Maru se evade en hospital -Estado en terrorismo – Don Homero; Grinch de Ojinaga -IP: Es ingobernabilidad
POR la mañana de ayer la gobernador María Eugenia Campos Galván, ingresó al hospital Ángeles de la capital, para someterse a una intervención quirúrgica en busca de eliminar una hernia hiatal, que le provoca malestares digestivos y reflujos.
En la tarde se informó por parte de su equipo médico que la operación había sido exitosa, que se encontraba en terapia intermedia bajo observación y recuperación inicial.
El cálculo es que permanecerá bajo cuidados médicos en el hospital durante los próximos siete días, para luego seguir continuar la recuperación y tratamientos en casa.
Significa que, si todo marcha bien, como se espera y desea, la gobernadora regresaría a sus actividades cotidianas, la primera semana del mes de septiembre.
Desde luego que la salud de la gobernadora es prioridad; no obstante su intervención médica se empata con los días de crisis provocada por la violencia que se registra en la entidad y otros factores, sobre todo de carácter social.
Fue una semana literalmente de terror; inicio con la inestabilidad en el área de Comunicación Social, en donde ya estaba en la mesa de la gobernadora (y ahí sigue) la sustitución de su Coordinadora de Comunicación Social, Adriana Ruiz. Ahora seguramente le alcanzará para un par de cheques quincenales.
La semana del terror, continúo con la crisis provocada por los caros uniformes impuestos para los estudiantes de nuevo ingreso al sistema de colegios del bachilleres, en donde los padres de familia tendrían que desembolsar seis mil 500, sólo por un par de ellos.
La propia gobernadora debió derribar el jugoso e inhumano negocio; destituyó al director de los cobachs, Marco Licón. El nuevo uniforme tenía tufo de caño.
El conflicto de la Financiera ARAS, avanzó en la judicialización de 300 carpetas de igual número de afectados, cuyo total se calculan en cuatro mil 200, con 20 mil defraudados los que exponencialmente, se ubicarían en 100 mil, si se toma en cuenta a sus familias.
Se avanzó sí pero el actor intelectual y materia, el CEO Armando Gutiérrez Rosa, le salieron alas, al igual que a El Chueco, cuyos crímenes de sacerdotes y el guía de turistas siguen en la impunidad y a casi tres meses de la masacre.
La anticereza del pastel, usted ya lo sabe fueron los actos terroristas que se registraron en Ciudad Juárez, con un saldo oficial de 11 muertos y 12 heridos.
Fue un reto del crimen organizado a la autoridad; un golpe de fuerza para imponerse ante los propios carteles del crimen organizado en la propia frontera, no se conoce.
Lo que es un hecho es que los criminales dispararon contra civiles indefensos, hombres, mujeres (una de ellas embarazada) y niños y destruyeron los negocios que quisieron.
Tan trágico como delicado. La certeza es que la gobernabilidad está en riesgo, en donde los juarenses son testigos presenciales y algunos víctimas.
Ojalá y que la gobernadora recupere muy pronto su salud; hay crisis que no pueden esperar.
LOS OJINAGUENSES ya traen de encargo al ciudadano Homero Villalobos, a quien califican de prepotente, aunque él, se dice influyente.
Cosas de formas que luego se convierten el fondo, resulta que Don Homero, destruyó una banqueta, abrió una zanja, desprendió una banca pública y se quedó con ella.
Fue notificada por la directora del Departamento de Desarrollo Urbano Ecología Aracely Cepeda Ramírez, pero le valió y se le multó.
Don Homero se presentó en el Municipio, para firmar la reparación del daño y se comprometió a regresar la banca, pero no lo hizo, le volvió a valer, bajo el supuesto que sus influencias le alcanzarían.
Por incumplimiento le llegó otra multa, cuya notificación la hizo personalmente en su domicilio la funcionaria. Pero por tercera vez le valió.
NO ES para menos el posicionamiento de la Federación Chihuahua de la Confederación Patronal de la Mexicana, (Coparmex), cuando advierten que lo ocurrido en Ciudad Juárez el jueves negro, es terrorismo.
La definición desde luego se ha hecho desde otras trincheras, incluyendo medios de comunicación, pero el concepto construido desde el sindicato patronal envía un mensaje muy sólido hacia los tres niveles de gobierno cuando se advierte que “la violencia escaló a terrorismo”.
Fuerte enunciado, pero nada lejos de la realidad; se vincula además con ingobernabilidad que al inicio citábamos, pero también al repudio social, al hartazgo y a la necesidad de que exista una real actuación en contra del crimen organizado.
Como dicen los empresarios. Infundir el miedo el miedo en la población al asesinar a civiles se conjuga como un acto terrorista. Tan lamentable y reprochable desde el cobarde poder de las armas y del dinero.
Quién podrá defendernos, cuando el Estado Mexicano libera a delincuentes como Ovidio Guzmán, bajo el pretexto de evitar muerte de civiles (del Pueblo), más la complicidad e inacción.