*Tres razones del fracaso “Revocatorio”
*La gente siempre supo que era una farsa
*Si los abrazos no, denles unos arrumacos
*La señorita Merodio se puso digna
*López Obrador, el tweet de la derrota
Suspendí la entrega habitual de la “weba” sin dar mis opiniones sobre la Consulta del domingo diez. No regresaré sobre ella, el frenesí impositivo de López Obrador sobrecalienta la política, de modo que hoy nos tiene atentos al resultado de la Reforma Eléctrica –hasta las diez de la noche, cuando escribí el presente texto, los diputados seguían discutiéndola en interminables insultos mutuos-. Sin embargo aportaré tres razones inobjetables a la vista de cualquier observador imparcial, que describen un sonado fracaso en la Revocación.
El primero y más importante es que la gente nunca cayó el la trampa del presidente, o dicho en positivo, los ciudadanos supieron desde un principio que estaban frente a una farsa, una engañifa, una mentira onerosa. ¿Por qué? La respuesta es más que obvia, de los 16 millones –poco más- de votos emitidos, el 92 por ciento fue para el presidente. Son los votos que movilizó el formidable aparato del poder, concentrados en estados como Tabasco, Chiapas y otros de los más lopistas. Fue, de principio a fin, un “festín del presidente”, no una “fiesta democrática del pueblo”. Siempre dije que el diez asistiríamos a una “Revocación de Estado”, absoluta contradicción en si misma, por definición la Revocación debe ser exigida por la gente, no por los gobernantes. Es demencial.
El segundo dato incuestionable es que, a pesar de verse solos en la elección y con todo el poder del aparato gubernamental –presidencia, gobernadores, alcaldes- López Obrador apenas alcanzó la mitad de los votos obtenidos en la elección del 2018. Ya habían perdido significativamente el año pasado, pero la justificación de quienes hacen coro a la 4T era que AMLO no estuvo en la boleta. Bien, ahora yendo sólo y con su nombre de por medio apenas superó los 15 millones de votos.
El tercer dato confirma lo que han dicho observadores y analistas desde la fundación de Morena, que no es un partido sino un movimiento amorfo que sigue al gran Tlatoani. También Morena como partido resultó un fracaso absoluto, pues el presidente debió mover a funcionarios del gabinete, gobernadores, alcaldes, diputados, senadores y a cuanto pudo intentando elevar la votación. ¿Por qué? sabían inequívocamente que el Partido, su Partido, no podía con esa responsabilidad tan importante. Morena fue una nota al pié de página en ésta “Revocación”.
Hagan lo que hagan, digan lo que digan, esas tres verdades son absolutamente objetivas y los números ahí están. Los pongo de la manera más sucinta posible: Los votos del Sí fueron los votos del acarreo; López Obrador pierde la mitad del apoyo que alcanzó tres años antes; y Morena queda reducido a un apéndice incómodo del Gobierno Federal.
Rompeolas
Quizás es tiempo de que a la estrategia de abrazos contra el crimen, implementada por el gobierno de López Obrador, agregue besos y un poco de apapachos. Lo digo con absoluta ironía por los trágicos acontecimientos de Janos-Asensión, donde murió un delegado de Migración Federal y cuatro personas más, hechos violentos que luego se trasladaron a Juárez con la muerte de un comandante y su esposa. Si ha decidido no usar el legítimo monopolio de la fuerza contra las pandillas del mal y está visto que los abrazos son insuficientes, pues denles unos buenos arrumacos y sus besitos, con la esperanza de que así entiendan y se porten bien. Es criminal el grado de indolencia al que ha llegado López Obrador dejando que las bandas actúen a su anchas.
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La señorita Merodio nos resultó muy honesta hablando de su “actuar histórico basado en principios honestidad, transparencia y rendición de cuentas” y en vez de hacer una renuncia al cargo que le regalaron en gobierno del estado, un cargo para el cual no estaba preparada, le da por hacer una “denuncia”. Desde luego sin aportar datos ni razones específicas, atenida al venenillo que ha caracterizado su carrera política. Dos rayitas menos a tanta hipocresía ¿Por donde empezamos, señorita Merodio? ¿Por Héctor o por Joel?. Por favor, esos desplantes no le quedan, agradezca que la tuvieron en la nómina todos estos meses sin saber lo que hacía y a otra cosa mariposa, usted en política sabe moverse muy bien.
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Dejo para mañana el asunto de al Reforma Eléctrica, citando únicamente el mensaje en redes enviado por el presidente López Obrador. “Ya lo dije en mi informe del martes: pase lo que pase ya estamos blindados contra la traición. Mañana lo vuelvo a explicar”. Es la impotencia presidencial frente a su primera gran derrota. Pero no adelantemos vísperas, hasta las diez todavía no votaban, como dije.