*Juanita eres y juanita te llamarán
*Crueldad contra Claudia, un exceso
*Adán Augusto quedó damnificado
* ¿…Y Marcelo? lo mismo, nada
Su mejor apuesta fue la revocación de mandato, convertida por sus propagandistas en ejercicio de ratificación, “para que AMLO siga”. También ensayó con la pretensión de prolongar dos años la presidencia de Zaldívar en la Corte, contra la Constitución. Quiso hacer del INE un Consejo Electoral del Pueblo a su servicio y únicamente consiguió imponer presidenta a modo. Maniobró para subordinar a la Corte, pero “se equivocó” con el nombramiento de dos ministras. Desde que llegó a la presidencia su obsesión es construir la trascendencia política e histórica, en cuyo afán megaobras y bienestar social son accesorios. Sólo se importa él, su megalomanía.
En cada intento fracasó: la revocación fue una farsa en la que nadie cayó, ¿quién habla hoy del tema?; Zaldívar, forzado por la presión social, desechó la idea continuista de los dos años más; En el Congreso jamás alcanzó los votos necesarios para los planes A y B contra el INE, tuvo que conformarse con el C; La Corte y su valiente presidenta Norma Piña es hoy la mayor resistencia contra el autoritarismo. En cada ofensiva encontró maciza resistencia social y suficiente oposición política que trastornaron sus planes.
Pero López Obrador es un hombre que presume su terquedad como si fuese virtud. En su caso es contumacia; terco en el error. Frustrado por la imposibilidad de satisfacer sus deseos de perpetuarse en el poder, llegó al sexto año de su gobierno con una última y definitiva carta; construir el maximato. ¿Conseguirá a través de su lastimada candidata el ansiado anhelo de mantener el poder fuera de su periodo, como líder moral y referente único del “movimiento” que define a la Cuarta Transformación?.
Los primeros intentos quedaron atorados en las instituciones nacionales, el reproche social y la oposición política. La última de sus esperanzas está en Morena, el Partido donde sigue mandando sin oposición ni contrapeso, ahí es absoluto. Son dos escenarios muy diferentes, en Morena elegirá candidatos a senadores y diputados, prorrogando su influencia hasta el Poder Legislativo, tendrá tres ministros de la Corte a su interés y al menos la mitad de los gobernadores. Acaba de imponer candidatos en los estados que le importan, Ciudad de México, Tabasco, Chiapas y Veracruz. Esa portentosa fuerza política que debió ser transferida a la candidata junto con el bastón, se la quedó para si. Es la garantía del maximato.
Hasta ayer existian dudas, hoy ninguna. Dos días antes de los destapes suponía que García Harfuch sería candidato en la Ciudad de México, ingenuamente me resistí a pensar que podía golpearla brutalmente, minando su credibilidad e influencia política. Pues no solamente la golpeó sin piedad, también alentó a su pandilla para humillarla en desplantes de crueldad política nunca vistos en nuestro país.
Lo que hizo contra Claudia es inadmisible ¿para qué aprobar la candidatura de García Harfuch, si no le permitirían llegar y en el camino dividiría al Partido?. Sospecho que lo hizo para situarla en su realidad; Juanita eres y Juanita te llamaré. Es un exceso, pero Claudia Sheinbaum se prestó al juego de la sumisión abyecta, abandonó por cálculo político su personalidad y asumió la más indigna conducta en un político de su nivel; imitar a López Obrador en voz, modos, palabras, ademanes. Esmerada en ganar la competencia de subordinación, durante toda la campaña y aún antes se desdobló en él hasta el ridículo.
Esa capacidad de mimetizarse asumiéndose la más leal y rendida servidora, confirmó en López Obrador la certeza de su decisión; ésta es la mía. Pero al verla confundida con la entrega del mando, ridícula transferencia del bastón, por la idea de usar el nuevo poder para imponer gobernador en la Ciudad de México, la hizo pagar con altos intereses el tímido intento de independencia; ordenó que despedazaran a su candidato y a ella la dejó social y políticamente desacreditada, exhibida como segundona en asuntos de relevancia. El que mando soy yo.
El denigrante episodio de la Arena México, donde las chusmas de su partido cayeron como parvada de langostas sobre la virtual candidata. El video mueve a compasión, es una Sheinbaum reducida, insignificante, incapaz de enfrentar a la chusma insolente, tragándose la ofensa por que sabía quien se la mandó. Era un acto para la unidad interna, reposición de otra ofensa, la del estadio azul donde le hicieron vacío, pero los operadores de López Obrador, entre ellos Jesús Ramírez, su propagandista, Martí Batres, a quien Claudia confió el gobierno de la Ciudad, y la propia Brugada, lo convirtieron en rudo golpeteo contra la candidata. Desesperada, imploraba unidad pero la muchedumbre, a coro, respondía utopía, utopía, utopía rematando con un “Clara ya ganó, Clara ya ganó, Clara ya ganó”. Vea el video, si alguno no lo ha visto.
La confirmación de que López Obrador y los radicales de Morena, hoy mayoría dominante, le arrebataron por las malas la segunda candidatura más importante del país, la redujo. Desde ayer es actriz secundaria en un reparto donde el dueño de la obra y actor principal no admite la menor desviación del guion, por él escrito. La subordinación es total o no es. Imagino el estado de ánimo que sufre Claudia Sheinbuam, humillada por sus compañeros de partido, vilipendiada por la base electoral, ignorada por el presidente al que le rindió el mayor de los cultos; yo soy tu, haz de mi lo que te plazca.
O gana Xóchitl Gálvez o el país se nos va por el caño con un líder máximo, guía moral e interprete único de la voluntad popular que pretende mandar hasta su muerte. Hasta ayer esa posibilidad era una suposición, hoy es la realidad política del país. Que cada quien tome su lugar en la historia.
Rompeolas
Si Claudia Sheinbaum está disminuida, Adán Augusto quedó desaparecido. López Obrador puso de candidato a gobernador en Tabasco a Javier May, uno de sus más leales pero al mismo tiempo enemigo político del exsecretario de gobernación. Así le pagó a su “hermano” y a la familia que lo asistió cuando, efectivamente, no traía más que doscientos pesos en la cartera. De esa calaña es López Obrador.
………………
¿Y Marcelo Ebrard? Que hasta el lunes decide su futuro. Jajajajaja, ¿a estas alturas hay alguien a quien le importe su decisión?. Probablemente si, al niño cagón de Nuevo León, ofrecido por el siniestro Dante como la comparsa de MC contra el Frente Amplio por México. A ver con qué sale Ebrard el lunes, probablemente anuncie que tomará su decisión el tres de junio del 2024.