Nació en la Cuna de Artistas
De manera oficial la Historia ha sostenido siempre, que Alfaro Siqueiros nació el 29 de diciembre de 1896 en Santa Rosalía (actual Ciudad Camargo, Chihuahua); su nombre real, con el que fue registrado y bautizado, fue José de Jesús Alfaro Siqueiros; su padre, el Abogado Cipriano Alfaro Palomino originario de Irapuato, Guanajuato y su madre Teresa Siqueiros Feldman, de familia judía, originaria de Chihuahua, Chih.; sin embargo, su primera esposa, Graciela Amador Sandoval, afirmó en varios artículos publicados en la revista “Hoy”, que Alfaro Siqueiros nació en la Ciudad de México; por su parte el escritor Víctor Mendoza Magallanes en su libro “Siqueiros, visión de un chihuahuense”, presenta pruebas documentales y testimoniales de que era originario de Santa Rosalía de Camargo.
Para añadirle más caos y confusión al tema, la Historiadora Irene Herner Reiss, quien se asume como experta en el tema y la obra de Siqueiros, relata en su libro “Siqueiros, del paraíso a la utopía”, que la Crítica e Historiadora del Arte argentina, Raquel Tibol Rabinovich encontró un documento de bautizo donde asegura que Siqueiros habría nacido en la calle Arcos de Belén #30 en la Ciudad de México y registrado en Irapuato, Guanajuato, pero los Historiadores persisten en reconocerlo como originario de Ciudad Camargo, Chihuahua, por cierto, ciudad declarada como “Cuna de Artistas”, debido a la numerosa cantidad de artistas nacidos ahí. Alfaro Siqueiros toda su vida afirmó haber nacido en Santa Rosalía (Camargo), Chihuahua.
Respecto a sus hermanos, también hay confusión, Irene Herner Reiss menciona que sus padres eran tan profundamente religiosos que a sus tres hijos los llamaron Jesús, María y José; por otra parte los genealogistas registran a los tres hermanos como Guadalupe, María de la Luz y José de Jesús Alfaro Siqueiros, es decir, dos mujeres y un hombre; pero es el mismo Alfaro Siqueiros quien despeja la incógnita, al mencionar a sus hermanos en un pasaje de su infancia, como “Lucha” de ocho años, Él mismo de siete años y “Chucho”de cinco años; por lo que se puede inferir que “Lucha” podría ser María de la Luz; “Él mismo” es José de Jesús y “Chucho” sería Jesús; con esto quedaría confirmado que tuvo una hermana mayor y un hermano menor.
El “Siete Filos”, a punta de golpes marcó su infancia y su vida
Al morir su madre Teresa Siqueiros Feldman, su padre los llevó a vivir a Irapuato, Guanajuato, quedando los tres niños en la Hacienda de La Noria, bajo el cuidado de sus abuelos paternos Antonio Alfaro Sierra y Eusebia Palomino de Alfaro; a su abuelo Antonio, se le conocía como “El Siete Filos”, debido a su horrible y cambiante carácter; en cambio, su abuela Eusebia era todo dulzura, amor y abnegación, pero su carácter sucumbía ante la imponente y temible personalidad del “Siete Filos”; este hombre se había curtido a punta de batallas, balazos y situaciones muy duras; había sido un lancero chinaco al servicio de Benito Juárez, peleó por él en la Guerra de Reforma y ya con el grado de Coronel, acompañó a Juárez en su Gobierno Itinerante hasta Paso del Norte (actual CJ).
En el año de 1933, Alfaro Siqueiros publica en la revista argentina “La Revista Multicolor de los Sábados”, un relato sobre lo que fue su infancia en la Hacienda de la Noria al cuidado de sus abuelos; aquí narra el infierno que fue vivir ahí, los malos tratos del “Siete Filos”, de como los golpeaba a punta de cuartazos, de como los tundía con la hoja de su machete en las nalgas y en las piernas, así como los duros reveses que le asestaba con su mano izquierda, torcida de manera grotesca debido a un balazo, acomodada para surtir dolorosos reveses hasta hacerlo sangrar; eso sin contar la sarta de insultos y groserías que les prodigaba su “abuelo”.
