Durante la mayor parte de la década pasada, los demócratas se quejaron — con una mezcla de indignación, frustración y envidia — de que los republicanos y sus aliados estuvieran gastando cientos de millones de dólares difíciles de rastrear para influenciar la política.
The New York Times
“El dinero sucio” se convirtió en una palabra sucia, mientras la izquierda advertía de la amenaza de corrupción que representan corporaciones y billonarios que estuvieron gastando sumas ilimitadas a través de organizaciones no lucrativas laxamente reguladas, que no dieron a conocer las identidades de sus donadores.
Luego, llegó la elección del 2020.
Acicateados por la oposición al entonces presidente Trump, los donadores y operativos aliados del Partido Demócrata utilizaron el dinero sucio con un renovado entusiasmo, incluso superando a los republicanos en el gasto del 2020, de acuerdo a un análisis realizado por The New York Times sobre las declaraciones fiscales y otra información.
El análisis muestra que 15 de las organizaciones no lucrativas y más activas políticamente que generalmente se alinean con el Partido Demócratas gastaron más de 1.5 billones de dólares en el 2020 — comparado con unos 900 millones gastados por otra muestra de 15 de los grupos políticamente más activos alineados con el Partido Republicano.
Los hallazgos revelan el crecimiento y la ascendencia de una sombra sobre la infraestructura política que está cambiando la política estadounidense, mientras los mega donadores a esas organizaciones no lucrativas aprovechan las laxas leyes para hacer aportaciones multimillonarias en total secrecía.
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