, la Sra. Azcárate siente que ya ha perdido su propiedad, pierde las esperanzas y se siente frustrada; acude a la última instancia que considera puede ayudarla: el Presidente Porfirio Díaz, a quien le envía una carta y éste accede a recibirla en Palacio Nacional.
Cuando Porfirio Díaz se entera de viva voz del problema, se da cuenta de que está implícita la Soberanía Nacional y la propiedad privada de un ciudadano mexicano y sabe que esto se tiene que detener para que no siga sucediendo con cada inundación, porque de ser así, terminaría desencadenando un problema limítrofe de grandes proporciones, por lo que decide intervenir en el asunto.
El 16 de octubre de 1909, los Presidentes de México, Porfirio Díaz Mori y de Estados Unidos, William Howard Taft, se entrevistan en El Paso, Texas por la mañana y en Ciudad Juárez, Chihuahua por la tarde; entre los asuntos a tratar, Porfirio Díaz incluyó los temas de “El Chamizal” y “La Isla de Córdova”, para ello, hábilmente el Presidente Díaz invitó al empresario chihuahuense Enrique Creel Cuilty, quien por cuatro años había sido embajador del régimen porfirista en Washington y había tejido una sólida amistad con el entonces Senador Taft, ahora Presidente.
Ahí, en la Aduana Fronteriza de Ciudad Juárez, habilitada como recinto oficial, entre Díaz y Creel hablaron con Taft sobre este problema y el Presidente de Estados Unidos se comprometió a llevar el asunto ante un Tribunal Federal de Estados Unidos. A la caída de Porfirio Díaz, el Presidente Interino, Francisco León de la Barra retomó el caso y ejerció presión para que se solucionara.
En 1911, Eugene LaFleur, Juez Federal de Estados Unidos, en relación con el asunto de “El Chamizal” y “La Isla de Córdova”, emite un fallo y un veredicto a favor de México, pero el Gobernador de Texas, Oscar Branch Colquitt decide no acatar dicha resolución, alegando varios motivos.
El primero y muy absurdo alegato era que, durante el arbitraje, México había tenido dos presidentes, como si eso fuera algo ilegal; el segundo motivo, ya un poco más en razón, era que la resolución desfavorecería a los habitantes que ya estaban asentados en “El Chamizal”; y el tercer motivo alegaba cuestiones ya muy técnicas en cuanto a la hidrografía y los cauces del río.
Tierra de nadie…
Mientras que en México estallaba la Revolución Mexicana, los habitantes de “El Chamizal” parecían vivir en el limbo, en tierra de nadie; ya estaban asentadas ahí más de trescientas familias y no sabían si eran mexicanos o estadounidenses, no sabían si pertenecían a Juárez o a El Paso y optaron por adoptar su propia identidad llamándose “Chamizaleños”. Al pasar el tiempo se hicieron la idea de que si estaban al norte del Rio Bravo, pues eran estadounidenses, y así los consideraron las autoridades de Texas, por lo que los consideraban ciudadanos estadounidenses, aún y cuando muchos de ellos se negaron a esa nacionalidad.
En 1913, el Presidente Woodrow Wilson, instruye a su Secretario de Estado Philander Knox, para proponerle a México canjear los terrenos de “El Chamizal” y la Isla de Córdova, por otros terrenos para establecer un aeropuerto internacional entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas, a cambio de la cabeza de Pancho Villa; el Presidente Venustiano Carranza se negó de manera rotunda a entregar a Villa a Estados Unidos, a pesar de que en ese momento eran enemigos y el asunto siguió igual.
El asunto se turna a la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) … y se burocratiza.
De una manera hábil y marrullera, el Presidente Woodrow Wilson, turna el caso a su sucesor, el Presidente Warren Harding, quien haciendo lo mismo para zafarse del problema, lo turna a la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), sabiendo muy bien que el asunto jurídicamente se iba a empantanar ahí un buen rato. En 1925 fallece la Sra. Beatriz Azcárate de García, y “El Chamizal” pasa a ser propiedad de sus hijos; entonces, Raymundo García, compra a sus hermanos los derechos de la propiedad de “El Chamizal”, quedando finalmente en manos de Pedro Nicolás García, hijo de Don Raymundo y nieto de Don Pedro Ignacio García, el propietario original.
En 1932, el Gobierno del Presidente Franklin Roosevelt ofrece al Gobierno Mexicano transferir los fondos del Sistema de Pensiones de California, a cambio de los terrenos de “El Chamizal” y “La Isla de Córdova”; sin embargo, el Presidente Abelardo L. Rodríguez, a pesar de su fama de corrupto y de sus nexos con la mafia estadounidense, se negó a aceptar dicho trato con Roosevelt.