Cuenta también en este relato, de como cuando el “Siete Filos” y sus caporales regresaban de arrear grandes manadas de ganado para su venta, al verlos jugar afuera de la hacienda, les disparaba una nutrida balacera para hacerlos entrar a la Casa Grande y ellos aterrorizados buscaban donde refugiarse. Recuerda también Alfaro Siqueiros de como él se refugiaba de tan malos tratos en el amor de su abuela y en su perro “El Diablo”; eran muy comunes las epidemias de rabia en los perros y el Siete Filos los obligaba a matar a los perros rabiosos con un disparo y luego rematarlos a machetazos; cuando a su perro El Diablo le tocó la rabia, el Siete Filos lo obligó a matarlo, Alfaro Siqueiros se negó a hacerlo y decidió soltarlo a que se fuera, el Siete Filos lo siguió y detrás de él iba Alfaro pidiendo lo dejara ir, el Siete Filos iracundo como era su estilo le gritó: “con éste me voy a ensañar nomás porque es tuyo cabrón”, cuenta como El Diablo le lanzó una última mirada con una mezcla de amor, lealtad y agradecimiento, antes de ser cruelmente macheteado por el Siete Filos.
Esta fue la única ocasión en toda su vida en la que Alfaro Siqueiros habló de su infancia, nunca lo mencionó como su abuelo, sino como el Siete Filos; y remata diciendo: “Mi vida comenzó cuando se extinguió la del Siete Filos, él es el más lejano y el peor de mis recuerdos”.
El gusto por el arte, la literatura y la pintura.
De los pocos momentos gratos de su infancia, era el ir a misa con su abuela Eusebia, él no era creyente, pero el ir a misa le permitía admirar las enormes pinturas y obras de arte que adornaban las iglesias y catedrales, el niño José de Jesús Alfaro Siqueiros quedaba embelesado admirando tan colosales obras, tal vez eso lo impulsó a querer plasmar obras de arte en muros y paredes.
En 1911, a la edad de quince años, ingresa a la Escuela Nacional Preparatoria, su principal interés ya era la cuestión artística y por las noches asiste a la Academia de Artes de San Carlos, para tomar clases de pintura, pero ya también bullía dentro de él el espíritu comunista, el estar de manera constante en contra de todo y a favor de nada; la protesta por la protesta y el caos ante lo que no era de su agrado; de modo que en la Academia de San Carlos organizó su primera huelga solo porque no le gustaba el método de enseñanza del Director de la Academia, el Arquitecto Antonio Rivas Mercado, quien construyó la Columna de la Independencia; José de Jesús Alfaro Siqueiros, mozalbete quinceañero, se mantuvo por tres años con sus protestas, hasta provocar el cierre de la Academia de San Carlos, que terminó como una vil escuela de artes al aire libre en Santa Anita y desde luego con Siqueiros expulsado, pero eso sí, ya con una sólida base artística y con dieciocho años de edad.
Siqueiros el revolucionario
En el año de 1914, Siqueiros ya tiene dieciocho años y por iniciativa de su maestro Gerardo Murillo “Dr Atl”, él y varios de sus colegas se unen al Ejército Constitucionalista de Venustiano Carranza; Siqueiros deseaba ser asignado a la División del Norte de Pancho Villa, sin embargo en ese momento se dio el rompimiento entre Villa y Carranza, entonces el joven Siqueiros fue enviado a combatir contra Pancho Villa y Emiliano Zapata, algo que no le gustó, pues él quería combatir contra Victoriano Huerta, pero acató órdenes. Huerta caería meses más tarde, derrotado por Villa.
