*El verano venezolano
*Manipulación aberrante
*AMLO en el lado oscuro
*Corral en el corralito
Cuando la gente se enoja, mantener las tiranías represoras es difícil. Es el caso del pueblo venezolano, décadas de hambre y abusos los llevó al punto de inflexión. Costará sangre, desde el domingo hasta hoy van cuatro muertes registradas, pero si los venezolanos mantienen la resistencia contra el régimen tiránico de Maduro, su destino es triunfar. No puede haber otro.
Perdieron el miedo, los veo muy decididos sabiendo lo que hacen y sintiéndose con la victoria en la bolsa. “La soberanía popular no se negocia, lo único que estamos dispuestos a negociar es una transición con garantía para todos”:, dijo María Corina Machado, líder del potente movimiento social contra la dictadura. No es la declaración de un pueblo derrotado, es el ganador ofreciendo garantías al derrotado. Maduro podrá llamarse triunfador, pero sintió el rechazo social, mientras la oposición atisbó la victoria.
Esta vez los venezolanos, por fin, no están solos. También la comunidad internacional ejerce presión sobre el patético e inculto dictador que los sojuzga. La condena de la Organización de Estados Americanos es contundente: “A lo largo de todo el proceso electoral se vio la aplicación, por parte del régimen venezolano, de su esquema represivo complementado por acciones tendientes a distorsionar completamente el resultado electoral, haciendo que ese resultado quedara a disposición de la manipulación más aberrante”.
“La manipulación más aberrante”, duras palabras que, sin embargo, están muy justificadas. Desde que Maduro prohibió competir a la popular exdiputada María Corina Machado, quiso manipular la elección de principio a fin. Cuando no pudo, el hartazgo social lo rebasó, resolvió su triunfo de una manera infantil: “ganamos con el 51.27 por ciento de los votos, contra el 44 de la oposición… ¡sin mostrar las actas¡. Así, con esa defachatez simplista, el ganamos por que yo cuento los votos y háganle como puedan, declaró resuelta la elección.
La Comisión Nacional Electoral, un burdo aparato comparsa del régimen, avaló sus datos dándolo por seguro ganador. Pues los venezolanos rechazaron la versión, ellos tenían las actas donde ganaron casi tres a uno, así que le están haciendo como pueden. Salieron a las calles masivamente, destruyeron los símbolos de la dictadura (las diversas versiones de Chávez) y sus dirigentes recurrieron a la comunidad internacional para expandir la condena contra el brutal robo de las elecciones. El tirano quedó atónito, desde que proclamó su triunfo está escondido, cual vulgar cobarde dejó a los cuerpos represores la tarea de contener el legítimo levantamiento social.
Será un proceso largo, derribar a un gobierno que controla Ejército, policías civiles, Corte, Congreso, órganos electorales, empresas productivas (¿a quien les recuerda?) es una tarea formidable para el pueblo más decidido. Esta vez tendrán éxito, confío en que asistimos al principio del fin, Maduro quedó únicamente apoyado por los peores gobiernos del mundo: Rusia, China, Corea del Norte, Nicaragua y sí, en ese grupo infame está México, una verguenza como país. López Obrador, otra vez, se puso en el lado oscuro de la historia.
Ha perdido el apoyo de Brasil, pues Lula es uno de los líderes que levantó la voz para exigir elecciones limpias, lo mismo hicieron Boris en Chile y Petro de Colombia, de quienes Maduro esperaba recibir apoyo incondicional. También ellos están hartos de verse obligados a lidiar con oleadas de migrantes forzados por el hambre y la violación a sus derechos humanos. El registro es que han escapado de Venezuela ocho millones de personas, un mar de gente que en algún lugar deben encontrar cobijo.
Quizás sea un idealista sin remedio, pero tengo la firme esperanza de que presenciamos “El verano venezolano”, un levantamiento de la gente común contra el dictador que los tiranizó durante décadas. Sería una victoria para otros pueblos hermanos, si cae Maduro imagine cómo estarían la clase política de Cuba, empezando por Díaz Canet o el asesino dictador de Nicaragua, Daniel Ortega. A poner sus barbas a remojar.
También es una esperanza para los mexicanos libres. Perdimos las elecciones, por cierto también de estado, pero quienes no se habían dado cuenta de la importancia que tienen los órganos electorales y los poderes autónomos, en Venezuela lo acaban de ver. Maduro ganó por que lo dijo él y la CNE avaló su victoria en tres segundos, sin entregar actas de las mesas receptoras. Abusados, mañana puede pasarnos lo mismo, no lo permitamos. Estamos a tiempo para organizar una oposición ciudadana respetable, mirémonos en el espejo venezolano. Seguimos agachados y allá terminamos.
Rompeolas
El engreído hombre de los dos hígados se hizo la foto sintiéndose muy arropado por sus nuevos compañeros del populismo. Da verguenza, se la pasa mendingando esas imágenes, pensando que lo protegerán de las acusaciones de corrupción. Está equivocado, allá lo quieren y acá salen cada vez nuevas perlitas en su fallido gobierno. Veo a Corral en el corralito, enviando señales desesperadas de que son su escudo de protección. Ajá, el temor no anda en burro, dicen en el Barrio de los chivas.