Reflexión Semanal
Creo que todos estamos de acuerdo en que el mundo es un lugar enloquecedor. La vida parce un barco en la tormenta. El ir y venir diario, los problemas de cada día, las malas noticias, la inseguridad, la carestía, los problemas sociales cansan y literalmente terminan con la vida de muchos. Sería maravilloso poder convertir el mundo en lo que debería ser. Porque creemos que la vida debe ser hermosa y el mundo debe ser un mejor lugar para vivir. Suena maravilloso ¿no es así? Bueno, consideremos algunas maneras sencillas de poder lograrlo.
En primer lugar, busque a Dios de todo corazón. En Juan 15:5 Jesús dice “… separados de mí no podéis hacer nada” Hoy es el mejor momento para buscar a Dios, su presencia es un puerto de paz, un lugar de respiro, un lugar de retomar fuerzas. Su presencia ilumina nuestra vida y nos da esperanza, fortaleza y ánimo para seguir adelante.
En segundo lugar, lea. Es tan importante el alimentarnos físicamente bien, el comer sano, como el alimentar nuestra mente. Así como nos podemos alimentar con comida chatarra que de nada aprovecha, de la misma manera podemos alimentar la mente con cosas que de nada aprovechan. Lo que vemos y leemos es muy importante, porque es con lo que estamos alimentando nuestra mente. Jesús dijo: “De la abundancia del corazón habla la boca” Busque algunos libros que le eleven espiritualmente. Y desde luego, lea la Palabra de Dios. Jesucristo dijo: “No solo de pan vivirá el hombre, más de toda Palabra que sale de la boca de Dios”
Debemos de conectarnos con Dios diariamente antes de iniciar el día. Josué 1:8 dice: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”
En tercer lugar extienda su mano y ayude a quienes más lo necesitan. La gente vemos el mundo como un lugar donde uno compite y se aprovecha del otro. Es bueno comenzar a cambiar el mensaje. El mensaje no debe hablar de lo que uno obtiene, sino de lo que uno puede dar. Un conocido slogan dice que “nadie es tan pobre que no pueda dar, ni tan rico que no pueda necesitar” Y no solo se da dinero. Se da tiempo, amor, comprensión. El dar, hace un mundo mejor.
En cuarto lugar, mantenga sanas relaciones familiares. Efesios 6:1-4 y 5: 33 Nos muestran con claridad el deseo de Dios de que la familia mantenga sanas relaciones entre padres e hijos y marido y mujer. De ser así, seguramente habrá tal armonía en el hogar, que se podrá no vivir quizá no en la abundancia, pero sí de una manera mucho mejor.
Seguramente habrá muchísimas cosas más que se podrán hacer para vivir una vida mejor. Pero creo que si comenzamos por estos sencillos y prácticos pasos, no necesitaremos apartarnos a lugares solitarios y remotos, ni buscar vida en otro planeta para vivir mejor, sino cada día con la gente que convivimos y en medio de este mundo vertiginoso a nuestro alrededor, en nuestro aquí y ahora podremos vivir mejor