*CUAUHTÉMOC EN LA LÍNEA DE FUEGO
*FEDERALES PECHO TIERRA; NI VEN, NI OYEN
*VA SALCIDO POR UN ZAPATA DETERIORADO
*¿ES MAICEABLE PICHÚ DE LA ROSA?
*SANTIAGO DE LA PEÑA EN SU AMBIENTE
* REGIDORA DEL “GÉNERO” LLEGA TARDE
Hace sólo unos días asesinaron en la región de Cuauhtémoc a un militar, durante un enfrentamiento contra civiles, y ayer en otro hirieron de gravedad a un policía ministerial de la Zona Occidente. Cuente el asesinato al joven testigo de 17 años, los ocho ejecutados de días anteriores, los ajusticiamientos diarios y los constantes mensajes que se envían los grupos desafiándose unos a otros, y estará de acuerdo en que la región se pinta de rojo sangre.
En estos momentos no es exagerado decir que Cuauhtémoc está en la línea de fuego, literal. Ahí los grupos criminales históricamente enfrentados se disputan férreamente el territorio sin que las fuerzas estatales puedan contenerlos. Antes esos enfrentamientos sucedían en Madera, la Mesa del Huracán, el Largo Maderal, en aquella región estaba la frontera ¿Están empujándola hacia Cuauhtémoc? Y si toman la plaza ¿Hacia donde apuntarían después sus fusiles?.
Que tarea más difícil para el Fiscal Fierro, no acaba de acomodarse en la silla cuando los reportes de muertos, desmembrados, tirados en lonas amarillas, agentes muertos o heridos saturan su escritorio. Desde luego son consecuencia de la negligencia de Peniche y Corral, soltaron la seguridad durante meses y ahí están las consecuencias, pero ahora la responsabilidad es del fiscal actual. A su cuenta van los nuevos muertitos.
Y desde luego, en éste caso el gobierno de López Obrador tiene la mayor responsabilidad, por omisión o, uno nunca sabe, complicidad. La entidad está inundada de Guardia Nacional, con cuarteles a lo largo de la Panamericana, pero con la consigna de no intervenir son más que todo hazmerreir de los criminales. El autismo de las fuerzas federales es un agravio a Chihuahua; están pecho tierra y con la cabeza entre las rodillas, de modo que no ven, no oyen y no sienten. Así como, el paquete es demasiado grande para cualquier gobierno estatal.
Rompeolas
Francisco Salcido, quien fuera el preferido de Zapata hasta que creció Goergina, empieza a convertirse en amenaza seria a la eterna dirigencia del deteriorado líder cetemista. Le partió el transporte en dos, pues ahora los camioneros adheridos a la organización de Salcido compiten de tu a tu con los blancos de Zapata. Ayer los dirigentes se entrevistaron con Gabriel Valdez, secretario de Desarrollo Rural, para discutir mejoras al servicio que Duarte y Corral dejaron en ruinas –otra mancha al tigre-, colapso en el que Zapata colaboró gustoso seguro de que así no le tocarían el negocio del transporte maquilero. Éste es un tema que seguro dará nota las próximas semanas o meses, pues Zapata no querrá perder protagonismo y recurrirá a sus habituales chantajes, sólo que ahora no es lo mismo, si amenaza con paros y los realiza el efecto sería menor, sólo tiene la mitad de los camiones, la otra está en la organización de Salcido. ¿El ocaso de un viejo dirigente cetemista? El tiempo nos dará la respuesta.
Muy en su papel Santiago de la Peña, secretario del Ayuntamiento, despachando una audiencia tras otra en interminable barandilla entreverada con ciudadanos de a píe, desocupados pidiendo trabajo, diputados y regidores del PAN y otros partidos, y oportunistas queriendo agilizar trámites. Santiago se incorporó con el pie derecho a una administración panista, a pesar de los entendibles reniegos de militantes doctrinarios que no entienden la nueva realidad política. Es necesario entender que la política cambió con el arribo de López Obrador al poder, ahora es de alianzas y compromisos forjados en la pluralidad. Jamás volverá al viejo estatus, los grupos disímbolos que antes fueron adversarios y hoy los une la 4T deberán aprender a convivir en armonía. No es que quieran, es lo que hay.
El famoso pichú de la Rosa, el diputado más morenista de la bancada guinda y el más propenso a mostrar oposición por el simple hecho de oponerse al gobierno “de la reacción”, fue avistado al medio día en Palacio de Gobierno. Presumiblemente lo recibió el secretario general, César Jáuregui. Sabrán ellos el tema que discutieron, pero a su edad el diputado no camina deoquis. Entre los reporteros de la fuente surgió una pregunta morbosa, solo por mortificar: ¿Es maiceable el Pichú? Híjole, buena pregunta. Obregón decía que nadie aguantaba un cañonazo de cincuenta mil pesos –de aquellos-, antecedente con el cual resulta imposible meter la mano por el buen pichú o cualquier otro diputado. Déjenlo que se desahogue, su papel es hacer oposición, diputados como él y como Castrejón sirven de catarsis en toda Legislatura. Pongamos que son un folclórico y pequeño mal necesario.
Más de una semana tarde llegó la regidora Monserrat Villarreal –Morena- con el tema de la brutal golpiza a una pareja gay, Rubén Acosta y Oscar Urquizo, la madrugada del nueve de septiembre en Paseo Central. Ese hecho inadmisible ha sido ampliamente condenado por la “conservadora” sociedad chihuahuita y la regidora Villarreal intenta revivirlo en cabildo, como si hubiese pasado inadvertido. Muy respetable su postura, pero la historia nos dice que lo(a)s radicales del “género” suelen ser inconformes por definición, si por ello(a)s fuera todos los heterosexuales deberíamos ponernos de tapete a su paso y aplaudirles como focas. Más que respeto buscan el sometimiento de “los otros”. Hace bien el alcalde en pronunciarse a favor de la dignidad humana y contra esos actos –la golpiza- abominables, pero caer en la agenda de la regidora sería un error, jamás quedará satisfecha con nada. Es lo que ha visto la sociedad.