«Durante unas horas, el Canal del Congreso le arrebató su lugar a ‘La casa de los famosos’ con un reality en el que se exhibieron, uno a uno, los más bajos rasgos de la condición humana: la falsedad, la sumisión, la vileza, la rabia, la avaricia, el miedo y la sinrazón. El perfecto retrato de nuestros gobernantes: una manada desprovista del menor asomo de congruencia o de ética»: Jorge Volpi
Si el presidente, a pesar de que un Tribunal Colegiado -por unanimidad- le concedió el amparo a la ONG ‘Fundación Iris’, que impugnó la aprobación de la reforma judicial y que, por tanto, un juez de Distrito resolverá si se otorga la suspensión definitiva, decide publicarla el día de hoy, en la noche del Grito presumirá el “regalo” que le hicieran los legisladores de su partido: La reforma judicial.
Se habrá evidenciado así que el verdadero objetivo no era la reforma.
Lo relevante, para ellos, no es la reforma, sino que su amado líder tenga el orgullo de haberla podido sacar adelante durante su mandato.
Deberá asentarse una y otra vez, la 4T no ganó los suficientes votos para contar con mayoría calificada, en ninguna de las dos cámaras, la de Diputados y la de Senadores.
Obtuvieron, sí, un contundente triunfo, tanto a la presidencia de la república, como al Congreso de la Unión, pero hasta ahí.
La reforma es ilegítima.
No nace como producto de una conducta democrática, sino de la imposición de un gobernante.
No tienen el mandamiento popular para imponer las reformas que trastocan el tejido constitucional vigente y que darán origen a un nuevo régimen, ajeno al republicanismo.
Y lo será, porque, en la práctica, habrán desaparecido dos cosas fundamentales para la existencia de La República: La división de poderes y la extinción, en la práctica, del poder que ejerza el control constitucional que garantice que las reformas y los actos de las autoridades no vulneren el Estado Constitucional y Democrático de Derecho.
Sin ello, será un régimen autoritario, como el que ya tuvimos.
No nos regresarán al viejo régimen priista; no, darán origen a uno parecido a aquel, pero recargado, para mal.
Será un régimen con infinidad de pecados de origen.
Jamás una fuerza revolucionaria en México había triunfado vulnerando tan seriamente las libertades democráticas, por más que, por episodios, alguna haya cometido abusos, los que podrían, en el mejor de los casos, comprenderse, en virtud de que el camino para acceder al poder fue por la vía de las armas.
Pero que una fuerza, supuestamente democrática, accediera electoralmente al gobierno y de ahí, usando el peso del Estado pretendiera imponer un nuevo régimen que desaparecerá varias de las conquistas sociales, largamente larvadas desde la izquierda mexicana, hay un mundo de distancia.
El presidente violó persistentemente la ley electoral; sometió por la presión política, mediática a la mayoría de los integrantes de los órganos electorales; ordenó que se violara la ley para que el senado no eligiera a los magistrados electorales faltantes; reclutó a un contingente de seguidores para que ‘convencieran’ a los beneficiarios de los programas del bienestar de sufragar por su partido; ordenó que la secretaria de Gobernación anunciara -apenas a unas horas del cierre de las votaciones- que su movimiento tendría mayoría calificada, casi con los mismos números que luego los organismos electorales certificarían.
El momento culminante del nacimiento del nuevo régimen lo constituyó el abominable espectáculo brindado por ellos en la Cámara de Senadores.
Aquellos que presumieron ser distintos a los del pasado, llenaron las curules y escaños con ellos, a quienes abrazaron y saludaron efusivamente como si fueran los antiguos ‘camaradas’, de las inmensas luchas ciudadanas, campesinas, obreras y populares que muchos de los integrantes de la 4T emprendieron.
En esa sesión nos brindaron numerosas estampas de lo que será el nuevo régimen, casi todas ellas protagonizadas por quienes transitaron durante largos años en el viejo partido del régimen.
Llegaron a las filas de la 4T con todo su bagaje; con sus participaciones desmentían punto por punto los dichos del presidente López Obrador.
Son los mismos, solo que con nuevo ropaje.
¿A poco no les recordó Adán Augusto López, mintiendo sobre la ubicación del senador Barreda (MC), -a los que lo vivieron- las largas horas de duración de los informes presidenciales del priato, casi todas ellas cargadas de mentiras?
O las imágenes en las que dos impresentables de Morena -Félix Salgado y Oscar Cantón Zetina- acompañan a su nueva adquisición, el senador suplente del PAN, Miguel Angel Yunes, los cuatro con orígenes en el PRI, de aquel partido dinosáurico.
Sí, hacen que nos retrotraigan a aquel pasado, pero con unas tremendas raíces en el presente.
A Félix Salgado sólo le falta evocar una de las más famosas frases del presidente López Portillo -(mi hijo) José Ramón «es el orgullo de mi nepotismo»-. Además de ser el objeto de varias denuncias de acoso y violación sexual. Nada pasó, hoy es flamante Senador de la República.
¿Y Cantón Zetina?
N’ombre, es de una rancia familia priista tabasqueña, amiga de López Obrador, con una cauda de cargos gubernamentales y de elección popular en el viejo PRI.
