Sin duda alguna que el tema que ocupa la atención de casi todo el país, e incluso en otros países del mundo, es la reforma judicial que ha propuesto el presidente López Obrador, o mejor dicho, el conjunto de reformas a la Constitución y a diversas leyes, 18 en total, que, en la opinión de muchos analistas y hasta mandatarios y embajadores, pretende instaurar un nuevo régimen de gobierno en nuestro país.
Es decir, no estamos hablando de una simple modificación a nuestra Constitución, sino de toda una serie de modificaciones que le imprimen cambios esenciales, sustanciales al régimen, de origen, fundacionales, que la misma Carta Magna establece. No es cosa menor.
Sobre todo, porque, pese a que haya quien lo niegue y hasta se enfade cuando se menciona, no podemos dejar de reconocer que, en los hechos, en nuestro país se están siguiendo con gran rigor y exactitud, o sea cumpliendo, todos los acuerdos del Foro de Sao Paulo cuya agenda establece puntos concretos para implantar el modelo comunista-socialista en América Latina.
El debilitamiento profundo o de plano la destrucción de todas las instituciones autónomas e independientes que garantizan transparencia, equilibrios y contrapesos de poder, etcétera; el feroz y despiadado ataque a los medios de comunicación críticos, sin pruebas ni casos fundados, solo la denostación fácil que, viniendo desde el máximo poder político del país, constituye no solo una enorme violación a los derechos y garantías individuales, sino un completo abuso de poder.
La creciente militarización del país, no solo en temas de seguridad nacional o civil, sino hasta en cargos administrativos relevantes y estratégicos, son todas estas, acciones encaminadas a cumplir cabalmente con dicha agenda, y aunque en el texto se menciona que será solo a través del camino de la política, es evidente que “su interpretación” de la política no es la misma que la del común de la gente o de los mismos políticos.
Por ello el título de la presente colaboración, una metáfora llevada en 1977 a la pantalla grande del mismo nombre: “El Huevo de la Serpiente”, dirigida por Ingmar Bergman, ambientada en el Berlín de los años 20’s.
Transcribo una breve sinopsis de la cinta mencionada para comprender mejor de qué se trata: “El científico que realiza experimentos sobre los seres humanos, el Dr. Vergerus dice: ‘Cualquiera puede ver el futuro, es como un huevo de serpiente. A través de la fina membrana se puede distinguir un reptil ya formado’. La película describe el proceso que condujo a la destrucción de la democracia alemana y su paulatina sustitución por un régimen totalitario a partir de 1920. Se refiere a que cuando está en la etapa de gestación, la serpiente puede ser vista a través de la cáscara transparente del huevo. Y lo que se ve es un bichito insignificante y hasta simpático, que puede incluso inspirar compasión. Por eso, nadie se atreve a destruirlo impidiendo su nacimiento. Pero cuando sale del huevo y comienza a actuar, el proceso no para hasta que la destrucción es total. Y cuando por fin alguien quiere hacer algo al respecto, es demasiado tarde.” (El Institute for Scientific Information (ISI): “el huevo de la serpiente” en la evaluación científica – Barsky, Osvaldo – Teseus – https://tinyurl.com/2bac4gql).
Del mismo modo, esta reforma constitucional al poder judicial -y otros cambios importantes previos- parecerían ese huevito pequeño e insignificante que todos podemos ver, pero que indudablemente traerá cambios radicales para todos los mexicanos ¿Qué si son buenos o malos esos cambios? No lo sabemos, hasta que ya estén operando y quizá para entonces ya no podremos hacer nada para revertirlos.
Es de tal trascendencia esta reforma y todas las que la acompañan, que en nuestra ciudad durante las dos semanas pasadas se han dado una serie de eventos y acciones que han tenido como propósito llamar a una profunda discusión pública y debate especializado, técnico, sobre la conveniencia o no de la misma.