Para Siqueiros, su etapa como revolucionario fue muy ilustrativa, pues conoció muchas regiones del país, mismas que le expusieron de manera clara ante sus ojos la verdadera cultura mexicana y las verdaderas condiciones de vida de quienes luchaban en la revolución, también entendió que los máximos jefes solo buscaban el poder y que Villa y Zapata eran los únicos que verdaderamente tenían ideales de cambio.
Nace David Alfaro Siqueiros, el gran muralista
Cuando Venustiano Carranza toma el control del país, Siqueiros regresa a la Ciudad de México, donde realiza algunas obras y aprovecha para casarse con su primera de cinco esposas, la señorita Graciela Amador Sandoval, “Gachita”, como cariñosamente le llamaba Siqueiros y con quien ya tenía un buen tiempo de noviazgo; deciden irse a Europa, en parte como viaje de bodas y en parte como viaje de aprendizaje y para relacionarse con los artistas europeos del momento.
Estando la feliz pareja en Roma, su enamorada esposa “Gachita” le comienza a llamar “David”, Siqueiros le pregunta porqué le dice David si no es su nombre, su querida “Gachita” le responde que porque es igual de bello y atractivo que el “David” de Miguel Ángel (hágame usted el favor, pobre muchacha, le urgía un oftalmólogo); sin embargo, a Siqueiros le gustó el nombre pero no por la estética figura de la escultura, sino porque se identificó como el pequeño David ante el enorme Goliat, en relación a que se sentía solo ante el mundo con sus novedosas teorías sobre muralismo y pintura. Comenzó a firmar sus obras con ese nombre y así nació el enorme muralista David Alfaro Siqueiros; como artista nunca más volvió a utilizar su nombre de José de Jesús.
Comunista de extrema izquierda radical y un brillante muralista
En Europa, David Alfaro Siqueiros absorbió puro arte de los grandes como Picasso, Cézanne, Mondrian, etc; ahí conoce a Diego Rivera con quien entabla una gran amistad; al mismo tiempo sus ideas comunistas radicales se hacen más evidentes y su activismo político comienza a mezclarse con su trabajo; Siqueiros dice que “el activismo político motiva mi inspiración”. Lo más curioso es que su activismo político radical a favor del Partido Comunista Mexicano aunado a su gran talento, le generaba muchos trabajos en países anticomunistas en Europa, Estados Unidos y Canadá, así como en Argentina y Sudamérica; en todos los países en donde dejó plasmado su arte, realizó activismo político procomunista, en revistas, periódicos y hasta en las calles.
Junto con Diego Rivera, viajó a Moscú, como dirigente del Partido Comunista Mexicano; ahí se integraron a la Internacional Comunista, una organización financiada por la URSS, con el fin de propagar e infiltrar el comunismo en todo el mundo; estando ahí conoció y entabló amistad con José Stalin, a quien le mostró apoyo incondicional. La relación de Siqueiros con Stalin perduró hasta la muerte del líder soviético en 1953.
Sus obras muralistas en donde pinta a Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles como traidores a la Revolución, le acarreó múltiples problemas, encarcelamientos (siete veces fue a la cárcel), así como destierros y exilios.
David Alfaro Siqueiros el mercenario y agitador: la Guerra Civil Española
Como parte de su adhesión a la Internacional Comunista, su desmedido apoyo a Stalin y su relación con éste, Stalin comenzó a utilizar a David Alfaro Siqueiros para fines de expansión del comunismo; en 1936, Siqueiros, por instrucciones del Kremlin se involucra en la Guerra Civil Española, muy bien pagado y muy bien financiado por la URSS, a Siqueiros se le encomendó crear células comunistas llamadas “Brigadas Rojas” e infiltrarlas en la Guerra Civil Española; las brigadas de Siqueiros tenían diversas funciones, unas se encargaban de sabotaje, volando e incendiando puentes, carreteras e instalaciones del gobierno; otras se encargaban de obtener información, otras movilizaban gente y otras más estaban peleando directamente en el frente de batalla; todos muy bien pagados y equipados con recursos de los rusos, de Stalin. En España, Siqueiros se hacía llamar Coronel y le gustaba que se dirigieran a él como “Coronelazo”; apodo que siempre llevaría y con el que sería reconocido por sus amigos de la KGB y de la NKVD.
