En la inmunda política de acuerdos submecátum, asoma entre las bromas de la estridencia electoral una farsa llamada Movimiento Ciudadano, que lleva de candidato presidencial a un desconocido e inexperto Jorge Máynez. Confiando en ganar el voto joven, su propaganda pretende venderlo como candidato fresco que detesta “la vieja política”. Aviesa mentira, MC, Máynez y su campaña son el entramado central de una gran estafa en proceso, vulgar engañifa a los electores hartos de “los mismos de siempre”. Es un candidato joven, si; su narrativa es pertinente y atractiva, también. Pero en su interior, el fosfo fosfo oculta una manzana envenenada: Máynez es un títere en las manos de dos ancianos perversos formados en los sótanos de la vieja política mexicana, Andrés Manuel López Obrador y Dante Delgado Rannauro.
Dante Delgado, veterano de 73 años, fue priista desde 1968, año en que guardó silencio por la masacre estudiantil de Tlatelolco, hasta 1995. En ese periodo de casi tres décadas al servicio de “la vieja política”, fue diputado local, federal, presidente del PRI veracruzano, secretario general de gobierno con Fernando Gutiérrez Barrios, una leyenda de la corrupción y el autoritarismo mexicano que dirigió los peores años de la temida Dirección Federal de Seguridad, instrumento represor del viejo régimen. Después fue gobernador interino y, por designación de Carlos Salinas de Gortari, embajador de México en Italia. Cuando dejó el gobierno fue sentenciado, 1996, por abuso de autoridad, peculado por 450 millones de pesos y enriquecimiento ilícito, delitos por los cuales permaneció en prisión hasta 1998.
Resentido con el régimen que lo hizo pagar por sus actos de corrupción, dejó al PRI para formar, 1999, el Partido Convergencia Ciudadana, antecedente de Movimiento Ciudadano. Desde entonces no ha soltado el control, alternando la presidencia con senadurías y diputaciones plurinominales, y enriqueciéndose con la renta de las siglas y las prerrogativas. En su nueva vida “opositora” fue acusado de vender dos veces el Padrón Electoral, acusación de la que no pudo defenderse. Cual avaro mercader, anduvo durante años ofreciendo las siglas al mejor postor hasta que en Nuevo León encontró a Luis Donaldo Colosio (Samuel García todavía no pintaba) y en Jalisco a Enrique Alfaro. Estos dos personajes hicieron crecer la votación de su Partido, pero él siguió controlando la presidencia con vocación de dictador. Hoy Colosio y Alfaro marcan distancia de su impresentable presidente. ¿De dónde éste tiburón de la corrupción viene hoy a dar clases de honestidad, modernidad, democracia y compromiso con el país?.
El par de pillos históricos decidieron boicotear el avance de la oposición, está comprobado. En política lo que parece, es. Y parece que Dante firmó un compromiso inconfesable con López Obrador, su candidato presidencial en 2012 y aliado permanente, (Recuerde, López Obrador fue candidato de MC en aquella elección). Comprobamos su complicidad en el estado de México, cuando Dante rehusó lanzar candidato a gobernador porque restaría votos a Morena y con falacias de no ir con el PRI, donde mamó durante tres décadas, rechazó mil veces sumarse a la fuerza opositora. La negativa de MC y la entrega de Alfredo del Mazo permitió al régimen ganar por primera vez el Estado de México.
Con las mismas patrañas, en ésta elección puso MC a las órdenes de López Obrador y de su juanita. ¿Que tan fuerte será la complicidad entre ambos, que Dante no dudó en combatir al Frente Opositor sabiendo que ponía en riesgo el registro de su partido? Sólo ellos saben, la realidad es que hasta hoy mantienen la complicidad, a pesar de que fueron perdiendo un candidato tras otro. Antes que Máynez tenía tres prospectos; Alfaro, primero en desmarcarse, Colosio segundo en decir no, el mentecato de Samuel García que, ya destapado, prefirió hacer el ridículo regresando al gobierno de Nuevo León, por temor a ver expuestos sus trapitos. Máynez es plato de cuarta mesa y si me apuran de quinta, pensando en Ebrard, al que Dante hizo tarugo en acuerdo con López Obrador, para evitar que rompiera con Morena.
Que no pretendan engañar a nadie, la realidad, su realidad, es que Dante, Samuel y Máynez son agentes activos en la pretendida estafa contra el país. Saben que sus posibilidades de ganar son equivalentes a cero, saben que tendrán una votación apenas marginal, pero saben también que cada voto a su favor es un voto menos para Xóchitl Gálvez. Conocen su papel y lo desempeñan ilusionados en recibir la esperada contraprestación; posiciones, dinero, contratos, influencia. Ahí radica la perversidad, piden el voto joven siendo que, de obtenerlo en número suficiente, los jóvenes verían cancelado su futuro, arruinanda la vida de su generación. Jamás volverían a votar en libertad.
Demos utilidad al voto, nos guste Xóchitl o no, cada mujer y hombre libre de éste país tiene la obligación ciudadana de votar contra el populismo autoritario destructor del país. La elección no es cosa de preferencias o simpatías, es por conservar el país y reencausarlo hacia la democracia. Un voto por Máynez es un voto por los siniestros intereses de dos ancianos aviesos y corruptos. No se dejen engañar por ese par de manipuladores perversos, defiendan su derecho a vivir en libertad.