*Fuentes Vélez, el rival más débil
*¿Será el Villegas o el Herrera?
*Maru hace el día a madres de Jiménez
*No se vieron ni medina ni tililochas
*La intolerancia del autoritarismo
*Dos Monreales; una engañifa
Arturo Fuentes Vélez, pelele secretario de hacienda durante el corralato, sólo tiene tres alternativas: vivir huyendo durante años, entregarse a la justicia local negociando un acuerdo ventajoso o digerir el sapo que le hizo tragar el gobernador que presume de honestidad, pero lleva más de año y medio sin trabajar y viviendo como los hijos de López Obrador, en opulencia.
No tiene más alternativa, las observaciones que hizo la Auditoria Superior del Estado están muy bien justificadas y además la Fiscalía Anticorrupción de Abelardo Valenzuela hizo su propia investigación y presumiblemente encontró vínculos entre el despacho que recibió los 98 millones de pesos en forma irregular y Corral, por eso la acusación de peculado. Para donde se mueva lo ensartan.
¿Se tragará el sapo o lo escupirá como su antecesor, Jaime Herrera, quien decidió convertirse en el testigo colaborador más eficiente contra César Duarte?. Fuentes Vélez y su familia sabrán que hacer, quizás por ahora no les haya caído el veinte y piensen que pueden salir pronto de ésta e indemnes, pero cuando asimilen el golpe y se convenzan de que va en serio, entonces se replantearán sus prioridades poniéndose a cantar como canario en celo.
Herrera no esperó a que los querubines de la Fiscalía llegasen a su casa un mal día a las cinco de la mañana, consciente del tiradero que dejaron buscó desesperadamente a Corral hasta encontrarlo en un aeropuerto. Ahí ofreció toda la información requerida para empinar a Duarte, incluida la marca de sus calzones, a cambio de impunidad. Corral aceptó el ofrecimiento con un dejo de desprecio en el rostro y el resto es historia.
A diferencia de Herrera, Fuentes Vélez nunca imaginó verse en situación de fuga. Bien, pues ya es un proscrito de la ley, ahora no hay reversa, debe elegir entre su pellejo y el pellejo de quien lo convirtió en “el rival más débil”, a él que tanto le gustaban los concursos de memoria.
Rompeolas
Maru Campos le hizo el día a las madres de Jiménez, en una gira de trabajo donde reunió a miles y anunció la tarjeta “juntas podemos ahorrar”, programa del gobierno estatal en apoyo a las madres, que en Jiménez llegó a más de mil, por ahora. Muy contenta y generoso se vio a la gobernadora apapachando a las señoras, pero también incluyó en su agenda la entrega de insumos agropecuarios, -ojalá no se queden los nogaleros con ellos, tienen mucha lana pero hasta esos apoyos suelen llevarse- destinados para la gente más necesitada del campo. También Mario Vázquez lució relajado, muy en su papel de Secretario de Obras, especialmente explicando bajo el intenso sol del desierto las características técnicas de un paso superior en la libre Jiménez-Escalón. Buena dinámica de la gobernadora, visitando regiones que suelen estar olvidadas del poder, hace un par de días estuvo en Ojinaga y ahora en Jiménez. Mantener el contacto popular es importante, consejo que López Obrador suele dar a los suyos.
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Luis Medina y Jesús Manuel Vásquez, conocido en el barrio de las chivas como “tililochas” y en el PAN estatal como “el hijo del Chalmita”, pasaron inadvertidos en la visita de la gobernadora Campos a Jiménez. El PAN estatal los tiene -¿o los tenía- por sus mejores prospectos para la presidencia municipal. La verdad es que en Jiménez los conocen tan bien que la gente les pone la cruces a su paso, pensar en que puedan ganar una elección es desconocer la realidad del pueblo. Quizás al PAN le vendría bien buscar perfiles frescos o, mejor, explorar alternativas prácticas de alianza política, con ese par no encontrarán destino.
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El rostro más autoritario del populismo se muestra cuando fuerzas no alienadas frustran los planes del autócrata, cualquiera que sea y donde quiera que esté. Es el caso de López Obrador con la Corte, en cuanto frenó su asalto el INE por ser aberrantemente inconstitucional, desplegó contra el Supremo Tribunal y sus ministros un ataque tan feroz que llegó al extremo de ridiculizar un reconocimiento internacional recibido por la ministra presidente, Norma Piña. Ni eso pudo soportar, llevándose de pasada al escritor Enrique Krause y al rector Graue, que ni al caso venían. Estamos en uno de los momentos más delicados de la historia nacional, si en la elección del 2024 el populismo autoritario consigue los votos necesarios para subordinar a la Corte, el país habrá caído en la oscuridad de un abismo del que no saldrá en generaciones y los primeros en padecerlo serán los ingenuos estúpidos que hoy aplauden su autoritarismo.
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Del Monreal que votó contra el Plan B, del Monreal que puso la conciencia en el límite de su dignidad, del Monreal que se llenaba la boca diciéndose doctor en derecho, del Monreal que se proclamó demócrata, al vulgar Monreal entregado a la peor causa del autoritarismo hay un océano de distancia, pero ninguna diferencia en esencia. Hablamos de dos “monreales”, pero del mismo personaje abyecto buscando llamar la atención del tlatoani. En su disfraz de doctor en Derecho hacía musarañas para decir “aquí estoy, rescátenme, no me olviden”; en su ropaje de súbdito puesto en cuatro, las musarañas son para decir “mira que valioso soy”. Y pensar que mucha gente empezó a creer en éste charlatan de la política, siendo que toda su narrativa era para negociar la extensión de su hueso, ¿Ciudad de México?. La atracción ejercida por el tlatoani es fatal, sus lacayos están convencidos de que no hay vida más allá de Macuspana.
