Mientras la voluntad de una mente rencorosa, perversa, burlona y ególatra destruye al país, acompañada por legiones y camarillas de incondicionales dispuestos a seguirlo hasta la ignominia, millones de mexicanos vemos con pasmosa indiferencia la destrucción sin hacer nada. Para todo efecto práctico, somos cómplices por omisión.
Da gusto ver a estudiantes de la UNAM, Facultad de Derecho, encabezar la protesta contra la ofensiva reformista cuyo fin es subordinar al Poder Judicial, poniéndolo de rodillas frente al Ejecutivo. También que jueces valientes hayan ordenado suspender la votación y trabajadores del PJ sumado a la manifestación. Igual celebro la oposición racional de los ministros.
Si embargo, para frenar la demencial obsesión de López Obrador y sus devotos, es necesario que los mexicanos salgan en número de millones a las calles y en vez de ir al Zócalo paralicen puertos y aeropuertos, cierren fronteras, bloqueen trabajos en las obras que duelen.
Trabajadores del Tribunal local y estudiantes de la UACH preparan, por su parte, una marcha para el nueve de septiembre, que realizarán a la seis de la tarde. ¿Quién los asesora o cómo toman las decisiones?. Desde el poder verán su manifestación como una caminata por el parque.
Si quieren hacerse escuchar, que sus acciones impacten, necesitan radicalizarse y, por ejemplo, bloquear puentes internacionales, oficinas de adunas, del Bienestar. Demostrar que están decididos a las consecuencias de hacer frente al esbozo de dictador.
Se agradece el esfuerzo, sobre todo si la mayoría no hace nada, pero temo que sea muy tibio y en consecuencia destinado al olvido, a esa hora nadie se dará cuenta que marcharon. Mínimo la hubiesen programado en la mañana, así los medios harían una cobertura completa.
¿Demasiado radical? Para el momento histórico del país es poco, nos llevan hacia una dictadura en la que todo ciudadano que disienta quedará en la más absoluta indefensión, hacia un país de libertades canceladas y subdesarrollo, donde la miseria es virtud y las aspiraciones condenables.
Tengamos presente, el régimen ve sus acciones como un “todo o nada”, el último jalón hacia la autocracia con la que han soñado durante décadas; los mexicanos libres como una lucha más, tarea para después del trabajo. Estamos desenfocados, si perdimos la elección, no perdamos también la dignidad.
Rompeolas
Javier Corral quedó exhibido como el vulgar corruptillo que es. La protección de sus nuevos compañeros de pandilla será insuficiente para revertir el descrédito en que ha caído. En la primer sesión del senado, Mario Vázquez machacó sobre la llaga y el corrupto no tuvo más que volver a la narrativa ordinaria: no soy prófugo de la justicia, soy perseguido. Ajá, pues entonces explica la entrega de los 98 millones de pesos sin contraprestación al gobierno, la fuga de tu secretario de Hacienda, el encarcelamiento y posteriores denuncias de tu vocero, los millones recibidos por tu esposa Cinthia Chávira y la extensa lista de señalamientos sospechosos de corrupción. No, Javier, antes te creían tus amigos de México, ahora que te levantaron las enaguas donde menos querías, se dieron cuenta que apesta.
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Algunos de los más fervientes devotos del régimen están convencidos de que las desavenencias internas de Morena tienen que ver con el desamor (así lo dicen, supongo que se refieren al desamor político) entre Juan Carlos Loera y Ariadna Montiel. Explican que Montiel quiere seguir mandando hasta en temas personales de los devotos, con Cuauhtémoc Estrada como su personero fiel, y Loera pretende recuperar controles perdidos. En ese contexto ubican la confrontación de los diputados locales que reventaron la primer sesión del Congreso llevándose a la presidenta de su partido en rastra, panchito adjudicado a Loera. También ponen ahí el rompimiento de Brighite Granados con la bancada y diversos asuntos domésticos que los confrontan habitualmente. ¿Tanto así, la crisis interna girando en polvos de aquellos lodos?. Es lo que dicen.
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El tema de Monte Xenit, fraccionamiento de reciente construcción donde las lluvias pasadas destruyeron parte de la barda perimetral y dejaron cuarteadas decenas de viviendas, por fortuna no habitadas, debe ser seguido muy de cerca por Desarrollo Urbano del Municipio. Brenda Ríos, ahora como diputada de Morena, lo empezó a manejar con sentido de oportunismo político, invocando el concepto de “cartel inmobiliario de Chihuahua” que importó de CDMX. Abusados, lo recogen otros diputados y puede hacer crisis, los morenos son muy buenos para inflar esos problemas. Si existe alguna irregularidad, el alcalde Bonilla no tiene por que cargar con ella en la precampaña. Poner atención desde ahora y desvincularse objetivamente es lo mejor, los desarrolladores gozan de mala fama pública, eso lo sabe cualquiera.
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Briago de poder, Fernández Noroña estrenó la presidencia del senado con una declaración de arrogancia y soberbia extrema. En respuesta al embajador de los Estados Unidos, Ken Salazar, quien reiteró que la reforma al Poder Judicial frena inversiones, Noroña respondió con una vulgar brabuconada: “Lo he dicho y lo vuelvo a decir, no hay poder sobre la tierra que pueda detener la reforma al Poder Judicial. Ni la injerencia de un funcionario de Estados Unidos tan poderoso como Ken Salazar, ni de ningún otro. En México manda el pueblo”. ¿En serio Noroña?, el pueblo les dio solo el 54 por ciento de los votos, no la mayoría calificada que presumen. Sirva el desplante para ponerlo en la ensarta de abusos con que los voceros del pueblo construyen el régimen autocrático; en nombre del pueblo toda destrucción institucional está justificada.