El Chamizal se convierte en una llaga en las relaciones diplomáticas México-Estados Unidos.
El asunto de “El Chamizal” ya estaba afectando seriamente las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y México y aún así, parecía que ninguno de los dos gobiernos quería solucionar el problema de manera directa; como si ambos gobiernos temieran alguna reacción del otro, posterior al conflicto; pareciera que ninguno de los dos gobiernos se quería comprometer a arreglar el asunto; como si ambos desconfiaran uno del otro en cuanto a su reacción; eran los tiempos de la Guerra Fría y la desconfianza internacional estaba a la orden del día.
Sin embargo, de repente aparecen dos auténticos líderes, con verdadera voluntad política para poner orden en una situación que ya estaba enardeciendo a los ciudadanos, a los políticos y a las Fuerzas Armadas de ambos países.
El Presidente John F. Kennedy acepta la invitación del Presidente Adolfo López Mateos.
En 1962, la O.E.A. (Organización de Estados Americanos) y la O.N.U. ya presionaban al Gobierno de Estados Unidos con el asunto de El Chamizal y la Isla de Córdova; entonces el Presidente John F. Kennedy acepta la invitación del Presidente Adolfo López Mateos para visitar la Ciudad de México con el fin de tratar asuntos bilaterales, de Latinoamérica y de orden mundial. Para Kennedy era muy importante la postura de México ante el panorama de Cuba y Fidel Castro y de la Unión Soviética y el liderazgo de Nikita Khruschov; por su parte, Kennedy pensaba que México estaba en vías de aliarse a la URSS, pero estaba muy equivocado, por lo que López Mateos aprovechó esa coyuntura para insertar en el diálogo bilateral el tema de “El Chamizal” y “La Isla de Córdova”.
El Presidente Adolfo López Mateos desarmó al Presidente Kennedy cuando le dice: “Hace casi cien años, la naturaleza caprichosa puso un pedazo de nuestra patria en su país, ustedes no nos han quitado nada, pero tienen una parte de nuestra patria que se niegan a devolvernos, la justicia de su país en 1911 nos ha dado la razón y la han ignorado, y eso sucede en el país de la justicia y la libertad”. Después de ese pequeño discurso, se vió la luz al final del túnel, se aclaró el panorama y ahí mismo, en esa reunión se tomaron las decisiones para resolver el problema limítrofe entre ambos países.
La Comisión de Alto Nivel que resolvió el conflicto.
El Presidente Kennedy designa al Secretario de Estado Dean Rusk y al Embajador en México Thomas Mann, para solucionar el caso de El Chamizal y La Isla de Córdova, acatando la resolución judicial de la justicia federal de Estados Unidos de 1911; por su parte, el Presidente López Mateos, designa al Secretario de Relaciones Exteriores Manuel Tello y al Embajador en Estados Unidos Vicente Sánchez Gavito.
Esta Comisión de Alto Nivel ordenó a la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), realizar el proyecto y estudio técnico completo, para proceder a devolver a México dichas porciones de su territorio. Los ingenieros David Herrera Jordán por México y Joseph Friedkin por Estados Unidos, fueron los encargados por parte de la CILA, para elaborar el estudio técnico para la devolución de dichos territorios.
El estudio técnico, que se llevó varios meses, se apegó a la resolución de un Juez Federal de Estados Unidos en 1911, resolución que favoreció a México; sin embargo, la solución no era tan sencilla, el estudio técnico indicó que en el área en disputa ya estaban asentadas unas dos mil familias y para devolver el territorio a México, habría que evacuarlos de ahí.
El proyecto técnico quedó listo, ahora viene la negociación diplomática entre ambos gobiernos.
El 14 de enero de 1963, una vez terminado y presentado el proyecto, la negociación, que no representó problema alguno para dos presidentes que se llevaban muy bien y más aún cuando en el ánimo del Presidente Kennedy estaba la voluntad real de ponerle punto final a un problema que ya comenzaba a lastimar a la relación diplomática entre ambos países. Entonces el Presidente John F. Kennedy y el Presidente Adolfo López Mateos, firman el.”Tratado de El Chamizal”, que devuelve los territorios de El Chamizal y La Isla de Córdova a México.