Desde el paro de actividades en los juzgados y tribunales federales, hasta la suma de los integrantes del mismo poder judicial estatal, pasando por una profusa presencia en medios de comunicación de barras y colegios de abogados, litigantes independientes, dirigentes empresariales, asociaciones civiles y, por supuesto, analistas locales pronunciando sobre el tema, aunque, hay que decirlo, lo más ha llamado la atención es que, como nunca antes, los mismos secretarios, jueces, magistrados y ministros se han manifestado públicamente sobre el tema, incluidos por supuesto también, los diversos medios de comunicación.
En diversas conversaciones y entrevistas periodísticas con abogados, jueces, magistrados, funcionarios judiciales y empresarios he podido obtener algunas conclusiones que considero importante compartir en este espacio.
Primera. Las tres líneas argumentativas básicas para transformar al Poder Judicial son: a) Son corruptos, b) Demoran demasiado tiempo en hacer su trabajo y, c) Ganan mucho dinero. Aunque no se haya probado fehacientemente ningún caso de corrupción y sin negar que pueda existir en casos aislados, la sola palabra del presidente basta para dar por cierto el hecho, aun invadiendo otra esfera de poder distinta a la de él. En cuanto al tiempo para resolver, solo le paso un dato, en México hay 4 jueces por cada 100 mil habitantes, mientras que en Costa Rica hay 25, y el estándar que marca la OCDE es de 66 jueces por cada 100 mil habitantes, así es que eso explica claramente el rezago.
Segunda. Todos están de acuerdo, aun jueces, magistrados y funcionarios judiciales, en que es necesario evolucionar en el Poder Judicial Federal, y en general en todo el sistema, pero con una reforma que fortalezca la independencia, la capacidad, la profesionalización y la autonomía judiciales, y no una que lo destruya todo para partir de cero.
Tercera. La incertidumbre, la falta de certeza jurídica, desestabiliza la economía en general, desestimula la inversión extranjera directa y la nacional también, pone nerviosos a los mercados internacionales, lo que puede derivar en algo todavía peor, como una crisis financiera y económica, pero también ha ocasionado reacciones y opiniones de nuestros socios comerciales más importantes en el T-MEC, ocasionado tensiones diplomáticas con ellos.
Existen por lo menos cuatro estudios realizados desde el rigor científico y académico de especialistas en derecho, el primero fue del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, luego vino el de la Escuela de Derecho de la Universidad de Stanford, más recientemente el de la Escuela Libre de Derecho y, finalmente el que hace Human Rights Watch en el que afirma que: “Reforma judicial es una amenaza a los derechos humanos”, todos coinciden en los puntos descritos anteriormente
No son ocurrencias o meras apreciaciones, en el programa que conduzco junto a Gaby Téllez en canal 44, Pido la Palabra, hemos tenido dos mesas de análisis sobre el tema, la primera con la participación de dirigentes de barras y colegios de abogados, la ANADE y con jueces y magistrados tanto federales como estatales mismo que puede ver en el link https://tinyurl.com/2buhocdp, y la segunda con líderes empresariales que enfocaron el tema desde la visión económica, este programa lo puede ver hoy a las 10 de la mañana.
Dentro de la Asociación Civil, Líderes Comprometidos por Juárez, organizamos un Foro de Análisis sobre la Reforma Judicial, también con una participación importante de abogados, jueces y magistrados judiciales, tanto de la federación como del estado, quienes presentaron sendas ponencias al respecto, dicho foro se llevó a cabo en las instalaciones de la UACH, un día antes, la Asociación Nacional de Abogados de Empresa (ANADE) e incluso Canacintra, realizaron ejercicios similares.
Es decir, al menos en Ciudad Juárez, en muy diversos sectores de la población hay una seria preocupación al respecto de lo que pueda ocurrir como consecuencia de esta reforma constitucional, y se está dando un debate serio, informado, público, objetivo y escuchando a todas las voces sin dejar de lado a los principalmente afectados.
Esta reforma judicial, junto con la desaparición de órganos autónomos (INAI, COFECE, CRE, CONEVAL y otros), más las modificaciones a la Ley de Amparo, no auguran nada bueno en materia de Estado de Derecho, por eso la preocupación, por eso la búsqueda urgente de un debate pausado y serio que pueda lograr una mejor reforma.