*Juárez, consecuencias del culiacanazo
*Urgente un eficiente control de daños
*Precaria posición del fiscal fierro
*La corte resistió el autoritarismo
*Marco, de los ediles mejor evaluados
*Cruz, asustado y sin saber que hacer
El año pasado cerré la columna con la impactante noticia del atentado contra Ciro Gómez Leyva, uno de los periodistas más influyentes del país. Hoy abro el 2023 con el violento motín y fuga del Cereso número Tres de Ciudad Juárez, saldado hasta el momento con 17 muertos y 25 reos fugados, entre ellos el cabecilla de una conocida banda de secuestradores y asesinos a sueldo. Trágame tierra, son expresiones de un país en descomposición que las más altas autoridades del gobierno se niegan a reconocer, obstinados con la fallida estrategia de abrazar a los sicarios del mal en lugar de combatirlos con todo el peso del Estado, y preludio de una larga y violenta noche que viviremos los mexicanos este año preelectoral.
El único propósito de año nuevo que realmente cumplí lo hice diez años atrás, cuando me propuse dejar de fumar, pero nunca había roto uno de un día para otro. En éste 2023 me prometí hablar lo menos posible del presidente López Obrador, convencido como estoy de que muchos de sus críticos abonamos a la polarización alimentada todas las mañanas desde Palacio Nacional. Es imposible, mientras en Juárez la sociedad sufre episodios de angustia por la violencia exacerbada, el presidente se ocupa de ofender a un ministro de la Corte que le resulta odioso, tratando de manipular de la manera más cínica y perversa la elección. Su idea de gobierno es colonizar o destruir las instituciones que le hacen contrapeso, la violencia que secuestra al país lo tiene sin cuidado.
El Penal de Juárez es administrado por el Gobierno Estatal, cierto, y en consecuencia las autoridades estatales tienen cabal responsabilidad, se ha dicho mucho que el penal era manejado por los grupos criminales, circunstancia que deja en precaria posición al fiscal Fierro. La gobernadora Campos necesita un rápido y eficiente ejercicio de control de daños y en esa discusión entra, por definición de cargo, el nombre del Fiscal general ¿Se va o lo sostienen?. La respuesta corresponde únicamente a la gobernadora, seguro ahora mismo valora opciones teniendo en mente que para el efecto de apaciguar las criticas mediáticas de quienes pretenden reventar su gobierno, la Liga del Mal, la renuncia y eventual procesamiento del director del penal e incluso del Fiscal de Ejecución de Penas pinta insuficiente. Lo sucedido es muy grave.
Un hecho así no se presentaba desde que, también abriendo fuego contra los custodios, se fugaron de la vieja penitenciaria en Chihuahua -si mal no recuerdo en el verano de 1990- diez peligros asesinos, entre quienes estaba uno de apellido Parga Palafox, muy temido en su tiempo. En el lapso de 24 horas atraparon a la mayoría y en cuestión de días, tras una cacería sin descanso, dieron muerte a Parga, dejándolo tendido sobre un charco de su propia sangre, frente al templo de las Granjas. Ahora el fugado más peligroso es un supuesto secuestrador y asesino de mediana importancia, según comentarios en el submundo de policías y ladrones, pero con la enorme osadía de animarse a organizar violentamente su salida. Presumiblemente es el mismo que hace meses ordenó disparar contra civiles, en represalia porque intentaron cambiarlo de reclusorio.
Esta circunstancia que plantea una pregunta inquietante: ¿Si este criminal pudo salirse con la suya, porque nosotros no podríamos? Pensaran otros reos de mayor jerarquía en la sociedad de los malos. Y sí, lo anterior nos remonta necesariamente al culiacanazo, cuando los criminales en aquel estado movilizaron una poderosa capacidad de fuego intentando rescatar al famoso “chapito”. Consiguieron su propósito porque el presidente López Obrador, confesado por él mismo, ordenó la liberación del objetivo que ya estaba en custodia del Ejército. Lo que vivimos en Juárez, lo que se ha visto en Zacatecas y en buena parte del territorio nacional son consecuencias directas de apapachar a los criminales esperando que se porten bien y de una narrativa desquiciante que incluye como eje estratégico amenazarlos con que los acusará con sus madrecitas, de no hacerlo. Presenciamos los peores momentos de inseguridad en el país y nuestro señor presidente distraído en la politiquería e intentando socavar las instituciones que limitan su poder. Jódanse todos, es lo que hay.
Rompeolas
En este desorden, el edil Cruz Pérez Cuéllar luce asustado y sin saber que hacer. Frente a los hechos que paralizaron la ciudad que gobierna, bajó la cabeza y se escondió en sí mismo, esperando que la crisis pase por obra divina. Un mínimo de compromiso con la ciudad le vendría bien.
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Con ánimo de ver esperanzador este año que inicia, dos datos alentadores: Uno, López Obrador no pudo imponer en la presidencia de la Corte a la ministra plagiaria, Yazmín Esquivel. En su lugar entró una ministra de carrera, Norma Lucía Piña y faltó un voto para que ganase la presidencia el ministro que López Obrador acusó de ser el candidatos de los conservadores, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Tenemos una Corte de contención. Y dos, la UNAM resistió las presiones para liberar de responsabilidad a la plagiaria, de haber sucumbido a los chantajes del Poder el descredito internacional de nuestra máxima Casa de Estudios hubiese sido enorme. Dos instituciones, con todas las limitantes que usted quiera ponerles, resistieron los avances del autoritarismo.
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Al presidente municipal Marco Bonilla le llegaron los Reyes por adelantado. En una encuesta levantada por RUBRUM, que preguntó: ¿Votaría usted por la reelección de su presidente? Marco gana casi dos a uno, con un 55 por ciento a favor contra solo el 31 en contra. El dato es relevante pues varios alcaldes salen francamente reprobados, por ejemplo Norma Hernández de Chilpancingo, con apenas el 17 por ciento de Si contra 67 de No. También llama la atención que un posible presidenciable, Luis Donaldo Colosio, apenas gane por una diferencia de diez puntos. El alcalde Marco Bonilla hace bien su trabajo, político y ejecutivo, inicia el año con el pide derecho.