David Alfaro Siqueiros el criminal: asesinato de León Trotsky
Para el régimen comunista del férreo dictador José Stalin, el disidente soviético León Trotsky se había convertido en un verdadero dolor de cabeza; Stalin lo había exiliado varias veces, pero Trotsky regresaba con más bríos a atacar a Stalin, quien por su parte ardía en deseos de eliminar a Trotsky, pero la enorme popularidad de su feroz crítico se lo impedía, así que no podía eliminarlo puesto que se evidenciaría, y un crimen de ese tamaño podía costarle muy caro.
En 1936, mientras Siqueiros estaba inmiscuido en la Guerra Civil Española, en México, otro gran muralista mexicano, Diego Rivera y su esposa la pintora Frida Kahlo, grandes amigos y admiradores de León Trotsky, convencen al Presidente, General Lázaro Cárdenas para que le brindara asilo político a Trotsky; Cárdenas, quien era de corte socialista, era mucho más moderado que los comunistas radicales, Cárdenas dudaba, pues no deseaba enemistarse con Stalin, sin embargo Rivera y Kahlo lo convencen y finalmente le otorga el asilo político a León Trotsky.
Después de tres años en México, León Trotsky continuó atacando al régimen dictatorial de José Stalin y éste toma la decisión de eliminarlo, para ello recurre a su amigo David Alfaro Siqueiros, quien estaba muy molesto con sus amigos Diego Rivera y Frida Kahlo por haber promovido su traslado a México y con el Presidente Cárdenas estaba furioso por haberle concedido el asilo político; como respuesta, el Presidente le envió una pequeña muestra de poder, al inhabilitarlo por un tiempo para trabajar en el país.
En 1939, David Alfaro Siqueiros recibe la orden del Kremlin de trasladarse a París, estando ahí se reúne con gente de la KGB y la NKVD (órganos de inteligencia y seguridad interna rusos), así como de la GPU (cúpula del gobierno ruso); éstos le informan a Siqueiros que, por instrucciones del camarada Stalin estará a cargo de la “Operación Pato”, cuyo propósito es asesinar a León Trotsky. Gustoso, Siqueiros puso manos a la obra, le agradaba mucho ser tomado en cuenta por su camarada Stalin; este encargo removió dentro de Siqueiros las malas influencias y enseñanzas del Siete Filos, aflorando sus peores instintos.
Siqueiros tomó el mando de la “Operación Pato”, formó tres grupos: uno estaría a cargo de infiltrarse en las redes troskistas, lidereado por el español Ramón Mercader; el segundo, observaría los movimientos y protocolos del servicio de seguridad de Trotsky y eventualmente establecería contacto con los guardaespaldas del primer círculo de seguridad de Trotsky, este grupo, lidereado por un agente mexicano de la KGB; el tercer grupo comandado por él mismo y por el italiano Vittorio Vidali, ya con la información obtenida se encargarían de llevar a cabo el asesinato.
Tanto Ramón Mercader (alias “Jaques Mornard”), como Vittorio Vidali (alias “Comandante Carlos”), estuvieron bajo sus órdenes como mercenarios terroristas en la Guerra Civil Española y ahora echaba mano de ellos para planear el asesinato de León Trotsky; toda esta gente sabía que cuando el Coronelazo Siqueiros los convocaba había que acudir, por tres muy buenos motivos: primero, era una orden de Stalin; segundo, el Coronelazo Siqueiros siempre traía mucho dinero de los rusos y pagaban muy bien; tercero, no era bueno desatender una convocatoria del Coronelazo, era muy cabrón.
