A las hordas de fascistas cuya única proclama (y pecado) es la legítima aspiración de una mejor vida para ellos y sus familias, sobre la base de instrucción y trabajo, se suma ahora un colectivo más peligroso: los padres de niños con cáncer.
Todo empezó con las declaraciones de Hugo López Gatell en relación con el demostrado (admitido por el Presidente) desabasto de medicamentos oncológicos para niños con cáncer, a la cual respondió que le gustaría aprovechar la oportunidad para hacer una especie de alerta sobre ese tipo de narrativas que a veces se ha conectado con el golpe de Estado, pues ese planteamiento de los niños con cáncer sin medicamentos, “cada vez lo vemos más posicionado, más como una campaña más allá del país, de los grupos de derecha internacionales que están buscando esta ola de simpatía de la ciudadanía mexicana, ya con una visión casi golpista”.
Es decir, en un profundo ataque de paranoia, para el célebre subsecretario de Estado, los niños con cáncer y sus familias constituyen punta de lanza del terrorismo internacional de derechas con pretensiones político-militaristas.
Así es, refiriéndose al golpe de estado bolchevique, Curzio Malaparte apuntaba, hace casi un siglo (y los morenistas, como comunistas en ciernes o socialistas confesos, deben saberlo): “cuando las masas hayan aceptado nuestro programa, no por eso habrá que dejar de organizar la insurrección. De las fábricas, de los cuarteles será preciso sacar elementos seguros y dispuestos a todo. Lo que necesitamos no es la masa de obreros, de los desertores y fugitivos: es una tropa de choque”.
Es decir, para la 4T, no se trata de padres desesperados, de familias destrozadas o de miles de niños muriendo entre padecimientos indecibles a lo largo y ancho del territorio nacional, no señor, se trata de un grupo organizado políticamente, financiado por los corporativos internacionales, cuya intención es derrocar al gobierno.
Lo absurdo, lo peligroso, lo triste, lo cínico, de ese planteamiento, es que desnaturaliza las cosas, escurre el bulto frente a su responsabilidad, culpa a los otros de sus propios yerros y, lo que es peor, el funcionario de MORENA sufre de un ataque agudo de desmemoria.
En efecto, baste recordar las fortísimas acusaciones de los corifeos de la administración en turno quienes, frente a distintos hechos, han denunciado en reiteradas ocasiones que se “lucra políticamente” con la desgracia e incluso señalan estrategias orquestadas por el PRI y el PAN en varios hechos; como comenta Carlos Loret: “Menuda acusación, proviniendo de un movimiento político que, si a esas vamos, lleva 12 años ‘lucrando políticamente’ con la muerte de 49 niños en la guardería ABC de Sonora”.
Y sin hacer nada, podría agregarse, como tampoco se ha hecho con las matanzas de Tlahuelilpan o el “Culiacanazo”, ambas ordenadas por el Presidente de la República, quien jamás dudó en asumir su culpa, directa, en los dos casos.
En otro asunto de mucho menor importancia, hoy cumplo años. Felicidades a mí.
Muy bendecido y agradecido con Dios nuestro Señor. Que Dios nos bendiga y nos proteja a todos.
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Luis Villegas Montes.