Días atrás escribí notas que, desde distintos ángulos, se enfocaban en el mismo tema: ésta no es una lección ordinaria. En uno de ellos escribí: “Es una monumental estupidez pensar que los que está ocurriendo en al país podrá corregirse en algún momento del futuro más o menos próximo. Quien eso cree, ni lee, ni piensa, ni razona, ni sabe, es tan imbécil como todos esos idiotas que están arrepentidos por haber votado a López Obrador (los que no están arrepentidos no tienen remedio). Los contritos son esos que decían: ‘no, sí, ni PRI ni PAN, ni PRD, hay que darle una oportunidad a la oposición que representa MORENA’”.[1] ¡Al diablo con esos tarados! (ya nos metieron en este brete, ya qué).
Pues erré el tiro (no sería la primera vez). Debí escribir, como lo hizo Fernando Vázquez Rigada, un artículo que se titulara más o menos así: “LA ÚLTIMA ELECCIÓN”;[2] porque de eso, precisamente, es de lo que estamos hablando.
Si usted no lo entiende, apreciado lector, gentil lectora, es un imbécil.
El jefe del Ejecutivo ya perdió todo pudor, recato o decoro.La iniciativa de reformas a la Constitución (de eso vamos a hablar en la entrega de la semana próxima) es un aviso contundente: se consolida el poder de la fuerzas militares, se debilita la tutela independiente de los derechos humanos, se elimina la transparencia, se somete al Legislativo, de facto se desaparece a la Suprema Corte y se sientan las bases para manipular las elecciones.
Vamos a decirlo rápido y a responderlo todavía más: ¿Cómo se llama a un Estado donde el Ejecutivo organiza los procesos electorales, sojuzga a los otros dos poderes y descansa todo su peso en el Ejército? Dictadura.
Dictadura, ni más ni menos.
Y no es cosa de esperar a que llegue el 2 de junio próximo.
Si usted no está inquieto, intranquilo, desasosegado, caminando de aquí para allá mientras se truena los dedos, preocupado (u ocupándose), usted es un güevón de porquería que no merece estar leyendo estos párrafos y debería estar colgado del palo más alto de… de… de no sé de dónde (porque en barco no vamos), pero debería estar en un sitio equivalente a estar achicharrándose en el Infierno entre ayes de dolor in des crip ti bles.
¿Por qué? Porque hay mucho por hacer: ir a la marchadel 18 de febrero próximo y atiborrar las plazas, llenarlas con la pareja, la expareja (aunque se hagan el feo), los hijos, los nietos, los hermanos, los medios hermanos, los mediohijos, los entenados, los ahijados, los sobrinos, los amigos (y hasta el perro), para que los perros morenistas no digan que no llenamos los espacios públicos.
Cuidar las credenciales de elector como si fueran la visa o la vida misma (de algún modo lo son); y empezar a organizar círculos de activismo cada vez más sólidos, cada vez más extensos, cada vez más fuertes: de 5 en 5 personas (mejor de 10 en 10) que, a su vez, se conviertan en otras 5 (o en otras 10). Es necesario cuidar esos círculos y ver cómo van creciendo, mantenerlos informados, en contacto permanente y asegurase de que todos sus integrantes vayan a votar. Sobre todo, NO lo olvide, NO lo pase por alto, NO lo ignore, trabaje con los jóvenes.Día, tarde, noche, 24/7, trabaje con los jóvenes: es necesario dejarse de estupideces. La patria está en riesgo, el voto que no es a favor de Xóchitl Gálvez es un voto perdido o, peor aún, un voto a favor de la dictadura en ciernes. No hay tercera vía ni alternativas viables o posibles: ni el iluso de Verástegui (pobre esquirol involuntario), ni los candidatos de Movimiento Ciudadano (perros esquiroles pagados), son auténticos candidatos.
¿Qué sigue? Conviértase en miliciano, en maquis, en guerrillero. Arme o forme parte de la legiónde observadores que el proceso electoral en puerta demanda; conviértase en cuidadorde casilla (mejor aún, vaya al PAN, al PRI, al PRD e inscríbase como representante); alístese para cuidar los paquetes electorales; comprométase con todo el tiempo o dinero que pueda (eso es lo único que cuenta); muévase: vaya e invite a sus familiares, amigos, conocidos y vecinos a cuanto evento se celebre en su colonia, localidad, ciudad o Municipio; a sus familiares en el extranjero, convénzalos de que vengan a votar por Xóchitl Gálvez o que, allá donde estén, por ella depositen sus votos en su lugar de residencia.
Por cierto, no haga caso. La elección todavía no se define; si así fuera, AMLO, Claudia, sus gatos y todos sus seguidores, no estarían tan preocupados: negando los vínculos del presidente con el narcotráfico, ocultando la responsabilidad de Sheinbaum en la caída de la Línea 12 o la tragedia del colegio Rébsamen, usando a los siervos de la nación como promotores permanentes del voto, fortaleciendo sus vínculos con el Ejército y el crimen organizado, atacando a la prensa libre, comprando votos vía programas sociales (“agarra lo que te dé y vota por el PRD”, “agarra lo que te di, pero vota por el PRI”, “agarra lo que te dan, pero vota por el PAN”), etc. El 2 de junio será duro, sin duda, pero en nosotros está ganarlo.
Sobre todo, no lo olvide: si MORENA gana la presidencia, se hace del Congreso de la Unión con mayoría calificada y gana las legislaturas de losestados, podrá modificar la Constitución a su gusto; es decir, podrá desmantelarla, destruirla, pulverizarla a placer. Este año termina su periodoun ministro de la Corte y el siguiente otro; es decir, el Poder Judicial se habrá entregado ala bestia y, con ello, México terminará de existir tal y como lo conocemos los ciudadanos de hoy.
Ojalá que el 3 de junio próximo, junto con Macario Schettino, podamos decir del presidente Andrés Manuel López Obrador que él, “que tuvo todo, no sólo ha fracasado, se ha perdido. Ya a nadie le interesa, es pasado, es polvo, es nada”.[3]
Hágalo, hagámoslo.
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Luis Villegas Montes
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[1]Artículo: AMLO 2024-2036, publicado el 14 de enero de 2024.[En línea] Visible en el sitio:https://unareflexionpersonal.wordpress.com/2024/01/14/amlo-2024-2036/Consultado el 10 de febrero de 2024, a las 19.30 hrs.
[2][En línea] Visible en el sitio: e-consulta.com/opinion/2024-02-06/la-ultima-eleccion Consultado el 10 de febrero de 2024, a las 19.50 hrs.
[3] Artículo de Macario Schettino titulado: “Autorretrato”, publicado el 7 de febrero de 2024, por el periódico El Financiero.