BUENO, bueno, sí que sabe responder La Catalina Creel cuando le pican la cresta, de eso no hay duda. Mira que le dijo sus buenas cacayacas a Juan Carlos Loera, el candidato de Morena. Es que, El Loerilla se dejó caer con eso de que había existido fraude porque se lo dijo el sobrino de un amigo de un tío del compadre. Y en respuesta, la Cata Espino reveló que había sido Morena la que provocó los apagones en las oficinas de la asamblea municipal Electoral de Juárez y Chihuahua. O seáse, les dijo que eran unos completos hijos de Bartlet y que habían saboteado el cómputo para retrasar el resultado. Ese punto coloca las cosas en otra perspectiva, porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Sabotear un proceso electoral habla ya de asuntos mayores que incluso podrían ameritar una denuncia ante la Fiscalía General de la República o la Fiscalía Para la Atención de Delitos Electorales y si me apuran hasta en otras instancias. A ver qué decide la Consejera Presidenta del Instituto Estatal Electoral pero ya de entrada sonó fuerte que los morenistas hayan intentado obstaculizar en forma delictiva el conteo de los votos para la Gubernatura.
LA MANTA de la Politécnico Nacional y el Periférico de la Juventud, soltó todo un arcoíris de mensajes. Fue dirigido a Eduardo Guerrero, el exdirector de Centros Penitenciarios de la entidad. Es el mismo exfuncionario que incluso escaló ese mismo tipo de cargos al nivel federal. El texto completo del mensaje incrustrado en la narco manta fue divulgado por redes sociales. Es natural que se disputen el territorio los cárteles habida cuenta que acaba de ocurrir una elección. Ya Adrián Lebarón, el líder mormón de la región de Nuevo Casas Grandes, padre de Rhonita, una de las mujeres cruelmente asesinada en Bavispe, Sonora, hizo señalamientos al respecto. Por ejemplo, habló del cártel que podría haber estado detrás de ese crimen y se refirió a La Línea que está bajo las órdenes de Rafael Caro Quintero. La manta aparecida en la ciudad refleja, más o menos, la misma situación, según el contenido del mensaje colocado en la tela. Vaya problemón que se avecina para el nuevo gobierno del estado: arreglar una batalla en ciernes que le dejará en breve la descomposición total del Estado en materia de seguridad pública. Y los ciudadanos qué papel jugarán en todo esto.
JUAN Carlos Loera aventó en su muro de facebook una acusación que habla sobre un fraude descomunal. Así, sin mayor preámbulo, la soltó en una publicación realizada en esa red social. El tema es que argumenta esa expresión de fraude descomunal sobre el comentario de un sobrino -así lo escribió, hay que checarlo- que le dijo que en la Asamblea Municipal Electoral habían empezado el cómputo 20 horas después de haber citado a los consejeros y representantes de partido. De ahí, imagínese usted, se agarró El Loerilla para pregonar a los cuatro vientos de las redes sociales que el domingo pasado hubo un fraude descomunal. Ni Barrio se aventó esas jaladas, en serio, que desvaloran el sentido y vigencia de las instituciones electorales. Andrés Manuel López Obrador dijo en La Mañanera, de esta semana que concluye, que estaba contento porque no se había hablado de fraude en todo el país en este proceso electoral. Y ahora Juan Carlos hace una expresión que le hace perder seriedad frente a los suyos. Cada día puede perder más morenistas si no se decide a empezar desde ya un nuevo proyecto político. Ya se deslindaron de la elección de Chihuahua el propio Presidente de la República y el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena. Igualmente hizo su amigo, Coordinador de Campaña y causante de su desgracia, Javier Corral Jurado. ¿Qué caso tiene ya rascarse la herida?
ESA nebulosidad e indefinición que persiguen a Javier Corral siguen tras la figura del derrotado mandatario. Tirarse al piso y rasgarse las vestiduras para ser expulsado de las filas del Partido Acción Nacional, le dibujan de cuerpo entero. Dirían los leguleyos que a confesión de parte, relevo de pruebas, pero ni eso alcanza para calificar a Corral. Más bien es un auténtico desparpajo de ideas, un símbolo de la confusión y un reborujo de posturas políticas que usa a conveniencia según el momento. Es decir, no puede decirse que sea un político serio, un gobernante responsable, un hombre congruente. Después de traicionar al PAN, ante la vista de todo el estado, y de todo el país, el politiquero pide ser expulsado. Ni siquiera ha mostrado un poco de valor, ése que presume en su eslogan, para renunciar, que es la acción que correspondería a su atípica conducta política. Seguramente, Dante Delgado, el dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, corresponderá a los favores recibidos, pues MC fue sin duda, en el estado, un monigote político de Corral. Es muy seguro que no sea aceptado en las filas de Morena, en donde realmente aspira concluir, dados los desastrosos resultados electorales. Prometió oro y entregó lodo; les mintió para conseguir aliados en su inagotable sed de venganza y se llevó entre las patas, al barranco, a los que dice adorar.