*Ni ciencia ni experiencia
*Sentencia a gusto de El
*Que debía Duarte al PRI
Del presidente López Obrador conocemos su desprecio por la ciencia, ha dejado constancia fehaciente durante decenas de mañaneras, tanto atacando injustamente a científicos como despreciando su actividad.
Pero no sabíamos que también renegaba de la experiencia y no sólo eso, la considera una tara que obstaculiza el buen rendimiento. Al menos es lo que dijo con relación a la reforma del Poder Judicial, al pedir que borren de la iniciativa el artículo donde piden de requisito cinco años de experiencia, a quienes deseen concursar para jueces, magistrados o ministros, ¡por que se les pasó¡.
“Cuando ya se tienen cinco o diez años de experiencia, fueron dejando la mística en el camino y en cambio adquirieron otros cosas que no se necesitan”, dijo antes de hacer una de sus preguntas favoritas sobre cualquier tema que precise de técnica y conocimiento especializado: “¿Qué, es muy compleja la impartición de justicia cuando se actúa con rectitud y no por consigna, como suele pasar?».
Nada extraño en la versión estándar del presidente sobre conocimiento, para él tampoco tiene ciencia perforar un pozo petrolero, “hace un hoyo y ya”, o construir una refinería, un aeropuerto. Para él todo da igual, ni la ciencia ni la experiencia, sólo se requiere 90 por ciento de lealtad y cien por ciento de abyección. El que no adula no avanza.
Con esa idea del presidente, que se postulen para jueces, magistrados y ministros lo mismo tinterillos que pasantes, alumnos de tercer grado y los que hicieron un curso veraniego de leyes en la escuela de la esquina. Lo que necesitan es rectitud y eso lo dan los votos del pueblo.
Es una tristeza, como mexicano, ver que un presidente así consiga imponer su criterio sobre millones de mexicanos. En nuestro país votamos de manera directa a presidentes, gobernadores, ediles, senadores, diputados ¿ganar la elección los hace honestos y eficientes?. Todo lo contrario, muchos de ellos son francamente torpes y corruptos y la enorme mayoría dejan felices los cargos, en la mayor impunidad.
La narrativa de “rescatar al Poder Judicial”, como lo propone López Obrador, no resiste el menor análisis objetivo. Por eso el presidente no dialoga, ordena desde su tribuna matutina y los legisladores votados por el pueblo obedecen sin chistar. Saben que su compromiso es con él, no con los ciudadanos que los eligieron. Lo mismo sucederá con
Los juzgadores, resolverán según el interés del jefe máximo.
Rompeolas
¿Que debía Duarte el PRI?
La tentación de Lozoya
En su versión de “amlito”
Inquietud por los cambios
¿Que le debía Cesar Duarte al PRI, para que Alejandro Domínguez diga que ya le pagó?. En todo caso el PRI, los priistas de su época, estarían en deuda con Duarte, colmó al Partido de dinero ilegal, tanto al CDE estatal chihuahuita como a campañas fuera de la entidad, en aquella loca idea de ser presidenciable. Ahora, si el diputado electo se refiere a la deuda en votos, quedó muy corto en la elección de Serrano, pues esa deuda simplemente es impagable, vean como andan arrastrando la cobija y perdiendo votos en cada elección. No se volverán a recuperar. En todo caso la deuda será con la sociedad, pero sobre ese pendiente será la Justicia quien decida cuándo y cómo quede saldada.
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Cuatro años en la sombra son difíciles de procesa para un recién liberado. Bueno, son los que pasó César Duarte desde que lo detuvieron en Miami, como una cortesía de Trump para López Obrador. Pues en cuanto recuperó la libertad, al menos de manera parcial, se tomó la foto muy sonriente con el famoso pirrín (ojalá se encuentre bien de salud el buen Pirrín), enviando un mensaje del tipo “he vuelto”. Que se ponga listo, entiende uno que la tentación de Emilio Lozoya es poderosa, pero de alto riesgo. Ir por ahí presumiendo que son libres cuando el proceso sigue activo podría ser considerado un desafío a la autoridad y Duarte ya sabe, o debería saberlo, cuando el Poder va contra ti, la pierdes si o si.
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Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI con pretensiones de perpetuarse hasta el infinito, es conocido por el diminutivo de “alito”. En estos días está en modo “amlito”, como lo motejaron cuando llegó a la presidencia del partido a sugerencia de López Obrador. Justificando lo injustificable, la toma permanente del Partido, arremete contra cualquier personaje que ose criticar su decisión y lo hace al más puro estilo intolerante de AMLO. Cargó contra Dulce María Sauri, Aurelio Nuño, Beltrones y todos los opositores al despropósito de robarse el Partido. Se saldrá con la suya, sin duda, pero el agandalle no le quita lo miserable.
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A medio gas por la modorra del periodo vacacional, en la clase política prevalece, sin embargo, una profunda inquietud por los cambios que esperan en gobierno estatal, tras la elección pasada. En las mesas de café existe unanimidad en cuanto a Juárez, donde ven caer al representante del gobierno, al director de la Junta Municipal de Agua, al recaudador de rentas y el nombramiento de un panista con perfil de batalla en trincheras, en la presidencia del comité municipal. Tranquilos, supongo que la gobernadora ve también eso y todavía más, pues también son esperados cambios en otras áreas del gabinete, el chiste es saber a quien pone. Necesita que no le salgan sellos.