Siqueiros y Vidali se aliaron con el entonces líder de la CTM, Vicente Lombardo Toledano, otro comunista radical, miembro de la Internacional Comunista y admirador de Stalin, quien además era propietario del periódico “El Popular”, desde donde se llevó a cabo una intensa campaña de desprestigio en contra de León Trotsky, con el fin de crear la idea colectiva acerca de lo “maligno” que podía ser Trotsky para el país.
Finalmente Siqueiros decide asesinar a Trotsky para la noche del 24 de mayo de 1940; el mismo Siqueiros al frente de un comando de veinte hombres armados con ametralladoras Thompson y pistolas calibre .45, asaltan la casa de Trotsky en Coyoacán; durante la madrugada, los asesinos cortan los cables de electricidad y teléfono de la casa, ingresan al domicilio con la complicidad de Robert Sheldon Hart, guardaespaldas de Trotsky, quien los guía por el interior; al entrar a la habitación de Trotsky y su esposa Natalia Sedova, Siqueiros y sus asesinos accionan sus armas, haciendo entre 400 y 500 disparos; en ese momento, otros guardias de su servicio de seguridad repelen el ataque, haciendo huir a los agresores, en la huída, Siqueiros ordena matar a Robert Sheldon Hart, el guardaespaldas aliado.
La Operación Pato fue un rotundo fracaso, Trotsky y su esposa resultaron ilesos, sin el menor rasguño, no se sabe si escucharon el ingreso o si estaban avisados, el caso es que no se encontraban en su habitación, se habían refugiado detrás de una pared; por supuesto que esto no fue del agrado de Stalin quien se puso furioso, la KGB le hizo saber a Siqueiros que esto era una orden de Stalin y se debía cumplir.
Siqueiros y sus asesinos ponen en marcha el plan B; en los meses anteriores, Ramón Mercader, bajo el seudónimo de Jaques Mornard, supuesto hijo de un diplomático belga, había entablado amistad con Sylvia Ageloff, la secretaria de Trotsky, enamoró a la joven y se hicieron novios, ella nunca imaginó que era parte de un siniestro plan; Sylvia presentó al simpático joven Jaques Mornard con León Trotsky, quien brevemente pero con amabilidad lo saludó, el joven se presentó como escritor y admirador suyo y le pidió si lo podía visitar más seguido, a lo que Trotsky accedió.
De tal modo que para cuando falló la Operación Pato, Mercader-Mornard ya tenía cultivada una amistad y ganada la confianza de Trotsky y su esposa, era “novio” de su secretaria y tenía acceso completo a la casa de Trotsky; Siqueiros tenía encima ya la presión de Stalin y de la KGB y decide que será el día martes 20 de agosto de 1940; ese día por la tarde envía a Mercader- Mornard a la casa de Trotsky con el pretexto de pedirle que le revise un escrito que a manera de artículo iba a publicar; al llegar los guardias le dan acceso y su “novia”, la secretaria Sylvia Ageloff lo anuncia con Trotsky, quien sale a recibirlo.
Los Historiadores creen que Trotsky sospechó algo, por la actitud nerviosa y el rostro muy serio de Mornard, además el escrito que supuestamente llevaba para que lo revisara Trotsky, lo traía enrollado entre sus manos, llevaba sombrero y abrigo en pleno agosto, se veía sediento, por lo que Natalia Sedova le llevó agua y se sentó en una silla de la oficina, Trotsky le pidió que los dejara a solas; ahí sucedió todo, mientras Trotsky analizaba el escrito, Mornard se situó a sus espaldas y de su abrigo sacó un piolet de escalador y le asestó un salvaje golpe clavándole el piolet en la cabeza; Trotsky posiblemente presintió algo y se haya movido, de modo que el piolet no lo mató al instante, el alarido fue terrible, de inmediato los guardias apresaron al agresor.
Afuera, a una calle de distancia lo esperaba un auto para la huida, a bordo su madre Caridad Mercader, agente de la KGB y un chofer, al ver que su hijo Ramón Mercader no salía y la llegada de la Policía, optó por huir dejando ahí a su hijo, a final de cuentas, ellos como agentes al servicio de la URSS, estaban haciendo un trabajo, que volvió a salir mal, porque Trotsky seguía vivo y habían atrapado al asesino; su madre lo tuvo que dejar ahí a su suerte.