El estudio técnico, como su nombre lo indica, estaba elaborado en lenguaje y términos muy técnicos, pero en pocas palabras se negoció lo siguiente: Primero.- a México se le restituirían 197 hectáreas de los terrenos de “El Chamizal”; Segundo.- se construiría un canal fluvial que siguiera el cauce original que tenía el Río Bravo en 1848; dicha obra sería financiada por ambos países a partes iguales y una vez concluida, ese sería el límite fronterizo real entre los dos países; Tercero.- los pagos e indemnizaciones a los ciudadanos que se vieran afectados por la resolución, serían absorbidos por ambos países, a partes iguales; Cuarto.- con respecto a “La Isla de Córdova”, a México se le restituyen 78 hectáreas; Quinto.- una vez concluidas las obras del nuevo cauce, hechos los levantamientos topográficos y pagadas las indemnizaciones correspondientes, el Gobierno de Estados Unidos procederá a restituirle al Gobierno de México sus porciones de territorio.
28 de octubre de 1967 “El Chamizal” es devuelto a México; un logro de la diplomacia mexicana
El 14 de enero de 1963, Estados Unidos y México, firman y ratifican el Tratado de Acuerdo de Devolución del Territorio de El Chamizal; y La Isla de Córdova; el 25 de febrero de 1964, los Presidentes Lyndon Johnson y Adolfo López Mateos, se reúnen en Ciudad Juárez, Chihuahua, para terminar oficialmente con la disputa limítrofe y diplomática y demarcar el nuevo límite fronterizo entre Estados Unidos y México; el Presidente Lyndon Johnson, como un acto de buena voluntad del fallecido Presidente John F. Kennedy hacia México, entrega de manera simbólica los territorios en cuestión.
Finalmente, el 28 de octubre de 1967, los Presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Lyndon Johnson, en Ciudad Juárez, Chihuahua formalizan la entrega física de los territorios en litigio, que tanto dañaron a la relación entre ambos países y que a punto estuvieron de generar unas disputa internacional, al grado que se hizo necesaria la intervención de la O.E.A. y la O.N.U.
“No dudamos que esta tierra pertenezca a México, pero no queremos abandonar nuestros hogares; nuestro corazón está en México, pero nuestra vida está en El Paso; este tratado se apega a la elemental justicia, pero romperá muchos corazones en El Paso y en Ciudad Juárez”: Elvira Domínguez, representante de los habitantes de El Chamizal, territorio de El Paso, Texas.
“Este Tratado es una muestra de lo que se puede lograr con la voluntad política, la vía diplomática y la colaboración entre dos países” John Connolly, Gobernador de Texas 1967
“El Tratado de El Chamizal podemos utilizarlo como un símbolo de amistad, tal y como fué concebido en los años 60´s, es un recordatorio de que los asuntos pueden ser tratados con mucha diplomacia, cordialidad y civilidad; es todo un ejemplo diplomático para restregárselo en la cara a Donald Trump”: George W. Bush Jr., ex Gobernador de Texas y ex Presidente de los Estados Unidos. (Estas palabras de Bush Jr. fueron parte de un fuerte y severo reclamo a consecuencia de una gira que hizo Trump a Texas durante su primera campaña electoral, en esa ocasión Trump atacó duramente a los mexicanos casados con estadounidenses, como “ventajosos que solo buscan obtener la ciudadanía”, tachándolos de asesinos y narcotraficantes; mientras que en otra parte de su discurso atacó a México diciendo que, si “ya les devolvimos El Chamizal, luego van a reclamar todo Texas”; esto provocó la inmediata e iracunda reacción de Bush Jr., quien por los mismos medios, TV y prensa le reclamó a Trump diciéndole que “insultas a mi esposa, a mí y a mi familia, ella es mexicana y tengo familia política en México, no puedes hablar en general porque no todos los mexicanos son así” y le dejó claro que su volvía a Texas con ese mismo discurso, su respuesta sería diferente; luego puso como ejemplo de diplomacia el tema de El Chamizal, para terminar llamando a Trump como “pedazo de idiota”.
En la actualidad
Actualmente convertido en el Parque Público Federal El Chamizal, es un parque recreativo con acceso a todo el público, ahí se encuentra una réplica de las ruinas de Paquimé y se encuentra el Museo de Arqueología e Historia de El Chamizal; el Gobierno Mexicano acaba de declararlo como Zona de Reforestación Ecológica y los juarenses esperan que el gobierno entrante ponga manos a la obra en ello.
Por su parte, en El Paso, Texas la porción de la Isla de Córdova que quedó dentro de esa ciudad, fue convertida en el Parque Público Azcárate, con un lago artificial para pesca, un campo público de golf, un centro histórico, la Academia de Bomberos de la ciudad, áreas para conciertos públicos y el Army Veterans Center.
Fuentes Bibliográficas:
+ bbc.com
+ cila,gob.mx
+ alamy.es
+ Office of the Texas Governor
+ relatosehistorias.mx