Tres minutos bastaron a la senadora Mayuli Martínez para levantar las enaguas de Javier Corral, en la tribuna del Senado. Con la desfachatez del farsante que siempre ha sido, el exgobernador defendió la militarización de la Guardia Nacional ordenada por López Obrador. Trágame tierra, nunca hubiese hablado, la senadora panista por Quintana Roo exhibió un audio donde, con igual vehemencia, anteriormente Corral se opuso a la militarización propuesta por Calderón, Peña Nieto y López Obrador.
“Es la incongruencia más grande que he podido ver en este senado de la República y tan es así que…” dijo la senadora antes de correr los audios incriminatorios en los que se escuchó la voz Corral en los siguientes términos: “controvertí constitucionalmente en la Corte la Ley de Seguridad Interior promulgada por el presidente Peña Nieto y por supuesto me opongo a la Iniciativa presentada en sus términos por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Lo hago bajo los mismos argumentos, bajo la misma convicción y consistencia, el modelo no es entregar en la desesperación el control de la seguridad pública a las Fuerzas Armadas, de este el estatus constitucional, pero sobre todo subordinada a la Secretaría de la Defensa Nacional. Es un error más grave que los intentos de Calderón y de Peña Nieto por militarizar la seguridad pública en México”.
Intentando desmentir la evidencia, como toda respuesta el muy cínico ocupó la tribuna para explicar que ¡lo sacaron de contexto!. Alegó, derrotado, que reprodujeron un fragmento de discursos pasados donde se opone a la Ley de Seguridad Interior. ¿Un fragmento? ¿Se le hizo poco?. Decía Dagoberto González que Corral “es como los marranos, tiene la fuerza en el hocico”, refiriéndose despectivamente a que su fortaleza política estaba en la capacidad narrativa. Bueno, pues con su propio hocico tropezó en su periodo de “nuevo devoto”, antes podía ir de tribuna en tribuna pontificando con el deber ser, desde que pasó por el gobierno y lo dejó quebrado, con altos grados de inseguridad y teñido de corrupción, lo seguirá el karma de pésimo gobernante, gran farsante y perezoso impenitente.
No obstante la senadora Martínez Simón tiene sólo parcialmente la razón, cuando habla de incongruencias. La de Javier Corral puede ser la mayor incongruencia del senado pero no la más grande de su vida pública. Como ejemplo de su impostura recupero una de sus conocidas diatribas contra López Obrador: “Es ruin, es vulgar la manipulación que hace el gobierno de la República de la información. Lo primero que hay que lamentar es la tragedia de México; haber pasado de un presidente corrupto y corruptor como lo fue Peña Nieto, a un presidente que siembra el odio, que manipula y falta a la verdad. Y ese es López Obrador”, dijo en septiembre del 2020.
Ese es Javier Corral, un incongruente merolico de la política que lo mismo asume posturas impostadas contra la virtud que a favor de la vileza; así como hoy dice una cosa, mañana otra y siempre tendrá la razón, con el cinismo de justificar su falta de convicción apoyado en argumentos falaces o mentiras completas. Con Felipe Calderón pudo declarar su oposición a la militarización porque prevalecía un clima de libertad; con López Obrador asume sin cambiar una coma la narrativa del régimen, porque de cambiarla lo declaran traidor a la patria y lo suyo nunca ha sido vivir fuera del presupuesto. Antes quiso pasar por adalid de los valores humanistas y democráticos; hoy oficia de abyecto súbdito de un tirano con ínfulas mesiánicas, batido en la miseria de hacerlo con mayor abyección que los viejos devotos, quiere ganarles en sumisión.
Pero Javier es Corral y Corral es Javier donde quiera que se encuentre, con la misma “convicción y congruencia” que hoy defiende al populismo tiránico, mañana será su detractor. La vocación de su nuevo devoto, señores de la cuatroté, es la de un traidor compulsivo y los traidores siempre encuentran el camino hacia la traición. Esperen a que cambien los tiempos y él, muy digno, cambiará junto con ellos.
Rompeolas
Mañana votan las comisiones legislativas en el Congreso del Estado, se supone que sin complicaciones con la mayoría del voto Verde y los de MC. El desencuentro, según trascendidos al interior del Congreso, está en la Comisión de Asuntos Indígenas, antes sin la mayor importancia, pero ahora la reclama doña Ariadna Montiel, coordinadora del coordinador de Morena, Cuauhtémoc Cárdenas. ¿Para qué la necesita, teniendo un ejército de jóvenes distribuyendo ingentes cantidades en efectivo?. Para nada, sólo está obsesionada con la sierra y quiere mostrar poder. Veremos en qué termina.