*Sobre Duarte, una hipótesis peregrina
*¿Nuevo instrumento de la persecución?
*Maru enfocada; aplíquese la ley y punto
*Falta decisión del Departamento de Estado
*Corral festina como el chinito, sin saber
*Nuestro mesías iluminando al mundo
*No contiene ni rapacidad de sus devotos
Sobre la extradición de César Duarte me atrevo a presentar una hipótesis peregrina: lo traerá López Obrador en sustitución de Emilio Lozoya, testigo privilegiado de la Fiscalía al que pretendían utilizar como instrumento de la persecución política pero resultó una absoluta mentira, una baratija engaña bobos. Se hartaron de él y ahora está detenido. Se acabó, no les sirve más, necesitaban un reemplazo.
Duarte no es Lozoya, desde luego, sin embargo podría ser de utilidad para que López Obrador llegue a Luis Videgaray, uno de los objetivos de la justicia 4T, haga ruido otra vez con Peña Nieto, se acerque a Emilio Gamboa, Manlio Fabio Beltrones y algunos funcionarios representativos del peñismo. ¿Descabellado? Puede ser, cuando lo traigan sabremos. Si lo radican en juzgados federales y le ofrecen ciertas prerrogativas, delo por hecho.
Quienes conocen a Duarte aseguran que es un hombre fajado, que rechazaría el destino de chivato. Quizás, pero si lo aprietan con que atrás de él bien Martita y sus hijos, afloja su robusto cuerpo y canta mejor que un ruiseñor en celo. Así doblaron a su tocayo veracruzano y decían que había financiado campañas de AMLO.
Ahora, si lo entregan al estado a manera de papa caliente para la gobernadora Campos, sabríamos que no está en el interés de López Obrador. No veo mayores dificultades, en este caso la gobernadora ha sido muy clara y reiterativa: a los gobernadores ni perdón ni olvido; hágase la justicia y punto. Si los duartistas piensan que recibirán beneficios en el gobierno estatal, es que todavía creen en Santa Claus.
Ella lo dijo en campaña, lo repitió en su discurso de protesta, lo mencionó en declaraciones sueltas ya en funciones y lo reiteró ayer en sus redes sociales: “Frente al proceso de extradición de Duarte, lo digo hoy como lo he dicho siempre: a los exgobernadores y quien haya dañado a Chihuahua, ni perdón ni olvido. Actuaremos conforme a la ley y cuidando siempre el debido proceso”.
Eso es todo, que la ley obre, porque ningún observador objetivo negaría que durante el sexenio de Corral hubo todo menos una operación justicia. El hombre de los dos hígados desplegó una feroz persecución contra enemigos políticos, pisoteando el Estado de Derecho y destruyendo en el camino vidas inocentes. Dejar que la ley se haga cargo, es una de las declaraciones más sentidas y pertinentes de la gobernadora.
Tampoco es que Duarte ya esté en el país, quien autoriza la extradición en definitiva, según las leyes estadounidenses, es el Departamento de Estado, falta esa aduana. Para que regrese pronto tendría que allanarse, pero si decide litigar la extradición el proceso podría tardarse otros dos años, con apelaciones sobre apelaciones, recursos de amparos y cualquier chicana que se le ocurra a los abogados.
En consecuencia serenos, los próximos días serán de utilidad para ver que camino toma el exgobernador. Entonces conoceremos las motivaciones del presidente. Demos espacio a que la bruma se despeje y venga la claridad.
Rompeolas
Javier Corral soltó su gato a retozar festinando la extradición de Duarte. Está como Peña con Ayotzinapa, no entiende que no entiende, o como el chinito, habla sin saber. No es un despropósito pensar que si Duarte es ingresado a San Guillermo, Corral podría ser su vecino de celda. Elementos para someterlo a proceso sobran y, por la vileza con que actuó, supongo que ganas no le faltan a la gobernadora, aunque ella ha tenido cuidado de no tomarla personal. Es más vulnerable hoy Corral que cuando Duarte dejó el gobierno.
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Al escucharlo en una tribuna internacional pontificando como nuevo mesías sobre los pobres y desamparados del mundo, necesariamente llega uno a la conclusión de que ha perdido el sentido de la realidad. Piensa que los jefes de estado más importantes del mundo escuchan su sermón con la misma atención que sus acólitos los desvaríos mañaneros. Que los mil hombres más ricos del mundo y las corporaciones trasnacionales más grandes paguen voluntariamente un impuesto y lo distribuyan entre los miserables, sin intermediarios. Gastan millonadas y lo hacen a través de sus fundaciones para no pagar impuestos y evitar la corrupción gubernamental. Se ríen. Que los países más ricos aporten un porcentaje de su PIB para distribuirlo entre los pobres por que “sólo siendo buenos podemos ser dichosos”. Se carcajean. En otras palabras; haga el mundo lo que hago yo, el bondadoso. ¿Quién podría tomarlo en serio? Siento pena ajena como mexicano, pues la verdad es que no contiene ni la rapacidad de los siervos de la nación, que –ahora sabemos- inflan los padrones de apoyos hasta superar los censos municipales de población ¿Cómo espera que el mundo tome en serio su prédica?. Ni el Papa asume un discurso así. ¿Quién nos gobierna, un líder espiritual, asceta, un dictador? Sinceramente creo que en él habitan las tres personalidades: a veces amanece con ganas de ser mesías, otras pensando que es monje franciscano y las más como dictador populista. Hay que jodernos, todavía faltan tres años y con la posibilidad de que nos deje a su juanita otros seis.