En la extensa historia del Congreso local solo una vez hubo clara mayoría opositora al Ejecutivo. Sucedió en la LVIII Legislatura, segunda mitad de Francisco Barrio, cuando el PRI alcanzó 21 diputados, faltando sólo uno para mayoría calificada. El coordinador de la bancada priista era Miguel Étzel Maldonado, un priista formado en la rigurosa disciplina del saulismo y de sincera convicción institucional. El diputado por el PRD era Dagoberto González, maestro rural hecho en la vieja izquierda ideológica pero con sentido de responsabilidad. Aliados hicieron mayoría calificada sin abusar jamás de su poder.
Diputados rijosos como Jaime Enríquez, artemistas como Pablo Israel Esparza y otros exigían al coordinador poner de rodillas al gobierno panista. Étzel nunca lo permitió, la mayor confrontación sucedió por diferencias en el presupuesto de 1996, conflicto destrabado personalmente por Ernesto Zedillo, presidente del país. Eran otros tiempos y ahora podemos decir que también otro país, políticamente hemos retrocedido décadas, entonces prevalecía un compromiso de gobierno, sin que ninguna parte renunciase a sus intereses o mostrase debilidad. Por ejemplo, PRI y PRD aprobaron una innovadora ley electoral contra la voluntad del PAN. Paleros no eran, sin embargo la cordialidad política permitió al gobierno de Barrio transitar sin traumas.Hoy el país vive la mayor polarización social de la historia reciente, con nuevos empoderados que asumen actitudes de pandilla y ansias de venganza. Muchos son improvisados (existen honrosas excepciones) sin sentido de responsabilidad con los electores ni compromiso institucional. Si el Morena de hoy tuviese la bancada del PRI en aquella Legislatura histórica, su primer impulso sería reventar el gobierno de Maru Campos; su vocación es destruir, no construir. No la tiene, pero las fuerzas dominantes han quedado equilibradas en número, ganados doce curules por partido. El PRI terminó con cuatro, MC y PT dos cada uno y el Verde regresó con un representante.La composición es particular, pues ningún partido por sí mismo hace mayoría simple (17 diputados), ni sumados los votos de la tercera fuerza, cuatro del PRI, para gobernar el Congreso. De la mayoría calificada ni hablar, en teoría necesitarían la voluntad de las seis fuerzas políticas representadas en el Congreso para construirla. Con esta nueva realidad electoral Morena está cómodo, pues la responsabilidad de gobernar es del PAN. Son los diputados de este partido quienes necesitan establecer los acuerdos pertinentes para sacar los asuntos que importan al Ejecutivo de su partido. ¿Están preparados para el reto que tienen frente a ellos?.Deben estarlo, tampoco se trata de resolver complejas ecuaciones matemáticas de tercer nivel careciendo de formación académica, hay maneras de acordar respetando el interés de cada fracción. Pero vamos por partes, construir la mayoría simple que permita al PAN manejar administrativamente el Congreso es sencillo, ahí está Tavo Borunda del Verde, partido al que Morena rechazó por instrucciones de Ariadna Montiel cuando las alianzas locales. También están los siempre dispuestos Aguilar, pero nunca será lo mismo tratar con desprestigiados que con cuadros nuevos en política, como Borunda. En la LVIII Legislatura Rubén Aguilar hizo mil ofertas para ser el factor determinante en la mayoría calificada, pero Miguel Étzel optó por Dagoberto González con un argumento de mero sentido común: “no es lo mismo aliarnos con un partido descreditado (desde entonces el PT ya tenía pésima fama) que construir con el PRD y un diputado confiable como Dagoberto”.La gobernabilidad del Congreso no tendrá dificultades, lo relevante será cuando se trate de hacer mayoría calificada. Santiago de la Peña, quien lleva la relación del Ejecutivo con el Congreso, conoce la historia de los Aguilar y sabe que están llenos de intereses domésticos, tienen mucho que perder. Por más renuentes que se muestren los dos diputados de MC siempre hay formas de aflojar las cuerdas de su voluntad y, como vimos en la pasada legislatura, en Morena nunca faltarán las Adrianas Terrazas. Complicado si; imposible no, sólo es cuestión de que los operadores del Ejecutivo permanezcan enfocados y aprovechen en su momento, pescándolas al aire, las coyunturas que irán presentándose.RompeolasUn serio problema tiene Cuauhtémoc Estrada, coordinador de la fracción guinda, pues seguramente será (o ya fue) emplazado por su coordinadora, Ariadna Montiel, para que construyan un bloque opositor que les de protagonismo legislativo más allá del ganado en las urnas. No podrá y en una de esas hasta le debilitan su fracción, los desafectos internos pesan.……………….Francisco Sánchez de MC, quien entró al Congreso arañando las puertas, terminará donde nunca quiso estar, con Morena. Tanto que los critico durante la campaña para aliarse con ellos en el Congreso. Así es la política, pero también se sabe que los enojos son temporales y los acuerdos frágiles, igual mañana lo vemos votando junto al PAN.