Aunque León Trotsky falleció al día siguiente en el hospital, Siqueiros sabía que si volvía a fallar, sería asesinado por la KGB; mientras Ramón Mercader soltaba la sopa en los cuarteles y sótanos de la Dirección Federal de Seguridad, Siqueiros recurrió a su amigo el poeta Pablo Neruda, entonces embajador de Chile en México le consiguió el asilo político en Chile, a donde huyó de las autoridades mexicanas, ahí permaneció durante cuatro años, hasta que muy a regañadientes el Presidente, General Manuel Ávila Camacho aceptó su regreso a México.
Sin embargo, el Gobierno Mexicano, aunque lo seguía contratando para pintar murales, lo consideraba el verdadero asesino de León Trotsky, hasta que, en 1960, el Gobierno del Presidente Adolfo López Mateos lo arresta por portación de armas de fuego, por organizar revueltas estudiantiles, huelgas obreras y eventos clandestinos; fue sentenciado a ocho años de prisión, de los cuales cumplió la mitad por buena conducta.
David Alfaro Siqueiros el genio: su legado artístico
+ Este gran artista mexicano, el más grande muralista de la historia, dejó un legado de 28 obras murales en diferentes edificios de México, Estados Unidos, Cuba, Chile y Argentina; parecieran pocos, pero se debe tomar en cuenta que un mural es una obra inmensa cuya realización puede llevar hasta un año o más tiempo, por ese motivo los murales son muy caros. Aparte están los doce murales del Polyforum Cultural Siqueiros.
+ Dejó un sinfín de obras pictóricas en Europa, vendidas a particulares para subsistir en su etapa europea.
+ Escribió y publicó siete libros, incluido “A mí me llaman El Coronelazo”.
+ Fundó “El Taller Siqueiros”, donde impartía clases de pintura y muralismo, entre sus alumnos más destacados fueron los mexicanos Diego Rivera y José Clemente Orozco; los estadounidenses Jackson Pollock y su hermano Charles Pollock, así como el muralista peruano Oscar Quiñones.
+ El “Polyforum Cultural Siqueiros”, recinto ubicado junto al World Trade Center de la Ciudad de México inaugurado en 1971, un espacio donde se promueve la cultura en todos sus aspectos, en su interior se encuentra el “Teatro Polyforum”, el único teatro circular en México. En su interior se encuentran doce paneles de cinco metros de ancho por doce metros de altura cada uno, donde Siqueiros plasmó doce murales diferentes. Este bello y modernista recinto lo construyó Siqueiros con recursos propios, con apoyo del empresario Manuel Suárez y con el apoyo del Presidente Luis Echeverría Álvarez para conseguir el predio.
+ David Alfaro Siqueiros se casó cinco ocasiones, sin embargo, de sus cinco esposas Angélica Arenal Bastar, nunca se separó de él y permaneció con él hasta su muerte.
+ Finalmente, David Alfaro Siqueiros muere el 6 de enero de 1974 en Cuernavaca, Morelos; por decreto del Presidente Luis Echeverría, sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres. Su casa de la Ciudad de México, convertida en Sala de Arte Público y el Polyforum Cultural Siqueiros se los donó al pueblo de México.
+ “Nunca he negado ni niego ahora mi participación en los hechos de León Trotsky, por eso ya he pasado largos períodos en la cárcel”: David Alfaro Siqueiros.
A Don Elco Martínez Corella, hasta Monterrey, N.L.
Fuentes Bibliográficas:
+ mexicodesconocido.com.mx
+ infobae.com
+ gw.geneanet.org
+ memoricamexico.gob.mx
+ elnorte.com
+ icaa.mfah.orgchilango.com
+ inehrm.gob.mx
+ historia.nationalgeographic.com.es
+ es.wikipedia.org