Además, es copropietario del grupo Cantón, la empresa que edita el periódico local ‘Tabasco hoy’ y que es la 8a empresa que más dinero recibió, del 2018 al 2022, del gobierno federal, por concepto de publicidad, solo por debajo de Televisa, Tv Azteca, La Jornada, un conglomerado de periódicos estatales, Radio Fórmula, Tele Fórmula y Milenio.
Villahermosa apenas cuenta con 700 mil habitantes
Y Miguel Ángel Yunes, es uno de los emblemáticos de la extrema capacidad chapulinesca de la clase política y del manejo corrupto, de las dirigencias partidistas, para adjudicar candidaturas, en este caso de la del PAN, y no solamente de ahora.
¿Sería casualidad que se les comisionara a ellos para recibir a Yunes, el patriarca de un grupo familiar y político,
¿Dónde está, entonces, la oposición?
La real, la que de verdad se enfrentará al nuevo régimen, está incubándose, lo hará a lo largo de los próximos años, por ahora tiene sus reservas en el vasto movimiento feminista, en las familias de los desaparecidos y asesinados; a esos movimientos se agregará uno nuevo, el que sumará a su indudable preparación profesional y académica, el coraje de ver, no solamente perdidos sus proyectos de vida (salarios y ruta profesional), sino el de ver, impotentes, como se derrumba ante sus ojos el entramado institucional construido a lo largo de, por lo menos, dos centurias.
Los trabajadores del Poder Judicial Federal (aún es temprano para apreciar el mismo fenómeno en los trabajadores del Poder Judicial de los estados) constituyen la incipiente oposición, que crecerá en amplitud y extensión, no solo a la reforma judicial, sino al régimen a cuyo nacimiento acudimos.
Los partidos de la oposición se desangrarán a pasos agigantados, como ya vemos en los muy pocos días en que la reforma pasó a la discusión de las legislaturas estatales y varios diputados de ellos anunciaron su incorporación a las filas del oficialismo.
Sin duda, quedarán reductos, pero serán solamente eso, reductos. En tanto, el régimen se consolidará.
Se desearía que no fuera en sentido negativo, pero sus primeros pasos apuntan en ese sentido, como atinadamente describió el escritor Jorge Volpi, sin duda un hombre con extrema simpatía por López Obrador:
«… Con ello ha demostrado (AMLO) que continúa siendo el político más hábil -y con menos escrúpulos morales- de nuestra historia reciente; en una maniobra diabólica, liquidó de un plumazo a sus dos grandes detractores: el Poder Judicial y el PAN. Pero, al hacerlo, asumió la infamia que lo iguala al pasado. Ya no queda duda de que la 4T es idéntica, si no peor, al viejo PRI». (https://aserto.mx/nota/la_cloaca).
¿Cómo estarán las cosas que hasta el presidente del PRI, Alejandro Moreno, adujera que la reforma judicial fue aprobada con las peores mañas, presiones y coacciones?
Es mucho tiempo entre las elecciones y la toma del nuevo presidente, cantaban los Tigres del Norte, de cuando el ascenso del nuevo mandatario se hacía en diciembre.
Si ese tiempo era mucho, los días que faltan se le harán una eternidad a la presidenta Claudia Sheinbaum, ante la grosera, desleal, misógina, desproporcionada y autoritaria conducta del presidente López Obrador.
El de Macuspana pretende alargar su presidencia a través de la imposición, no solo a través de las nuevas normas y hasta de los tiempos en los que debe instrumentarlas, que delinean un nuevo régimen -de ninguna manera de avanzada- y al que será imposible se niegue a ejercerlo de esa manera, a menos, claro está, que sí sea una verdadera demócrata.
Votos obtenidos mediante chantaje, ofertas de dinero y extorsión, senadores que piden licencia por motivos de salud y legisladores de oposición de los que nadie sabe nada, salvo el líder de la bancada oficialista; ‘destape’ de su hijo para que codirija el partido; imposición de los amigos de éste en diversos cargos en el gabinete que tomará posesión el 1o de octubre, ha debido soportar la mandataria electa.
Sobre esas ruinas de podredumbre y corrupción van a levantar su nueva república.
Pero, todo lo anterior es al mediano plazo, en el corto, como dice Enrique Quintana, director de El Financiero, lo peor no sería la devaluación, sino el hecho de que los inversionistas no tengan la certeza de que la reforma vaya a resultar en un sistema judicial que los deje sin protección. (El Financiero, 11/9/24).
«Aunque deberá anotarse que desde el 31 de mayo, la víspera de las elecciones, hasta el 11 de septiembre el dólar se ha encarecido en 18%… y a que es un hecho es que el índice de inversión fija bruta creció solamente 1.6% en el lapso enero-junio de este año (medida con series desestacionalizadas) y en el mismo periodo del año pasado lo había hecho a un ritmo de 14.8%». (Ibídem).
O sea, que a pesar de «los otros datos», sí hay una detención, importante, en el flujo de la inversión a México y con una importante disminución en el crecimiento económico, que en promedio será de 0.95% en esta administración, el menor desde al menos el sexenio de Ernesto Zedillo. (Los datos importan, Valeria Moy, El Universal, 3/9/24. Directora General del Instituto Mexicano para la Competitividad).
El futuro no es promisorio.
Columna de Plata de la Asociación de Periodistas de Cd. Juárez (APCJ): 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023
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