Reflexión Semanal
Creo todos deberíamos ser conscientes que le debemos la vida al Señor. Si Él no hubiera creado a la humanidad no estaríamos aquí ahora mismo. Pero también creó todo un mundo para que el ser humano lo pueda disfrutar y al mismo tiempo cuidar de él.
Como podemos ver en el libro de Génesis, lo primero creado fue todo aquello que nos rodea y que es necesario para la existencia del ser humano. No es casualidad que el hombre y la mujer fuesen lo último en ser creados, es que Dios en su infinito amor primero preparó un mundo idóneo para la existencia y el disfrute del ser humano, todos somos herederos inmerecedores de este mundo, pero en Su gracia Dios lo creado sólo para nosotros, es un regalo divino
Dios en su inmenso amor nos hizo de tal modo que pudiéramos disfrutar de muchísimas cosas: el sabor del alimento, el calor de la luz solar, el sonido de la música, la frescura de un día de primavera, y la ternura del amor ¿Lo estamos disfrutando en verdad? Una buena prueba de ese amor con que el Señor nos ama, es que nos preparó el planeta, creó el cielo y las estrellas, y todo lo que nos rodea y que es necesario para la vida en pleno disfrute de ella. Toda la naturaleza habla de su amor. Además Dios nos dio la mente y el deseo de aprender acerca de Él. Inspiró la Biblia que nos enseña a llevar una vida más feliz y provee la esperanza de vivir para siempre en su justo nuevo mundo.
Cuando el hombre falló y no supo cuidar el paraíso, Dios fue capaz de enviar a su propio Hijo para restaurar lo que se había perdido (Lucas 19:10) Todo prueba que Dios nos ama, ahora ¿qué hacemos al saber todo esto? Muy independientemente de lo que muchos puedan pensar, por todos lados hay pruebas de ese gran amor. Como ya sabemos, y así lo testifica la biblia, Dios envió a su Hijo Unigénito para que nos enseñara más sobre lo que el Padre espera de nosotros y para proveer liberación, el rescate a todo el que lo acepte: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16)
La salvación que hace posible ese rescate es de tanto valor que nadie pudiera jamás ganársela por obras, y mucho menos por obras que se hubieran efectuado anteriormente bajo la Ley de Moisés. Por eso Pablo escribió: “El hombre no es declarado justo debido a obras de ley, sino únicamente por medio de fe para con Cristo Jesús” Gálatas 2:16a
La demostración suprema del inmenso amor de Dios se da en el hecho de que Cristo muere por los impíos, por seres humanos totalmente injustos e indignos de recibir cualquier bendición y de ser amados, Romanos 5:8 dice “Más Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”
Esa clase de amor inmerecido y abnegado está por completo fuera de la comprensión humana, pero ese es el amor que el Dios Justo Santo tuvo, para con nosotros que somos pecadores, por eso “Gustad y ved qué bueno es el Señor…” (Salmos 33:9ª)
Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo