Ojinaga Chih.- El prestigio y la grandeza del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea Mexicana, se construyen y reivindican todos los días y en todas sus misiones.
A nombre del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, el Tte. Cor.Inf. Raymundo Romero Ramos, comandante del 5/o Grupo de Infantería Motorizado realizó la toma de Protesta de Bandera del Servicio Militar Nacional Clase 2004, anticipados, remisos en el Zócalo Municipal.
El 5 de mayo de 1862, hace 160 años, el Ejército de Oriente, comandado por el joven General Ignacio Zaragoza, derrotó a la fuerza invasora de Napoleón III. Un grupo de patriotas, integrado por efectivos militares y ciudadanos voluntarios, enfrentó y superó a la milicia mejor preparada y equipada de aquella época.
“En nuestra historia, hay proezas que enaltecen el orgullo de ser mexicanos; hechos de valor que fortalecen nuestra unidad como nación. De esa trascendencia, es la Batalla de Puebla.
A más de siglo y medio de distancia, esta gloriosa hazaña sigue siendo motivo de identidad para los mexicanos. Es una conmemoración que nos hermana dentro y fuera del territorio nacional.”
En naciones como Estados Unidos y Canadá, se realizan actividades que reúnen a miles de personas, para celebrar esta fecha emblemática. Las comunidades de mexicanos en el exterior, festejan el orgullo de ser mexicanos; el orgullo por su historia y por sus raíces.
Así como en la Batalla de Puebla, miles de mexicanos acudieron al llamado de la Patria; en el presente, prácticamente 450 mil jóvenes están listos para servir a su nación.
“Servir a México desde las filas del Ejército, la Armada o la Fuerza Aérea constituye un gran privilegio y también una enorme responsabilidad. Portar el uniforme de la Patria conlleva el imperativo moral de mantener una conducta intachable; implica el deber de conducirse con total apego a la ley, y trae consigo la obligación de actuar con absoluto respeto a los derechos humanos”.
El Tte. Cor.Inf. Raymundo Romero Ramos destacó lo que el país espera de las Fuerzas Armadas: – Que el enorme potencial de este ejército de jóvenes, impulse el desarrollo nacional en diversos frentes.
– Que su conciencia social, su talento y su energía, se pongan al servicio de las mejores causas de nuestra sociedad.
– Que actúen siempre con apego a los más elevados valores cívicos y, sobre todo, que asuman el papel protagónico que les corresponde a los jóvenes, en la transformación de México.
“Al hacerlo, contribuirán a edificar un México más justo, incluyente y próspero; a construir un México en Paz, donde impere el orden, la justicia y la legalidad.